El director principal de Wincorp del Ecuador y columnista habla sobre la situación actual del país y que es lo que le espera a futuro. Asegura que el sector privado es el eje principal para el desarrollo económico del país. Foto: Patricio Terán / EL COMER

El director principal de Wincorp del Ecuador y columnista habla sobre la situación actual del país y que es lo que le espera a futuro. Asegura que el sector privado es el eje principal para el desarrollo económico del país. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

'El sector privado será el principal jugador para que se reactive la economía'

25 de mayo de 2020 10:48

El analista económico Wilson Granja Portilla analiza la situación de las empresas y los desafíos que tiene el país.

¿Cuáles son los pasos para una reactivación económica segura y sostenida en el Ecuador?

Es importante entender que la situación por la que atraviesa el Ecuador en materia económica no fue provocada exclusivamente por el Corona Virus. Lo que ha sucedido es que la pandemia ha acentuado la nefasta situación estructural que mantiene y gobierna al país. Somos un país tremendamente endeudado, con un leyes laborales rígidas y poco atractivas para el inversionista privado y regulado por un sistema impositivo perverso, abusivo y poco retributivo para el contribuyente. Bajo esas premisas, considero que los pasos que debe seguir el Ecuador para lograr una reactivación económica sólida y sostenida en el tiempo deben partir de una formulación inicial, profunda y necesaria y que guarda relación con el tipo de Estado que los ecuatorianos queremos y las posibilidades reales de poder alcanzarlo. Y aquí, es preciso dejar de lado la ideología para enfocarnos en el bien común de todos los ecuatorianos.

¿Cuál es el rol de las empresas en la reactivación económica?

Considero que el rol de la empresa privada es fundamental en el desarrollo económico de un país y en estos momentos de crisis, aún más. Pienso que el Estado no debe inmiscuirse en las actividades económicas y tampoco competir con el sector privado. Primero, porque cuando compite lo hace generalmente mal y fracasa y en segundo lugar, porque las empresas en propiedad del Estado son siempre focos de corrupción. Al Estado le corresponde proporcionar y promover un ambiente en el cual se estimule y asegure un buen ambiente para la empresa privada y que sea esta la principal proveedora de empleo seguro y digno. En estos momentos, a la empresa privada se le avecinan días muy difíciles en los cuales el compromiso de todos los actores e involucrados se debe enfocar, dentro de lo posible, en salvar a las empresas y asegurar la mayor cantidad de empleo posible. Pero será el sector privado el principal jugador para que se reactive la economía. Pienso que esta crisis nos presenta una oportunidad histórica para tomar medidas de fondo en beneficio del desarrollo del país.

Muchas empresas entraron en shock al inicio de la emergencia sanitaria. ¿Están listas para reanudar sus actividades?

Al igual que las personas, muchas empresas entraron el shock al inicio de la emergencia sanitaria porque la pandemia nos cogió, a todos, de sorpresa. Me explico, nadie se esperaba lo que está ocurriendo. Imagínese usted si en el mes de diciembre del año anterior le hubieran dicho que en el mes de marzo del próximo año, esto es apenas cuatro meses después, el mundo se paralizaría por un virus y que por culpa de éste se suspenderían todas las actividades cotidianas. Nadie se lo hubiera creído. La reacción de las empresas, que por otra parte son gestionadas por seres humanos, es absolutamente comprensible. En ciertos casos, algunas empresas, por su naturaleza, han podido seguir operando y otras han tenido que bajar su ritmo de operación, transformando y adaptando sus canales de distribución. En cualquier caso, el liderazgo de ciertos empresarios me ha sorprendido gratamente pues la adaptación a la crisis ha sido formidable y su contribución para que el sistema productivo siga funcionado es loable. En otros casos, la paralización de sus actividades ha sido inminente, con el riesgo de cierre permanente de sus operaciones.

Pienso que las empresas están listas para reanudar actividades pues el capital humano, el más importante dentro de cualquier empresa, está deseoso de volver a la normalidad, cualquiera que esta resulte luego del aislamiento. Lo que sucede es que el ser humano tiene una capacidad enorme de adaptación y estoy seguro que esta puesta a prueba dejará experiencias enriquecedoras.

¿Será menos difícil para las grandes empresas?

Yo pensaría que más allá del tamaño de las empresas, la dificultad para capear y sortear la crisis radica más bien en la naturaleza misma de la empresa. Por un lado, será más fácil (relativizando el término) para aquellas empresas que cuenten con una adecuada estructura financiera, principalmente en lo relacionado a su liquidez y a su capacidad de financiamiento. Por otro lado, habrá empresas grandes que enfrentaran problemas por el tipo de industria a la que están vinculados. Ejemplos de empresas grandes que están en problemas los podemos encontrar principalmente en el sector turístico. La potencial quiebra de Avianca que se acogió a “Chapter 11”, una especie de concordato en los Estados Unidos, reflejan la vulnerabilidad de ciertos sectores ante la pandemia.

¿Qué papel debe jugar el Estado en este proceso?

Si la naturaleza de la crisis es humana, la respuesta del Estado debe ir en la misma dirección. Pienso que es la primera vez que todos, sin distinción alguna de religión, raza o situación económica, que enfrentamos a un enemigo común que nos ha afecta o afectará doblemente; en nuestra salud (se estima que el 70% de la población mundial terminará contagiándose) y en nuestra situación económica. En este sentido, el Estado juega un papel primordial. En primer lugar, como líder electo de una población que necesita saber qué es lo que está ocurriendo y, en segundo lugar, como facilitador para que todos los actores de la sociedad trabajen en equipo. Más aun, creo que el Estado debe ser quien formule, co-formule no importa su función, pero sí que implemente y supervise un plan de reactivación económica de largo plazo.

