Manuela Pilco y Kaya Janeta son propietarias del emprendimiento Kinku, ubicado en el centro de Quito. Foto: LÍDERES

Manuela Pilco y Kaya Janeta son propietarias del emprendimiento Kinku, ubicado en el centro de Quito. Foto: LÍDERES

Diseños hechos a mano rescatan la identidad Puruhá

30 de enero de 2020 12:26

La vestimenta indígena más vendida en Ecuador procedía, hasta hace poco, de Otavalo.
En los últimos años, nuevos diseñadores del centro del país crearon prendas para rescatar la diversidad de los pueblos Kichwas Puruhá de Chimborazo.

Esto motivó a Manuela Pilco, nativa de esa provincia, a emprender un negocio con técnicas de bordado junto a sus hijos, en 1997.

La emprendedora se radicó en Quito hace más de 30 años, donde decidió empezar de cero.
Creó un negocio enfocado en rescatar la cultura y tradición de portar indumentaria indígena; así surgió Kinku.

Este emprendimiento se inició hace dos años de la mano de Pilco y sus hijas, Ana y Kaya Janeta, para mantener la tradición familiar.

Kinku es una palabra kichwa que significa zig-zag; esto simboliza el recorrido del sol y la luna; también lo relacionan con la mujer y la naturaleza.

Kaya Janeta menciona que esa definición la utilizan para plasmar los diseños en cada prenda.
Cuando iniciaron con el negocio, invirtieron cerca de USD 50 000; este monto se utilizó para comprar la maquinaria, tela para confeccionar las blusas, además de un local para venderlas.

La elaboración de estas prendas tiene dos líneas de bordado; las realizan a mano y en máquina.

Para el proceso manual, primero se hace un boceto para el diseño de la prenda, después realizan el bordado artesanal.

En cambio, para el bordado en máquina, se hace un diseño computarizado para que la máquina procese el bordado en la tela, luego se decora con más accesorios.

En el emprendimiento cuentan con el apoyo de cuatro personas de planta, quienes trabajan junto a Pilco y sus hijas en el taller de confección, en el sur de Quito.

Además, en este proceso incluyen a amas de casa; ellas bordan algunos diseños en las prendas.

Kaya Janeta afirma que generan trabajo comunitario: “Nosotras les entregamos, por ejemplo, el corte de la tela y ellas bordan a mano, así ayudamos y generan ingresos”.

Al inicio, el emprendimiento estaba direccionado a mujeres y hombres kichwas Puruhás.
Sin embargo, las prendas que ofertan en Kinku permitieron que la clientela se amplíe.

Wilma Pilataxi, cliente de Kinku, recomienda estas prendas. “Vale la pena adquirirlas por la buena calidad y sus bordados. A su vez, innovan en los diseños, ahora son más modernos y se pueden combinar con más accesorios.”, manifiesta Pilataxi.

Este negocio familiar recibe pedidos de ciudades como Guayaquil y Guaranda; también de Colombia, Perú, Bolivia y España a través de redes sociales.

El plan de este negocio para este año es abrir una primera sucursal en Guayaquil, debido a la alta demanda que tienen las prendas en esa ciudad.

Otros detalles

Los diseños 
tienen gran acogida y son distribuidos a nivel nacional a través de redes sociales.

La prenda más vendida es la blusa clásica. Los precios de esta varían debido a la fabricación. Van de USD 35 a USD 400.

Kinku diseña prendas bajo pedido para ocasiones especiales como corsés de alta costura.
Su local se encuentra en el centro de Quito, en la calle Cuenca, entre Olmedo y Mejía.