Un grupo de trabajadores de carrocerías Patricio Cepeda labora en la construcción de un bus, en sus instalaciones ubicadas en Huachi Chico, en el sur de Ambato (en la vía a Guaranda). Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Un grupo de trabajadores de carrocerías Patricio Cepeda labora en la construcción de un bus, en sus instalaciones ubicadas en Huachi Chico, en el sur de Ambato (en la vía a Guaranda). Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

54 empresas carroceras ya tienen su certificación

2 de agosto de 2015 15:41

54 compañías dedicadas a la fabricación de carrocerías fueron homologadas por parte de la Agencia Nacional de Tránsito. Este sector productivo del país emplea a más de 15 000 personas, en forma directa e indirecta.

El sector carrocero ecuatoriano tiene el desafío permanente de cumplir la normativa vigente en el país. Por ello, 54 de estas empresas, dedicadas a la fabricación de buses urbanos, interprovinciales y escolares, fueron homologadas o certificadas hasta junio del 2015 para la producción de las cabinas, según los datos de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) y de la Cámara Nacional de Fabricantes de Carrocerías (Canfac).

Estas empresas, entre grandes, medianas y pequeñas funcionan en Chimborazo, Pichincha, Guayas, Manabí, Azuay, Santo Domingo de los Tsáchilas y Tungurahua. Emplean a 5 000 personas en forma directa y más de 10 000 indirectamente; estos últimos son autopartistas que entregan asientos, ventanas y otros accesorios indispensables para el ensamblaje de las carrocerías.

En Tungurahua, se encuentran 26 empresas que generaron más de 2 800 puestos de empleo. En esta provincia se arma el 65% de la producción total.

Para Luis Jácome, presidente de la Canfac en Tungurahua, el sector se posicionó en el mercado nacional gracias a la calidad, bajo precio, mejor tecnología, nuevos diseños y cumplimiento de los contratos. Además, porque en la provincia están instaladas las empresas más importantes.

El año pasado y los primeros seis meses del 2015, el sector carrocero mantuvo su producción. Sin embargo, a inicios de julio se notó una leve recesión. “Es posible que los transportistas estén esperando los nuevos modelos de chasises para carrozarlos y esto mejore en los próximos meses”, describe Jácome.

Las industrias homologadas cumplen con las normas de seguridad impuestas. Sin embargo, esta reglamentación se modifica cada dos años y en ocasiones se dificulta cumplir la nueva normativa. El representante gremial es partidario de que la ley se mantenga y los trámites para la revisión y la matriculación no demoren.

Jácome indica que se requieren reglas claras de los organismos de control, para agilizar y mejorar los procedimientos de homologación de los buses. Actualmente, uno de los inconvenientes es la presentación de las certificaciones para el anclaje del asiento sobre la carrocería, que no se hace en el país sino en España.

Eso costaría USD 120 000. Es un valor elevado y se debe hacer en cada modelo de bus. “Y si no se cumple con este reglamento tendremos que cerrar las puertas y no se podrá seguir produciendo. Buscamos otras normas en la región como Colombia, Perú Brasil o Chile que puedan aplicarse”.

Una de las empresas homologadas es carrocerías Patricio Cepeda. Esta industria ambateña se fundó en 1987. Su propietario Patricio Cepeda viene de una familia dedicada por tres generaciones a este negocio. Su padre Manuel fue quien comenzó con la producción de las carrocerías de madera.

En 1960 llegaron al país las firmas Thomas y Superior. Su hermano mayor Medardo trabajó en estas empresas. Luego instaló la industria IMCE. Allí, Patricio aprendió la rama de la metalmecánica. “Medardo fue el soporte y el puntal para despegar en el emprendimiento. Así incursioné en la fabricación de cabinas metálicas con un obrero”, dice Patricio.

En la actualidad cuenta con 64 colaboradores entre técnicos, operarios y oficinistas. Fabrica entre 5 y 6 carrocerías mensuales, para diversas cooperativas de transporte del país. El año pasado facturó USD 3 millones. “La calidad del producto, el cumplimiento y la honestidad son la clave del éxito y el prestigio ganado de nuestra empresa”, indica Cepeda.

Montó su industria con 7 millones de sucres, que los consiguió de un crédito en un banco. Lo gastó en la compra del terreno, el montaje del galpón, la maquinaria y las herramientas. La última inversión fue en la adquisición de un terreno de 55 000 metros cuadrados (m2), en el sector Alobamba, en el sur de Ambato. La inversión superó los USD 100 000. El objetivo es construir una nueva planta industrial para mudarse .

Otra de las empresas es Carrocerías Jácome. Arrancó hace 10 años y en la actualidad cuenta con 18 trabajadores. Su gerente Luis Jácome dice que fabrica carrocerías para 2 buses al mes y cumple las normas ISO:9001, entre otras.