¿Debe ser un Estado paternalista? ¿O un Estado liberal?

Más allá de ideologías, el país necesita de un gobierno pragmático que enfoque su gestión en tres aspectos fundamentales. En primer lugar, en proporcionar seguridad a los ciudadanos. En segundo lugar, en ofrecer servicios de salud pública y finalmente, educación para los sectores menos favorecidos de la sociedad. El problema está en que ninguno de estos tres ámbitos de gestión los hace bien. Como menciono al principio de esta entrevista, creo que el Estado no debe intervenir en las actividades propias del sector privado pero, a través de la redistribución de los impuestos recaudados puede y debe ayudar a los que más lo necesitan. Ahora bien, en el ámbito de la empresa privada y la situación por la que estamos atravesando, creo que el Estado ecuatoriano, así como muchos otros en el mundo, tendrán que replantear su visión frente al apoyo que le dan a la industria nacional. No sería nada raro que comencemos a ver como los países empiezan a cuestionar las políticas de intercambio comercial y a limitar sus fronteras para el intercambio comercial. Dentro de esta reflexión, lo que se debe esperar es que el Estado colabore y promueva un ambiente que genere productividad, por ende, empleo y que, fruto de esta dinámica se recauden los impuestos necesarios para que el Estado pueda operar.

Las inversiones serán claves para la reactivación ¿Cree usted que llegarán en montos suficientes?

La inversión directa sea extranjera o interna es siempre necesaria, antes y luego del Corona Virus. Lamentablemente, si observamos los niveles de inversión extranjera directa en el Ecuador en los últimos 16 años, encontramos que esta ha sido casi inexistente. Solo basta comparar los niveles de inversión extranjera directa que ha recibido el Ecuador con la de nuestros países vecinos para confirmar que algo estamos haciendo mal. Ahora bien, ante esta realidad, la pregunta sería, que estamos haciendo mal y que debemos enmendar? La respuesta entonces vuelve como bumerang a las bases fundamentales que debe promover el gobierno de turno. Esto es seguridad jurídica, reglas claras para el inversionista y un ambiente que promueva la producción y la productividad.

Ahora bien, ante su pregunta sobre la llegada de montos suficientes, debemos considerar que el Ecuador es un país pequeño que no necesita de enormes cantidades de recursos. Aquí, una reflexión. ¿Cuánto dinero es capaz de recibir el Ecuador en un año y si existen suficientes proyectos como para que el Ecuador pueda recibir 7 u 8 mil millones de dólares anuales?

Un punto adicional a contemplar es el valor que tiene la marca Ecuador en el mercado internacional. En este aspecto, soy un tanto pesimista.

¿Qué sectores requieren mayor atención en el tema de inversiones?

Creo que todos los sectores productivos requieren de atención a la hora de ser considerados receptores. Cada sector de forma colectiva le aporta bienestar al consumidor. Así también, de manera particular, las empresas, indistintamente del sector al que pertenecen, generan empleo, consumen bienes públicos y pagan impuestos. Sin embargo, si la pregunta se relaciona con la situación en la que estarán los sectores pos Corona Virus, considero que se debe hacer un estudio de cada sector productivo para identificar cual fue el impacto que provocó el aislamiento social y la paralización de actividad. Este es un aspecto muy importante porque se debería tratar de no dejar de lado a ninguna de las industrias que comprenden el aparato productivo nacional. A priori, considero que todo el sector turístico, hotelero, restaurantes y transporte ha sido fuertemente afectado. A ello, hay sumar el efecto multiplicador que tiene como característica el turismo.

Las previsiones económicas son negativas para el país. ¿Cómo terminará el año el Ecuador?

Las previsiones económicas para el Ecuador eran ya negativas pre Corona Virus, en parte por el desplome del precio del petróleo así como también porque se empezó a observar una reducción en la demanda de materias primas principalmente por parte de la China. Sin embargo, el pobre desempeño en materia económica del Ecuador se debe también a que el gobierno del presidente Moreno se tardó en tomar decisiones en materia económica y cuando lo quiso hacer, su capital político estaba ya menguado y por lo tanto, resulto incapaz de actuar.

En mi opinión, el Ecuador terminará con un PIB de entre -8% y -12% dependiendo del tiempo que tome regresar a la nueva normalidad. Hay economistas que consideran que el Ecuador decrecerá a un ritmo mayor. Es posible. Sin embargo, la mayor preocupación debe estar en los niveles de desempleo y subempleo que alcanzará el país puesto que el estallido social y la inseguridad podrían verse en alza.

¿Qué se puede esperar en la economía del país para el 2021, un año en el que se elegirá un nuevo gobierno?

Es muy prematuro pensar que puede ocurrir con la economía de este país para el 2021 si todavía no sabemos el estado en que terminaremos en 2020 luego de la crisis. Lo que sí creo es que el gobierno del presidente Moreno tiene la gran oportunidad de tomar medidas de fondo como lo está tratando de hacer con el tema de los subsidios. En mi opinión, el 2021 tendrá dos tiempos; un primer semestre en el que seguiremos viviendo con el coletazo que dejó el virus y un segundo semestre donde la dinámica en la economía podría comenzar a reactivarse. Pero para que ello suceda, se deben implementar las políticas económicas necesarias para crear un ambiente que genere entusiasmo para el inversionista, para el empresario, para el emprendedor y para los trabajadores de este país.