Francisco Rivadeneira y Roberto Betancourt fueron parte del equipo negociador. Foto: Archivo / LÍDERES

Francisco Rivadeneira y Roberto Betancourt fueron parte del equipo negociador. Foto: Archivo / LÍDERES

Nueve años tomó aprobar el acuerdo con la Unión Europea

7 de noviembre de 2016 12:30

Nueve años, entre altos y bajos, fue el tiempo que le tomó a Ecuador concretar el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE).

Este proceso se remonta a 1994 cuando el bloque europeo se propuso concretar acuerdos con países o grupos de países, recuerda Mentor Villagómez, primer jefe negociador del país.
Casi 10 años después, con la firma del Acuerdo de Diálogo Político -promovido por bloques interesados en acuerdos comerciales- la Comunidad Andina arrancó un proceso formal de consultas, liderado por Villagómez. En 2007, en Bolivia, arrancó el trabajo para el proceso de aprobación, para concretar un acuerdo comercial con Europa.

Desde ese momento en el Ecuador se evidenciaron permanentes conflictos ideológicos alrededor del tema. Desde el Gobierno siempre se indicó que no se buscaba firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) y esa fue la línea que tuvo que llevar Villagómez durante los seis años que lideró el proceso de diálogo.

En 2009 la negociación se suspendió debido a los conflictos con la UE. El bloque no acató disposiciones de la Organización Mundial de Comercio para ajustar el valor de la tasa para el ingreso del banano ecuatoriano. Una vez que esto se superó, el país buscó negociar de nuevo.

Pasaron cuatro años y los entonces viceministros y ministro de Comercio Exterior Eduardo Egas y Francisco Rivadeneira, así como el segundo jefe negociador, Roberto Betancourt, trabajaron en el proceso de diálogo.

Durante esa época se dieron avances gracias a videoconferencias, reuniones e intercambio de correspondencia. Sin embargo, también se generaron situaciones en las que el acuerdo pudo haberse dado de baja debido a las contradicciones internas del Gobierno con relación al tema e, incluso, incidentes entre funcionarios que se ventilaron de forma pública de diversas maneras.

Nathalie Cely, exministra Coordinadora de la Producción, explica que es normal que haya posiciones diferentes pero que finalmente se logró la meta.

La negociación se cerró en julio del 2014 de la mano de Betancourt y Rivadeneira. Eduardo Egas, quien en esa época era asesor del presidente Rafael Correa en temas de Comercio Exterior, relata que las últimas noches fueron agotadoras. Una de ellas se hizo muy tarde y los negociadores ecuatorianos, que estaban en Bruselas, pidieron algo para comer, pero allí les dijeron que ya no les podían entregar nada a esa hora. Mientras tanto, en otra sala, a los europeos les llegaron pizzas. “Nos querían ganar la moral y llegar a un arreglo esa misma noche. Felizmente el equipo negociador aguantó”.

Cuando ya estuvo listo el preacuerdo Rivadeneira tuvo que informarle a Correa del tema. Con el sí del Mandatario se logró cerrar el convenio comercial.

Desde ese año a la fecha se han producido avances y demoras por aspectos técnicos y administrativos. Resuelto todo, la firma del acuerdo será el 11 de noviembre. Y regiría desde enero.

Para que rija el acuerdo se necesitan dos pasos

La firma y la ratificación del acuerdo comercial entre Ecuador y la Unión Europea (UE) en el Parlamento Europeo son los dos pasos que se deben cumplir en dicho bloque para que entre en vigencia el 1 de enero del 2017.

El primer paso se concretará este viernes, según lo confirmaron las autoridades de las dos partes. De parte de Ecuador, participarán en la ceremonia el vicepresidente Jorge Glas y el ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli. Como invitados acudirán representantes de exportadores nacionales y empresarios de Manabí.

Una ceremonia similar tuvieron en junio del 2012 Colombia y Perú, cuyo acuerdo está plenamente operativo. Ambos países tuvieron que dar su aval para que Ecuador pueda incorporarse al convenio.

Tras la suscripción, el Parlamento Europeo debe ratificar el acuerdo antes de la última sesión plenaria de este año, prevista para antes del 15 de diciembre. Solo con este paso el acuerdo regirá desde enero.

Entre la firma y la ratificación será el INTA, una institución del bloque, quien revisará el texto y presentará sus criterios al Parlamento Europeo. El análisis ya se está adelantando para tener todo listo y cumplir con los tiempos previstos para la vigencia.

En el ámbito local, el texto deberá llegar a la Presidencia y ser remitido a la Corte Constitucional; luego deberá pasar a la Asamblea Nacional. De hecho, el Ministerio de Comercio Exterior ya ha adelantando procesos y ha tenido reuniones con los representantes de ambas entidades.

