Los familiares de los emigrantes esperan su turno en los exteriores de la agencia Quizhpi Express, en el Centro Histórico de la capital azuaya. Realizan envíos de paquetes o reciben dinero. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Los familiares de los emigrantes esperan su turno en los exteriores de la agencia Quizhpi Express, en el Centro Histórico de la capital azuaya. Realizan envíos de paquetes o reciben dinero. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Los emigrantes envían menos dinero por la crisis económica

23 de octubre de 2020 12:39

La guayaquileña María Parrales vive 17 de sus 55 años en Bilbao, España. Hasta mayo pasado trabajaba cuidando a una persona de la tercera edad, quien falleció de neumonía. Esa labor la cumplió durante nueve años.

Estuvo dos meses sin empleo porque las agencias y las iglesias, que ayudan a encontrarlo, estaban cerradas por covid-19. Acudió a más de 10 entrevistas de trabajo, pero le ofrecían menos de los USD 1 150 al mes, que es el sueldo básico para cuidar a adultos mayores en ese país europeo.

En otros casos no le daban las dos horas libres diarias, ni los dos pagos extraordinarios al año (un sueldo básico cada seis meses), “que tenemos las asistentes profesionales y auxiliares de ayuda a domicilio. No podía aceptar eso”.

Desde que se quedó sin trabajo envía solo USD 400 al mes a su familia en Guayaquil. Es la mitad de lo que depositaba antes. “Intento ahorrar algo para mi salud y estabilidad económica”, dice Parrales.

Su temor es el nuevo rebrote de coronavirus. Lo mismo teme Mónica Vallejo, de 45 años, y oriunda de la provincia de Napo. Ella, quien vive desde hace 17 años en España, tampoco tiene confianza de que la pandemia acabe pronto. Siempre ha trabajado en la limpieza de casas, pero desde junio pasado se quedó sin empleo.

Sus ahorros se están terminando porque los usa en la comida y renta del departamento y no envía nada a su familia. “Esta crisis no la he vivido en los 17 años que tengo en Europa”, se lamenta Vallejo.

De acuerdo con el Banco Central del Ecuador, el país recibió USD 1 398,62 millones por remesas durante el primer semestre del 2020. Es una cifra inferior en 9,52% a la registrada en el mismo período del 2019, cuando ingresaron USD 1 545,82 millones.

En la investigación del Central se determinó que la reducción se debe a la emergencia sanitaria por covid-19, que fue declarada en Italia, España y EE.UU. Estos tres países son los principales destinos de los ecuatorianos.

El Gobierno de Ecuador calcula que el dinero que envían los migrantes disminuirá en USD 570 millones durante el 2020, debido a la crisis económica mundial.

Según el director de Investigación de Economía de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, la reducción registrada en el primer semestre aún no llega a los niveles previstos por el Régimen, que bordearía el 20%, “pero en el segundo semestre será más evidente la afectación”.

Él explica que los emigrantes envían la mayor cantidad de dinero en Navidad y fin de año, pero ahora no llegará en la misma proporción por la crisis económica mundial y porque se tiene previsto un rebrote de coronavirus en EE.UU. y Europa.

“Los migrantes sufren las consecuencias y guardarán dinero para su subsistencia en los próximos meses”, dice Mendieta. Él agrega que debido a las condiciones económicas del Ecuador, ya existe un éxodo de personas, y podría aumentar en los próximos meses por la falta de trabajo.

Por esa razón emigró Bernarda, quien labora desde hace un mes en una panadería en Queens. Gana USD 800 semanales, más las propinas. Ella estuvo desempleada durante seis meses en Cuenca. No envía dinero a su familia porque está ahorrando y porque tiene temor de quedarse sin trabajo. “Los negocios están cerrando acá por el rebrote (de covid-19)”.

Líderes infografía


William Murillo es director de la organización 1800Migrante.com, con sede en Nueva York. Según él, en la actualidad no hay muchas plazas de empleo para la mano de obra ecuatoriana, que en su mayoría es ilegal y que se centra en opciones presenciales como la construcción, limpieza de oficinas, comercios y viviendas, labores en el campo, entre otras.

“Por eso, buscan trabajos temporales y hacen cosas que antes no pensaban, pero están obligados por la necesidad”, dice. “Por eso cayeron las remesas y es complicado predecir el futuro, por la proximidad electoral en EE.UU. y por el rebrote del covid-19".


Desde el país se envía menos dinero afuera

Redacción Quito (I)
redaccion@revistalideres.ec
La pandemia impactó en los envíos de dinero que hacen migrantes desde el país a otras naciones.

