El arraigado consumismo de los venezolanos se ha modificado al ritmo de la creciente escasez que afecta a Venezuela desde hace unos años. Foto: Santi Donaire/ EFE.

El arraigado consumismo de los venezolanos se ha modificado al ritmo de la creciente escasez que afecta a Venezuela desde hace unos años. Foto: Santi Donaire/ EFE.

Venezolanos se protegen de la escasez con despensas caseras

17 de febrero de 2015 14:17

El "está barato, dame dos", sello del venezolano en tiempos de bonanza, ha sido desplazado en época de escasez por "es lo que hay" al momento de comprar cualquier producto para engrosar sus despensas caseras celosamente guardadas por temor a que mañana los anaqueles queden vacíos.

"En donde había discos, libros o cosas delicatessen que comíamos de vez en cuando, ahora se resguarda el alimento de mañana porque no sabemos si habrá más. En mi casa tenemos reserva para unos seis meses", comenta a la AFP Stephanie Montenegro, una comunicadora de 23 años.

En su departamento de tres habitaciones, al abrir un cajón de un mueble de la sala o el guardarropa de la recamara, se descubre una reserva de detergente, desodorante, champú, papel sanitario o cualquier alimento.

El arraigado consumismo de los venezolanos, que antaño regresaban del extranjero cargados de compras porque todo les parecía barato debido a la sobrevaluación de la moneda, se ha modificado al ritmo de la creciente escasez que afecta a Venezuela desde hace unos años y que en este 2015 amenaza con recrudecerse.

El índice de escasez es una de las mediciones mensuales del Banco Central, aunque desde hace casi un año no se conoce y el último dato disponible la ubicaba en una cuarta parte de alimentos y productos básicos.

Ahora analistas la estiman en un tercio al menos. El presidente Nicolás Maduro achaca la escasez a una 'guerra económica' orquestada por empresarios y opositores, acusa a supermercados de 'ocultar' alimentos para generar 'zozobra' entre la población y alentar el descontento social. Pero los analistas la explican por el control de cambios vigente desde 2003, el empeño en mantener un dólar barato y la regulación de precios de alimentos y productos básicos.

A ello se suma el desplome de los precios del petróleo que merma las divisas de Venezuela, que obtiene en el crudo 96% de sus ingresos.