Redacción Quito
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Diafoot ayuda a dar pasos firmes y saludables

Lo que se inició como un proyecto de tesis de grado en el 2006, se convirtió tres años después en un negocio que genera ingresos y soluciona los problemas que los zapatos tradicionales generan a las personas con diabetes, empeine alto, espolón...

Diego Arias es el dueño y fundador de Diafoot, una empresa que fabrica calzado ortopédico adaptado para personas con diabetes y afecciones de los pies. Lo que distingue a este negocio es que cuenta con un escáner con el que se toma la huella del pie a sus clientes. Así se elaboran las plantillas para los zapatos.

Durante su infancia, Arias vio de cerca cómo su abuelo, enfermo de diabetes, tenía problemas para caminar con el calzado tradicional. Las costuras internas de los zapatos le raspaban la piel, las delgadas plantillas y lo duro del calzado le causaban hinchazón en los pies cuando caminaba durante mucho tiempo.

“Uno no se imagina lo incómodo y doloroso que puede ser para un diabético caminar con estos zapatos o lo difícil que es encontrar un calzado adecuado. Las complicaciones tardías de un pie diabético pueden ser fatales si no se toman precauciones, puede incluso causar la amputación del miembro”, cuenta Arias.

Por eso, en el 2009, con una inversión inicial de USD 8 000, decidió desarrollar su propia línea de calzado adaptado para personas con diabetes. La mitad de ese dinero lo invirtió en la producción de zapatos y la otra mitad en la adecuación de un local en el norte de Quito.

“Los zapatos para pie diabético cuentan con una horma extraancha, para que no apriete a quien los utilice, no tiene costuras en el interior y tienen una suela biomecánica que distribuye el peso”. explica Arias. Su producto tuvo buena acogida el primer año, por lo que en el 2010 amplió su línea de producción y comenzó a elaborar zapatos para personas con juanetes, con punta extra ancha; zapatos con empeine alto, con medida reajustable de acuerdo al nivel del empeine; para pie plano, espolón calcáneo, artritis, entre otras afecciones. También ofrece plantillas ortopédicas personalizadas según el tipo de pie del cliente.

Cada par de zapatos puede costar hasta USD 99, dependiendo del producto, y las platillas -que pueden ser solicitadas por separado- cuestan USD 45. Adicionalmente, cuentan con la línea Calzado siete días, diseñado para personas que caminan mucho a diario o pasan mucho tiempo de pie.

La venta de estos productos le genera a Diafoot ingresos entre los USD 70 000 y 75 000 al año. Desde hace un año también oferta calcetines para el tratamiento y prevención de várices y diabetes, que se producen en Ambato. En los talleres se fabrican entre 500 y 600 pares al año, de esa cifra se vende un promedio del 80%.

Gustavo Egas, de 66 años, sufre de diabetes y desde hace tres años utiliza los productos de Diafoot. Él cuenta que tiene cuatro pares de zapatos fabricados por la empresa de Arias, y que su esposa, Matilde Álvares, también tiene un par.

“Los zapatos son sumamente cómodos, desde hace tres años no tengo problemas de hinchazón. Las plantillas son de algodón y no producen sudor, eso evita escoriaciones en el pie”, dice.

Otro indicador del crecimiento de este negocio es el número de empleados. Cuando comenzó la empresa, en el 2009, Arias trabajaba solo y enviaba a maquila; ahora, en el 2013 brinda empleo a siete personas en el área comercial; en los talleres en Ambato trabajan 15 personas.

Alison Robalino, clienta de este negocio, cuenta que pasa largas horas de pie por su trabajo. Ella trabaja en atención al cliente en un hospital de Quito y asegura que comenzó a utilizar el calzado de Diafoot por que al final del día, de tanto caminar, los pies le dolían.

“Comencé a buscar una alternativa cuando el dolor se volvió insoportable, sobre todo en las mañanas, que me despertaba y ya tenía los pies amortiguados. Con estos zapatos ya no tengo esos problemas”, dice.