Las cifras del Banco Central del Ecuador (BCE) muestran que este rubro cayó 27,2% entre el primer semestre de este año frente al mismo período del anterior.

En los primeros seis meses del año, desde el 2015, se evidenció un crecimiento paulatino de las remesas que salieron del país. Sin embargo, es evidente cómo tras la crisis sanitaria del 2020 bajaron.

Tanto ciudadanos ecuatorianos como extranjeros perdieron el trabajo o enfrentaron una reducción de sus ingresos. Para los segundos se hizo difícil sostenerse en el país, y mucho más complicado enviar dinero a sus naciones.

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César Bernal, un colombiano con 10 años en Ecuador, no ha conseguido empleo en lo que va del año. Es sociólogo, con maestría en el área. Del 2015 al 2018, mientras laboró como funcionario de la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), envió alrededor de USD 60 al mes a una de sus hermanas en Colombia, para pagar servicios del hogar y gastos escolares de sus hijos.

El año pasado prestó servicios profesionales al Instituto Nacional de Evaluación Educativa, con un contrato por 10 meses, hasta diciembre. Con una disminución de sus ingresos, las remesas fueron más distanciadas. Pero este año, al encontrarse sin trabajo, tuvo que suspenderlas. La última vez que entregó dinero a su hermana fue en enero, cuando la visitó. Bernal ha recurrido a sus ahorros y al Fondo de Cesantía del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) para cubrir sus gastos.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señaló en julio de este año -en el documento ‘Enfrentar los efectos cada vez mayores de covid-19 para una reactivación con igualdad’-, que el envío de remesas será unos de los rubros que se derrumbará en América Latina tras la pandemia.

Dicho informe también indica que esta situación impactará a los países más pobres de la región. En Venezuela, por ejemplo, existen familias que se sostienen a base del dinero que envían parientes que se hallan en el exterior.

La venezolana María Eugenia Hernández, de 50 años, es licenciada en Enfermería y vive en Ecuador. Su último empleo fue como cuidadora de un adulto mayor con alzhéimer, que lo hizo por dos meses, hasta el pasado 16 de marzo, cuando arrancó la cuarentena.

Reside en el país desde hace tres años. Anteriormente, enviaba al menos USD 50 al mes a sus padres y a su hija menor, de 25 años, para ayudarles a cubrir gastos de servicios y alimentación. Tras quedarse sin trabajo, suspendió los envíos de dinero a sus familiares que viven en Caracas.

Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) proyecta que las remesas para todos los países de la región podrían presentar una caída en promedio de entre 20% y 32% en este año, dependiendo del tamaño de la contracción mundial.

“Esto podría tener graves efectos en América Latina y el Caribe, que sumirían en la pobreza y el hambre a los hogares que dependen de las remesas. De esta manera, se reducirían los niveles de consumo y sus ingresos fiscales asociados, que son tan necesarios justo ahora en la lucha contra la pandemia”, indica el organismo.

Vanessa Carrión, docente investigadora de la Universidad de Las Américas (UDLA), señala que algunos migrantes que todavía han tenido posibilidades de supervivencia han enviado sus ahorros. Esto, como una medida para paliar la situación crítica que pudieran estar viviendo sus familiares en el extranjero.

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Ella explica, además, que los migrantes dentro de la región, usualmente, se dedican a actividades que han sido fuertemente golpeadas durante la pandemia, entre las que están las ventas informales, manufactura y otras.

En el primer semestre del 2020, indica el BCE, se remitieron USD 182,86 millones a Colombia, Perú y China, cifra que representó el 79,20% del total enviado, derivada de actividades económicas en servicios, comercio, hoteles y restaurantes, entre otras.

De su lado, los recursos girados hacia Cuba, Bolivia, Nicaragua, Haití y Venezuela provendrían de actividades informales y que representaron el 1,66% (USD 3,83 millones) del flujo enviado al exterior, señala el reporte del BCE.

El estudio del BID
Análisis. Los países con ingresos más bajos, indica la entidad, tienden a recibir más remesas. Los migrantes en países con ingresos más altos tienden a enviar montos más grandes.
El impacto. Las remesas, es decir las transferencias de trabajadores expatriados a sus familiares y amigos en sus países de origen, constituyen una fuerza impulsora del crecimiento económico, de la reducción de la pobreza y una mayor inclusión financiera, sostiene el BID. Además, son claves para diferentes naciones de América Latina.
Ecuador. El país es un punto de envío de remesas en América Latina. Los migrantes buscan obtener ingresos en dólares para enviar a sus naciones de origen.