El presidente de la República, Guillermo Lasso, junto  al ministro Julio Prado (izq.), Camilo Pinzón, de la AEI (der.), y emprendedores, en el lanzamiento de la Estrategia Ecuador Emprendedor, Innovador y Sostenibles 2030 / Foto: Vicente Costales, LÍDERES

El presidente de la República, Guillermo Lasso, junto al ministro Julio Prado (izq.), Camilo Pinzón, de la AEI (der.), y emprendedores, en el lanzamiento de la Estrategia Ecuador Emprendedor, Innovador y Sostenibles 2030. Foto: Vicente Costales / LÍDERES.

El ecosistema emprendedor e innovador cuenta con una hoja de ruta 

9 de agosto del 2021

De cada 100 adultos en Ecuador, 36 estaban en proceso de iniciar o iniciando un negocio en 2019, según la tasa de Actividad Emprendedora Temprana (TEA) del Global Entrepreneurship Monitor Ecuador 2019/2020, elaborado por la Espae, Escuela de Negocios de la Espol.

Es uno de los países más emprendedores de América Latina, pero también con la tasa más alta de salida de un negocio (9,3%), según el mismo estudio. Las principales razones del cierre de un negocio fueron: problemas personales, falta de rentabilidad y falta de financiamiento.

Disminuir la tasa de salida, con emprendimientos de base sólida, sostenibles en el tiempo, es uno de los principales retos del ecosistema emprendedor del Ecuador.

La Estrategia Ecuador Emprendedor, Innovador y Sostenible (EEIS) 2030, desarrollada por la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), busca ser una herramienta para impulsar, guiar y apoyar al sector del emprendimiento e innovación en el país, como factor clave para la reactivación económica.

Esta hoja de ruta fue presentada por la AEI al Gobierno nacional, en un encuentro con emprendedores y empresarios, celebrado el pasado 4 de agosto, en el hotel Wyndham, en Tababela.

Los retos transversales de la EEIS 2030 se enfocan en: marco normativo, talento humano, cultura, innovación, financiamiento, mercado, asesoría y soporte.

Para Andrés Zurita, director ejecutivo de la AEI, la promulgación de la Ley de Emprendimiento e Innovación (febrero, 2020) fue un “primer gran paso” para simplificar y mejorar el ecosistema emprendedor. Sin embargo, enfatizó que es necesario que se avance en la reglamentación de varios temas, como cierre de empresas, valoración de activos intangibles y financiamiento a través del crowdfunding de inversión.

Otro tema en el que se debe poner “un esfuerzo especial” es en el financiamiento, señaló Zurita. “Es el gran desafío que tenemos como país porque los emprendedores tienen pocas opciones para cristalizar sus ideas”.

La EEIS 2030 también promueve el desarrollo de ecosistemas sectoriales: agroexportación no tradicional, biotecnología industrial, cáñamo industrial y medicinal, construcción de vivienda, financiero, logística para exportación, emprendimiento e innovación en minería responsable y desnutrición crónica infantil.

La priorización de estos ocho ecosistemas fue el resultado de la iniciativa Reinventa Ecuador, impulsada en 2020 por la AEI y Naciones Unidas Ecuador.

El presidente de la República, Guillermo Lasso, invitado al encuentro, enfatizó en su intervención que la mejor manera de facilitar el emprendimiento es eliminar “tantos trámites” y, en segundo lugar, aranceles e impuestos.

El pasado 1 de agosto entró en vigencia la reducción arancelaria, total o parcial, de 667 productos, favoreciendo a 81 actividades económicas del país, entre ellas agroindustria y tecnología.

El Mandatario recordó que siete de cada 10 ecuatorianos, que forman parte de la población económicamente activa, no tiene un empleo formal, ubicándose en el desempleo, el subempleo o la informalidad. “¿Cuál es la mejor manera de luchar contra esto? El emprendimiento y la innovación”.

El ministro de Producción, Julio José Prado, recordó en su intervención que el 12 de julio pasado se puso en marcha el Consejo Nacional de Competitividad, Emprendimiento e Innovación, creado a través de la Ley de Emprendimiento e Innovación. “De ahí saldrá la agenda de competitividad más ambiciosa del Ecuador”, manifestó.

El director de la red AEI invitó a sus aliados a escoger un rol dentro de la EEIS 2030: compradores de productos, financistas, asesores, entre otros, e involucrarse.