Ecuador firmó la revisión jurídica de su acuerdo comercial con el bloque el 12 de diciembre del 2014. El Ministerio de Comercio Exterior indicó entonces, que su titular, Francisco Rivadeneira, y la comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malström, suscribieron un acta a través de la cual se selló el proceso de revisión jurídica de los resultados de la negociación, que se cerró previamente en julio de ese mismo año.

Con el acuerdo, las rosas ecuatorianas entrarán al bloque europeo sin aranceles. Foto: Archivo / LÍDERES

Con el acuerdo, las rosas ecuatorianas entrarán al bloque europeo sin aranceles. Foto: Archivo / LÍDERES

Los productos agrícolas tendrán beneficios para ingresar a la UE

El acuerdo comercial que Ecuador firmará con la Unión Europea (UE), el próximo 11 de noviembre, será similar al que el bloque de los 28 países firmó en el 2013 con Colombia y Perú. Las negociaciones que mantuvieron Ecuador y los representantes de la UE, que concluyeron en julio del 2014, se tradujeron en un texto que detalla una serie de beneficios para el país, particularmente para el sector agropecuario.

Ecuador espera llegar con ventajas arancelarias desde enero del 2017 a un mercado conjunto que representa un Producto Interno Bruto de USD 170 350 millones, con cerca de 500 millones de consumidores. Según el texto del acuerdo, productos como rosas, cacao, cereales y frutas llegarán a la UE sin aranceles.

El ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, detalló algunas de las particularidades que tiene este acuerdo, que lo diferencian del que la UE suscribió con Colombia y Perú. “En la etapa de negociación se incluyeron determinados amortiguamientos para precautelar la producción local. Es decir, períodos durante los cuales todavía rige un arancel de protección de productos hacia el Ecuador, para permitir el desarrollo de esa industria o de esa producción agrícola”.

Según el Ministerio de Comercio Exterior, el mercado de la UE resulta importante para el sector agroexportador por el flujo de ventas.

Pero si el acuerdo no se ratificara, productos como camarón, cacao, atún, o flores ya no podrán beneficiarse del sistema de preferencias arancelarias, que vence en diciembre próximo.
Hoy, el 60% de la oferta exportable de Ecuador a la UE se beneficia de estas preferencias. En el caso del atún, el impacto negativo de no suscribir el acuerdo sería elevado, según exportadores. Roberto Aguirre, vicepresidente de la Cámara Nacional de Pesquería, dice que el mercado europeo absorbe más del 50% del atún ecuatoriano.

Las exportaciones de atún, a su vez, representan el 56% de toda la industria de la pesca blanca. Ecuador exporta el atún en lomos o en producto procesado (enlatados). Las exportaciones de este último alcanzaron los USD 1 263 millones en el 2014, pero cayeron a USD 952 millones en el 2015. Aguirre recuerda que sin un acuerdo con la UE, el atún ecuatoriano ingresaría con un arancel de alrededor del 24% del precio de la tonelada.

En camarón, el país dejará de pagar el 3,6% de aranceles que rige ahora.
Los productores pequeños del país estarán entre los favorecidos con el acuerdo. Juan Garaycoa es productor de pitahaya en la provincia de Zamora; cultiva dos hectáreas y envía parte de su producción a Holanda y Francia, sin aranceles. “Con el acuerdo ya no tendremos que preocuparnos por el vencimiento de las preferencias”.

Ecuador negoció condiciones favorables para otros productos agrícolas de exportación. Así, negoció un contingente anual sin aranceles de 37 000 toneladas de maíz duro y derivados para el primer año del acuerdo, y que crecerá un 3% anual. Para el arroz concretó un contingente de 5 000 toneladas al año; y de 25 000 toneladas para azúcar blanca, cruda y panela.

En las negociaciones se determinaron los productos que fueron excluidos, debido a su sensibilidad. Allí se incluyeron las carnes de bovinos, aves y sus procesados, así como soya, papa, queso fresco, leche, entre otros. Según Comercio Exterior, los productos excluidos representan alrededor del 60% de todo el valor bruto de la producción agropecuaria del país.
Con relación a la leche y su derivado en polvo, la UE puede ingresar al país con un contingente de 400 toneladas, con un crecimiento de 20 toneladas por año. “Este volumen representa el 0,18% de la producción de leche líquida actual”, según el texto de la negociación. Si el volumen de importación de estos productos es superior, Ecuador podrá aplicar aranceles a los excedentes.

Con relación a la producción ecuatoriana de quesos, en la negociación se consiguió un plazo de 17 años para la reducción del arancel, como una medida de proteger al productor nacional. La Unión Europea podrá introducir 1 000 toneladas de queso, con un incremento de 50 toneladas al año.