Peluquería

Los esposos Rossy Bastidas y Andrés López (centro) fundaron un negocio familiar en el centro de Santo Domingo. Se especializan en peinados, tintes, asesoramiento de imagen, etc. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

María Victoria Espinosa (I) 
redaccion@revistalideres.ec
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Este equipo sortea las crisis gracias al negocio de la belleza

25 de octubre de 2015 13:51

The Collection Peluquería nació en plena crisis. Era 1999 y este negocio sorteó las adversidades, se reinventó en tres ocasiones, ganó la confianza de los clientes y ya tiene 16 años en el mercado de belleza estética de Santo Domingo de los Tsáchilas.

En el primer local se invirtieron 16 millones de sucres en 1999. Rossy Bastidas compró ese año una pequeña peluquería en el centro de la ciudad, pero le cambió el nombre a The Collection Peluquería. “Tenía 21 años cuando empecé. Fue difícil demostrarles a los clientes que, a pesar de mi corta edad, yo tenía experiencia”.

Con el tiempo, la peluquería ganó fama y en tres años ya tenía más de 500 clientes fijos. Esto obligó a que Bastidas contratara dos ayudantes. Además, sus instalaciones se remodelaron en tres ocasiones para brindar nuevos servicios a sus clientes, como una tienda de productos importados para el cabello y una peluquería especializada en niños.

En la actualidad, en este negocio familiar trabajan 10 operarias. “La clave para llegar a la gente fue mejorar la infraestructura, seguir capacitándonos y utilizar productos de calidad”, señala. Bastidas asegura que antes de comprar un artículo para el cabello o la piel, ella lo utiliza. Si la reacción es favorable, lo usa en sus clientes. “Hay productos que producen alergia o dañan el cabello. Procuramos que eso no suceda”.

Por ello, implementó una tienda de productos de belleza, que es administrada por su esposo: Andrés López. Él es el gerente de los tres locales. “Estaba haciendo carrera en la banca, pero sentí que mi familia me necesitaba y decidí renunciar y administrar el negocio, que era dirigido de forma empírica”, cuenta López.

El local de productos de belleza se llama Make Up and Hair. Está ubicado entre la peluquería para señoras y niños. “Solo vendemos marcas de la gama profesional. Pese a que la importación es más complicada por las salvaguardias, apostamos por seguir vendiendo esos productos, aunque las ganancias sean menores”, indica López.

En este local se invirtieron alrededor de USD 15 000 y se inauguró en el 2013. La pareja también creó la peluquería especializada en niños. El lugar tiene un espacio para que los pequeños jueguen. Las batas que allí se utilizan son de dibujos animados, al igual que los asientos. El reto para el 2016 será instalar una peluquería para hombres y un salón especial para maquillar y peinar a novias y a quinceañeras.

Este último grupo ha tomado fuerza en los últimos dos años. Además, han asesorado a las candidatas a Reina de Santo Domingo. Esto debido a que son parte del grupo de estilistas del certamen de belleza local.

Este año, este emprendimiento trabajó con dos candidatas. Una de ellas fue Dayar Olmedo, reina de Santo Domingo 2015 - 2016. Ella sostiene que el cuidado de The Collection Peluquería fue fundamental para ganar el concurso. “Sabían las tendencias de moda, los colores que me favorecían, resaltaban mis cualidades”.

En la actualidad tienen 3 000 clientes fijos y la facturación promedio anual es de USD
200 000
. Para celebrar los 16 años de aniversario, los emprendedores organizaron un desfile de modas para resaltar las nuevas tendencias de la moda en peinados, maquillaje, tintes y cortes de cabello. Desfilaron las reinas de belleza, conductoras de televisión y clientes. Los próximos años se desarrollará nuevamente este evento, pero con fines benéficos.

Insignia

‘A los clientes doy mi mejor esfuerzo’


Patricia Muñoz. Estilista

“Trabajar en The Colletion Peluquería me ha permitido encontrarme con mi vocación. En este negocio he aprendido no solo las técnicas de belleza, sino también me enseñó a tratar con clientes. Sé que estos conocimientos me servirán en cualquier rol que me desempeñe en un futuro. Además, he aprendido a no darme por vencida y a intentar algo hasta conseguirlo, porque mi satisfacción es que la persona a la que atendí haya salido feliz. De lo contrario, mi esfuerzo y trabajo no valieron la pena. Una vez había una cliente muy estricta. Tuve miedo de atenderla, pero di mi mayor esfuerzo. Se fue feliz y desde entonces solo se atiende conmigo. Esa es una satisfacción para mí.

Me gusta ser parte de este negocio, porque siempre está innovándose. Siempre nos capacitamos o actualizamos nuestros conocimientos. Antes yo no trabajaba y este empleo me enseñó a valorar el dinero; ahora puedo aportar en mi hogar”.