 Innovar, formalizarse y ser competitivos son las claves

El evento de la EEIS 2030 contó con la participación de emprendedores, entre ellos Yakupura y Cusi. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

El evento de la EEIS 2030 contó con la participación de emprendedores, entre ellos Yakupura y Cusi. Foto: Vicente Costales / LÍDERES


Ecuador está ubicado entre los principales países de Latinoamérica con las tasas más altas en cuanto a la intencionalidad para emprender. Incluso, está por encima de Colombia y Brasil y solo superado por Chile, de acuerdo con el estudio publicado por Global Entrepreneurship Monitor (GEM) durante el año anterior.

En esta investigación se determinó que el 53% de la población ecuatoriana encuestada tiene la intención de emprender dentro de tres años o menos. Además, un 36,2% logró iniciar un negocio, sin embargo, no superó los tres meses de operatividad.

El director del Centro de Innovación y Emprendimiento Prendho, Marcos Vega, indica que la necesidad de mantenerse en el tiempo no solo es un tema que se plantea para los emprendimientos de subsistencia, sino también para los de base tecnológica. La clave es centrarse en el modelo Heurístico, que consiste en identificar los problemas y las necesidades del entorno y a partir de allí plantear las soluciones que sean aceptadas por el mercado.

Vega agrega que para identificarlas se requiere desarrollar habilidades blandas, que no se aprenden mediante un libro, curso o taller, sino con el aprendizaje tácito. Es decir, poner en práctica algo de forma reiterada como es la observación. “No es fácil, pero cuando se lo hace se está en el camino hacia el éxito”.

Para él, este método se debe aplicar ya sea al inicio del proyecto o cuando ya se tiene algún tiempo porque hay negocios que están estancados y no crecen porque ofrecen cosas que no son necesarias. “La innovación resulta de generar ideas adecuadas, que surgen del modelo Heurístico”.

Según Vega, la innovación es una consecuencia de un proceso bien llevado. “El problema serio es que en el país no se abren empresas, sino negocios. Para ser una empresa es necesario ser competitivo y para ello se requiere innovar. Y los negocios no quieren hacerlo porque es más fácil repetir cosas que hacen otros en el entorno cercano u otros países”.

Cuando ocurren situaciones como la pandemia del covid-19, dice Vega, muchos emprendimientos o negocios cierran porque no tuvieron la cultura de innovar y no quisieron cambiar su mentalidad y pensar a largo plazo. Él añade que el problema en Ecuador es que se piensa en el día a día.

Otro aspecto es acabar con la informalidad, destaca la consultora de Negocios, Cristina Martínez. Para ella, la Ley Orgánica de Emprendimiento e Innovación tiene fundamentos claros sobre el apoyo a emprendedores mediante el desarrollo e implementación de políticas que incentiven.

Por ello, agrega, es necesario formalizar para acceder a beneficios . “No solo se trata de trámites a realizar, sino que abre las puertas a un sin fin de oportunidades para hacer del emprendimiento un negocio exitoso”.

Según Martínez, un emprendimiento legalizado otorga la credibilidad que se requiere para hacer negocios, refleja cumplimiento de sus obligaciones y confianza.

En algunos casos, dice Martínez, por desconocimiento y deseo de ahorrar costos, muchos huyen de la idea de formalizar su negocio, sin prever que, con la estrategia correcta, esto les evita en el futuro gastos innecesarios, incrementa las ganancias y les abre las puertas a nuevas oportunidades, incluso créditos e inversiones.

Ella aconseja medir la rentabilidad. Por lo general, los proyectos tempranos e informales tienden a confundir los costos, gastos e inversiones personales con los del negocio. “La formalización les permite acceder a cuenta corriente y otros recursos. De esta manera, es posible entender mejor si es o no rentable”.

Otro aspecto es el acceso al crédito. Para ella, las iniciativas -en una primera etapa- comienzan con recursos propios, pero a medida que avanzan requieren de nuevas formas de financiamiento, ya sea público o privado.

Además, cuando un emprendimiento está formalizado, proyecta más confianza y credibilidad. Eso ayuda a que otros los vean como un potencial socio, lo que podría ayudar aún más en la expansión de su mercado y a su vez generar mayor competitividad para hacer crecer el negocio.