Maria Lourdes Linzan alquila una habitación de su departamento a extranjeros a través del programa Airbnb. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO.

Maria Lourdes Linzan alquila una habitación de su departamento a extranjeros a través del programa Airbnb. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO.

La 'economía colaborativa' reformula el mercado mientras crecen quejas

8 de febrero de 2015 12:04

¿Quieres ganar algo de dinero extra llevando a extraños en tu coche, cuidando el perro de otra persona, alquilando tu apartamento o cocinando? Bienvenido a la economía colaborativa.

Con aplicaciones de internet y servicios como Uber o Airbnb puedes ganar algo de dinero a la vez que el consumidor ahorra. Así que, ¿todos ganan? Esta es la pregunta del millón.

El aumento de las personas que comparten casa, coche y otros servicios ha transformado modelos económicos. Sin embargo las quejas crecen a la par, porque estos servicios no se acogen a las reglas de seguridad, protección del consumidor y derechos laborales.

No obstante, algunos economistas aseguran que este modelo ofrece grandes ventajas aprovechando recursos inutilizados. La economía colaborativa "puede mejorar el bienestar del consumidor ofreciendo innovaciones, más opciones, servicio diferenciado, mejores precios y mayor calidad de servicio", según un estudio de la universidad George Mason.

El investigador Christopher Koopman, autor del informe de George Mason, dijo que la economía colaborativa "permite a las personas tomar un capital improductivo y convertirlo en fuente de ingresos".

"Las personas están aprovechando habitaciones, automóviles, herramientas que no usan y se convierten en empresarios", precisó. No hay una definición oficial de economía colaborativa. Algunos incluyen los servicios en línea como los de Instacart y Postmates, plataformas como Peerby o DogVacay, para el cuidado de mascotas, y el servicio de baños Airpnp.

El estudio indica que hay cinco segmentos en la economía colaborativa: finanzas, contratación de personal en línea, alojamiento, autos compartidos y streaming de video y música. Se estima que, sumados, alcanzarían 335.000 millones de dólares en 2025. En la actualidad representan USD 15 000 millones.

"Algunas industrias, como los taxis y los B&B (alojamientos con desayuno), se transformarán por completo. Mientras que otras, como los servicios financieros, se verán afectadas ligeramente. Esto es parte de la 'revolución tecnológica', así como una nueva regla", añadió Koopman.

¿Innovando o rompiendo las reglas?
Uber es la plataforma más conocida de la economía colaborativa; alcanza USD 40 000 millones de dólares y está presente en más de 200 ciudades en 54 países.

Pero otros servicios similares como Lyft y Sidecar han despertado las protestas de los conductores de taxis, que se quejan de que los nuevos competidores no tienen que someterse a las mismas exigencias que ellos para obtener una licencia o el seguro, lo que les convierte en competencia desleal. Airbnb, plataforma líder en hospedaje colaborativo, ha despertado quejas similares en el sector hotelero.

Pero la aplicación se esforzó por recaudar impuestos en algunos locales. Dean Baker, economista del Centro para Estudios Económicos y Políticos de Washington, aseguró que estos actores no pueden prosperar porque no juegan con las mismas reglas.

"No tiene sentido regular un sector y que haya otro en el que no se apliquen las reglas", advirtió a la AFP. Baker añadió que el servicio de auto compartido es el que despierta mayor preocupación ya que compite contra taxis, que tienen que lidiar con restricciones de licencias en la mayoría de las ciudades. "Hay una cuestión de justicia", dijo Baker. Si las ciudades quieren permitir que cualquiera conduzca, deberían recomprar las licencias" de los taxis, agregó.