Karina Paredes creó su pyme para elaborar productos de cuidado personal con materia prima orgánica. Su desodorante ganó un concurso de innovación.  Fotos: Carlos Noriega / LÍDERES

Karina Paredes creó su pyme para elaborar productos de cuidado personal con materia prima orgánica. Su desodorante ganó un concurso de innovación. Fotos: Carlos Noriega / LÍDERES

Su desodorante Organik es su producto innovador

3 de junio de 2022 19:50

Angamarca es un apacible poblado, sin ruido, de mucha vegetación, viento fresco y soleado. Tiene sus casas dispersas y campestres, como si fuera el campo. Desde sus calles empinadas se ven las colinas verdes que rodean a este barrio de la parroquia Alangasí, en el valle de Los Chillos (Quito).

Una de esas coloridas viviendas huele a lavanda, eucalipto, menta y otros aromas agradables y naturales. Dos mujeres, con sus gorros, mandiles y guantes, elaboran desodorantes, cremas, aceite corporal, serum y bálsamos, que son vendidos bajo la marca Organik. Su materia prima son plantas orgánicas.

El pequeño laboratorio es de la empresa Agua Dulce, un negocio creado por Karina Paredes y su esposo Stefan Cresp, con un enfoque hacia el uso de plantas, cuidado ambiental, y bienestar personal y espiritual. Es creyente y practicante de este estilo de vida.

El desodorante natural, en tres aromas, es su producto estrella, ya que se comercializa en la cadena de Supermaxi y Megamaxi. Los otros se venden en pocas tiendas y en línea, a través de su página web; y restaurantes vegetarianos y escuelas de yoga. Tuvo una mala experiencia al vender en tiendas, porque se hacía bajo consignación y los pagos se hacían siempre con retraso.

El desodorante Organik es atractivo por su empaque y su diseño, pero mucho más por su contenido de ingredientes naturales, libre de aluminio. Paredes cuenta que precisamente por eso, su desodorante ganó un concurso de producto innovador, convocado en 2018 por el grupo Favorita y Conquito.

El premio fue vender en esa superficie grande. Está en el mercado desde inicios de la pandemia.
Desde entonces ha crecido exponencialmente la producción. Paredes comenta que llegar a Supermaxi es beneficioso en varios sentidos, como recibir el pago a tiempo por las unidades que provee. El primer pedido fue de 150 unidades, pero el año pasado cerraron con 800 y en estos primeros cinco meses han entregado 600.

La producción del resto de su portafolio es menor, pero la proyección es crecer y dejar de ser una pyme. Con esa meta, Agua Dulce hizo una alianza con una impresa para exportar hacia Colombia. Esas ventas se concretarán dentro de dos meses, afirma Paredes.

Su propuesta de negocio también incluye el reciclaje del tubo de su desodorante y educación para un adecuado uso de sus productos.

En el primero no ha cumplido su expectativa, ya que hay muy pocos consumidores que reciclan, dice. En el empaque se pide el envío del envase, pero no tuvo respuesta. Por esa razón, usará un tubo de cartón.

Su otra tarea es educar y lo hace a través de las redes sociales como Instagram o Facebook, para enseñar cómo aplicar un aceite esencial sobre la piel o cómo preparar el ‘detox’ antes de usar el desodorante, para que tenga eficacia. Ella dice que el propósito no es que se deje de sudar, sino controlar el mal olor con los aromas de las plantas y aceites.

Paredes soñaba con crear algo así, como un proyecto de vida, de contacto con la naturaleza. Esta quiteña, una ingeniera en producción de alimentos, renunció en 2008 a la empresa donde trabajaba, para dedicarse a criar a su primer hijo.

Tras el nacimiento elaboró su propia crema para humectar la piel de su bebé y creó otros productos, que tuvieron aceptación por sus propiedades sanadoras y cosméticas. Había creado su proyecto vida, que también se convirtió en su negocio, donde intervienen más mujeres, que son sus colaboradoras. Da empleo a ocho personas.

El laboratorio era la cocina de su casa, pero al decidir emprender invirtieron USD 42 000 en la construcción de la pequeña planta, la adquisición de equipos y materia prima, cuenta Cresp, administrador de Agua Dulce.

La producción oficial empezó en 2017. Tienen la certificación de Buenas Prácticas Agrícolas y los registros sanitarios de cada producto.

Esta es una de las dos líneas de negocios de esta empresa. La otra es el yoga y las terapias con el uso de los aceites esenciales.