Redacción Quito / LÍDERES
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Entrenadores que se disputan los 'pupilos'

Todo parece solo cuestión de dar órdenes: "¡30 más!" "¡Dame 10 más, vamos!" "No te rindas". Los gritos van y vienen, mientras los pupilos parecen desfallecer. Uno que otro incluso mira de medio lado, como quien quisiera caerle a trompadas. Pero al final, la satisfacción de haber cumplido el plan de trabajo hace que suspiren un "Gracias".

Las historias son similares en cualquier lugar donde se entrene. Grupos de deportistas (desde novatos a expertos) que ponen sus esperanzas de un mayor rendimiento en la práctica de su deporte en un 'personal trainer', o como criollamente se los conoce: 'El o la profe'.

Aunque la actividad no es nueva, el repunte en los últimos cinco años de especialistas en dirigir entrenamientos ha sido exponencial. Esto debido a que cada vez más personas se encuentran realizando ejercicio y se han abierto más centros donde practicar una actividad física.

Pero antes de conocer cómo está el mercado hay que desmitificar la idea de que ser entrenador es solo dirigir las rutinas y gritar; o sea, que cualquiera lo puede hacer. Según el 'coach' Sebastián Villacís, la competencia hoy es igual que en cualquier otra profesión. "Por eso hay que estar en continua actualización. Ser entrenador no es solo vigilar que se cumplan los programas de trabajo, sino adaptar un plan a cada persona, y eso obliga a saber bien temas como nutrición, anatomía o primeros auxilios, entre otros".

En el país, la Universidad Central ha sido la que tradicionalmente ha lanzado al mercado profesionales deportólogos. Sin embargo, hoy, quienes obtuvieron su título en este u otro centro, buscan especializaciones en otros países para mejorar su carta de presentación.

Julio Yépez se retiró en 1997 como corredor de 1 500 y 800 metros. Con una beca del IECE se fue a Cuba, donde se graduó como Profesor de Educación Física. Años después, en la misma isla, obtuvo la licenciatura en Cultura Física. En las aulas recibía materias científicas, como morfología deportiva, que fundamentaban la teoría. Eso le dio el conocimiento necesario para ser un entrenador a carta cabal. Hoy dirige a un grupo de ejecutivos del Produbanco.

"El Ministerio del Deporte deber regular el tema de los entrenadores. Han aumentado, pero hay muchos que son promotores y no entrenadores. Hay que trabajar en la calidad de este trabajo", dice Yépez.

A Wilson Benavídez le mueve su pasión por el deporte y el corazón por ayudar a los deportistas. Él empezó como uno, compitiendo en carreras atléticas durante 20 años, hasta que por su experiencia y sus ganas de aprender (es autodidacta, lee todo el tiempo libros para mejorar su capacidad) empezó a dirigir a grupos. Hoy en día dirige todas las madrugadas, en el parque de La Carolina, en Quito, los entrenamientos de los ejecutivos que le pagan un valor simbólico de USD 1 por día. "Desde hace unos cinco años ha habido una gran demanda bastante grande. Y también la oferta de entrenadores se ha incrementado".

En el mercado no hay una tarifa única. Los valores que se pagan a los entrenadores los imponen las leyes de la oferta y la demanda. En promedio, los honorarios de estas personas pueden fluctuar entre USD 25 y 40 al mes.

No elija a entrenador solo por ser guapo/a

La apariencia. Para evitar frustraciones o lesiones debe aprender a elegir bien su entrenador. Descarte de plano elegirlo por cómo se ve físicamente. Si bien es necesario que se vea saludable y atlético, lo más importante es que cuente con un currículo que avale sus conocimientos.

La experiencia. Cuando analice las opciones de entrenadores, dele un peso adicional para su elección a la experiencia como entrenador que haya acumulado. Lo recomendable es que al menos tenga dos años dirigiendo grupos.

Empatía. El entrenador debe conocer su trabajo al detalle, saber cómo plantear un programa de trabajo para cada persona, qué le conviene y qué no. Además, siéntase cómodo con quien dirige su rutina, que lo motive, que sea carismático y que le ayude; que no sea una pesadilla acudir a entrenar.

El extra. Pregunte qué otro valor agregado tiene su entrenador: ¿Conoce de nutrición, de medicina, de terapias, etc? Adicionalmente, exija siempre evaluaciones que sean técnicas, no solo una palmada en la espalda, que es agradable, pero no es todo.