Los propietarios de Pismade muestran algunos de sus productos. Nacieron como un pequeño negocio y ahora el grupo incluye dos empresas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES

Los propietarios de Pismade muestran algunos de sus productos. Nacieron como un pequeño negocio y ahora el grupo incluye dos empresas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES

Ellos crecieron por su innovación con la madera

20 de agosto de 2018 10:57

La historia de grupo Pismade, el negocio familiar de Crisólogo Haro, su esposa Blanca Ramírez y sus hijos Crisólogo, Jean y Diego, se inició como Haro Maderas.

Hoy este consorcio incluye dos firmas: Pismade e Insermadera; la primera ofrece materiales de construcción como madera, ceras y tinturas, pallets industriales, etc., y la segunda da servicios de reparación y alquiler de pallets.

“Lo que más nos alegra de nuestro negocio es que podemos trabajar juntos, como familia. Cada uno se especializó en un área diferente del emprendimiento y todos aportamos”, dice Crisólogo padre.

Él fundó la empresa en 1992, tras un intento fallido en la industria del cuero. Cuando el emprendimiento se inició no tenía conocimientos sobre el trabajo maderero y se desempeñaba como servidor municipal, pero siempre deseó tener un negocio propio.

“Empezamos a reunir dinero. Obtuvimos un préstamo en una cooperativa, puse todo el dinero que había ahorrado durante mi trayectoria como maestra y mi mamá nos ayudó con el resto. Estábamos decididos a progresar, invertimos un millón de sucres”, dice la esposa, Blanca Rodríguez.

Pismade se inició como un pequeño aserradero en el parque industrial Riobamba, en el sur de esa urbe. Los dueños empezaron a fabricar pallets, que intermediarios adquirían para revenderlos a exportadores de banano.

Durante dos años el negocio no trascendió, los intermediarios les ponían el precio a los pallets y no se lograba compensar con los costos de producción. Los ingresos empezaron a mejorar cuando la empresa consiguió un cupo de venta directa a una de las bananeras más grandes del país.

Sin embargo, la situación volvió a cambiar ese mismo año cuando Crisólogo padre sufrió un accidente grave mientras trabajaba en las maquinarias. Pero, él recuerda la situación con positivismo.

“Cuando eso ocurrió me di cuenta que no podía trabajar en la maquinaria, así que tomé la mejor decisión de mi vida y me capacité. Aprendí todo sobre el inventario de bosques”, dice el fundador.

Tras la recuperación, Crisólogo padre empezó a recorrer el país para encontrar los mejores bosques madereros y dejó de depender de los intermediarios que le traían la madera. En poco tiempo se convirtió en un comerciante experto y firmó convenios con varias comunidades propietarias de bosques explotables.

La empresa volvió a tener un nuevo giro cuando sus tres hijos concluyeron su formación universitaria y se sumaron a la mesa directiva. El primer gran avance se dio cuando decidieron cambiar el único producto de la empresa, los pallets para exportación de frutales, por pallets industriales.

“Hicimos un análisis de costos y vimos que sólo estábamos viendo el dinero pasar. Cuando empezamos con los pallets industriales tuvimos que comprar nuevas maquinarias, buscar maderas más resistentes y hallar nuevos métodos para fabricarlos”, explica.

Actualmente, la empresa abastece de pallets a las industrias más grandes del país. Sus clientes están en Quito, Guayaquil, Manta, Santo Domingo y otras ciudades y son empresas que se encuentran vinculadas al sector de alimentos y bebidas, principalmente.

La empresa fabrica alrededor de 14 000 pallets mensuales y, aunque diversificó la oferta, sigue siendo su producto estrella.

Diego Haro, el hijo menor, se especializó en ingeniería forestal y la industria de la madera. Él se sumó a la empresa hace cuatro años y trajo desde Chile y Europa ideas innovadoras para la compañía.

Sus ideas y la adquisición de nuevas tecnologías en Brasil e Italia transformaron la empresa. En el 2010 se incrementó una nueva línea de producción: tableros, molduras, maderas tratadas para exteriores, revestimientos de pared, piso de ingeniería, entre otros materiales de construcción.

“Fueron varios años de experimentos en el laboratorio para desarrollar estos materiales y garantizar su resistencia. Logramos replicar productos que están de moda en la construcción europea”, explica Diego Haro.

El piso de ingeniería es uno de los productos más revolucionarios de Pismade. Este material, a diferencia de los pisos tradicionales que requieren todo un tratamiento de lacado , ya vienen listos para su instalación.

Son más livianos que los pisos tradicionales, más económicos y más ecológicos porque su estructura está compuesta por una delgada capa de madera fina, prensada sobre otros materiales. Este piso tiene mejores cualidades térmicas y es ideal para trabajos de diseño y decoración.

“Nos gusta mucho trabajar con este producto, es muy diferente a otros que hay en el mercado y hemos logrado acabados hermosos”, dice Pilar Norris, una de las clientes de la firma.

Los tableros y partes para viviendas son otro producto insignia de la empresa riobambeña.

Los constructores de la Fundación Hogar de Cristo los utilizan como materia prima para las viviendas sociales que construyen en la ciudad de Guayaquil.

Ahora la empresa se prepara para exportar al extranjero. “Estamos estudiando el mercado en EE.UU. y nos preparamos para obtener los Isos”, dice Jean.

Al mismo tiempo, trabajan en la implementación de un nuevo sistema constructivo en madera seca más sustentable. El objetivo de la firma es seguir creciendo y ofreciendo calidad al cliente.


'Los productos marcan la diferencia'

José Luis Rivera
Gerente de ventas de Pismade

Mi objetivo en la empresa es posicionar los productos en el mercado nacional. Eso lo vamos a lograr visitando a nuestros clientes potenciales en sus empresas y negocios para demostrar la buena calidad de los materiales de construcción que producimos.

Nuestro valor agregado es la calidad y la innovación, tenemos materiales de construcción e insumos para la fabricación de muebles que nuestros competidores no tienen. La durabilidad de nuestros tableros, pisos, pérgolas, revestimientos interiores y otros productos de nuestro menú nos hace diferentes.

La meta del departamento de ventas es marcar precedentes con una atención personalizada y amable, y mantener vínculos estrechos con nuestros clientes para identificar sus necesidades.
Con mi trabajo espero colaborar en el desarrollo empresarial y en el cumplimiento de las metas altas que tenemos para el futuro.

Trabajo en Pismade desde hace cuatro años y espero continuar mi carrera en esta empresa debido a que el clima empresarial es amigable y estable.