Foto: Eduardo Terán /LÍDERES José Luis Egas, Mercedes Cañizares , Daniel Mendieta y Daniel Tamayo, lideran el desempeño de la empresa Easy Dry, en Quito.
Redacción Quito
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El cuidado del agua los llevó a emprender

Nada más común que usar una manguera o un balde con agua, para lavar un auto. En ambos casos, la principal consecuencia está en el despilfarro del líquido vital.

Daniel Tamayo es un ingeniero en Mecánica Automotriz que, consciente de este problema, buscó una alternativa ecológica y creó la fórmula de Easy Dry. Se trata de un líquido para lavar cualquier tipo de vehículo, sin necesidad de utilizar ni una gota de agua.

Lavar el auto con una manguera por 20 minutos representa un consumo promedio de 400 litros de agua por lavado, explica Tamayo. "Esto es preocupante, si consideramos que en promedio una persona puede llegar a gastar 1 600 litros de agua al mes, solo lavando el carro".

Todo se inició en el 2009, cuando él comenzó a desarrollar una fórmula para lavar un auto utilizando solo un atomizador o chisguete y una franela. La fórmula se mantiene en secreto, pero su inventor asegura que no utiliza productos tóxicos, y prueba de eso es que al inicio fabricaba el producto en su propia casa.

Un año tardó en perfeccionar la fórmula y para ello requirió de una inversión de USD 3 000. En el 2010, Tamayo y su esposa, Mercedes Cañizares, solo ofertaban limpieza de carros a domicilio.

Para el 2011, Easy Dry amplió su oferta con productos de limpieza de tapicerías, vidrios, brillo para neumáticos... Con eso lograron introducir sus producto entre las concesionarias de la capital.

Teojama Comercial, por ejemplo, es uno de sus clientes. Su jefe de Talleres, Diego Espinosa, cuenta que en esta concesionaria se lavan carros a diario y que el uso de agua no solo representa un gasto excesivo para la empresa sino que pone en riesgo la salud de los trabajadores.

"Los técnicos pasaban horas empapados y eso los enfermaba, además del agua que se concentra en los espacios de limpieza. Comenzamos a utilizar los limpiadores de Easy Dry y el personal está más seguro".

En el 2012, la empresa dio un giro en su modelo de negocio con el ingreso de un tercer socio: Daniel Mendieta, quien ocupa la gerencia general, mientras Tamayo y Cañizares dirigen las gerencias de producción y comercial, en su orden.

Ese año dejaron de ofrecer el servicio a domicilio y comenzaron a vender el producto al por menor y mayor. El área de producción también se trasladó, del taller en la casa de Tamayo, a una bodega de aproximadamente 100 metros cuadrados, en San Antonio de Pichincha.

La distribución se realiza a través de la venta de licencias, para el uso de la marca, a centros de servicio especializados que reciben la capacitación y productos por un monto que oscila entre USD 1 800 y 2 800, dependiendo de si se trata de un punto de servicio móvil a domicilio o de un local comercial.

Adicionalmente, los productos de esta empresa se venden al por mayor a las concesionarias. Con esto, la facturación de este emprendimiento cerró el año anterior con un monto cercano a los USD 50 000.

Malena Chule es una clienta frecuente de los productos de Easy Dry. Ella asegura que usa estos productos desde hace dos años, cada mes y medio. "Ahorro agua, no raya el carro y de paso lo deja encerado. Además me ahorra mucho tiempo, porque vienen a mi casa o a mi trabajo para limpiar mi carro", asegura.


LA CIFRA:
USD 3 000, el monto de la inversión inicial.