Emprendedor. Foto: Pixabay

Ser emprendedor no es para cualquiera. Foto: Pixabay

Ser emprendedor es una de las labores más difíciles e ingratas que existen

15 de mayo de 2018 16:20

Texto de Osvaldo Ramírez / Tu Primer Millón

Tu familia te hará reclamaciones, porque trabajas mucho, tienes poco dinero, nunca te ven...

Tus empleados te harán reclamaciones, porque sentirán que los estás explotando, sin entender que estás compartiendo el beneficio pero no el riesgo...

Tus acreedores te harán reclamaciones, porque sentirán que te estás haciendo rico a costa de ellos, sin darse cuenta que quizá llevas años sin comprarte calzones porque todo se lo reinviertes a tu proyecto...

Tu salud te hará reclamaciones, porque habrá días que no comas, que no duermas, que no hagas el suficiente ejercicio, que tu mente no descanse, por estar enfocado en sacar adelante tu proyecto...

Si las cosas salen bien, te tendrán envidia, hablarán de ti, dirán que tuviste suerte, que hiciste fraude, que te lo regalaron...

Si las cosas salen mal, dirán que eres un tonto, hablarán de cómo "se debería haber hecho" (aunque ellos nunca lo hayan hecho o intentado siquiera), te reclamarán, se indignarán.

Si hay ganancias, si hay fama, tendrás muchos, muchos, muchísimos mejores amigos, todos ellos falsos...

Si hay pérdidas, nadie te dirá: “¿Necesitas ayuda?, ¿Necesitas un préstamo? ¿Te ayudo a recomenzar?”

En general vecinos, familiares, clientes, proveedores, empleados, pareja, te criticarán, te culparán, te exigirán...

Por ello, ser emprendedor, ser empresario, es una de las labores más honrosas y dignas de admiración que existen.

Hay mucho en juego. Y casi nadie lo valorará nunca. Ni hoy ni después...

Y aún así, tienes fe, tienes esperanza, tienes anhelo, luchas por un sueño, y estás mejorando la vida no solo tuya, sino de todos los involucrados.

Otros se preocupan por llevar comida a su mesa...

Tu, emprendedor, empresario, te preocupas por llevar comida a varias mesas... varias, además de la tuya.

Por ello te felicito. Te admiro. Te aplaudo. Te respaldo. Te acompaño. Te escucho. Lloramos juntos.

Porque solo quien carga el saco, sabe lo que pesa.

Sigamos juntos. Como un equipo. Una familia. Emprendedores apoyando emprendedores.