La Universidad de la Américas tiene un equipo de vinculación con la comunidad. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

La Universidad de la Américas tiene un equipo de vinculación con la comunidad. Foto: Patricio Terán / LÍDERES

La evaluación es posible con reportes

20 de noviembre de 2019 16:37

La responsabilidad social y sostenibilidad de una empresa requieren de una medición adecuada que permita evaluar en el tiempo los avances de las estrategias de sostenibilidad que se están aplicando y, a partir de allí, establecer planes de mejoras.

“Lo que no se mide no se puede evaluar”, subraya Mónica Torresano, profesora de sostenibilidad y liderazgo, responsable del IDE Business School. Esta medición debe quedar plasmada en los reportes de sostenibilidad, que periódicamente deben presentar las empresas.

En su nota técnica ‘Responsabilidad Social y Sostenibilidad: Mecanismos de Medición’, publicada este año, el IDE define la memoria de sostenibilidad como un informe sobre los impactos económicos, medioambientales y sociales causados por las actividades cotidianas de una organización.

Es el medio para comunicar de manera transparente y abierta la gestión de la compañía, añade Torresano, también presidenta de la consultora SostenIR Fábrica de la Sostenibilidad.

¿A quién va dirigido el reporte? A los diferentes grupos de interés de la empresa, tanto internos como externos. Entre las diferentes audiencias con interés en conocer estos resultados están: accionistas o dueños de la empresa, inversionistas, entidades de auditoría (social, financiera, laboral o ambiental), Estado, clientes y consumidores.

Cada uno de estos grupos tiene diferentes objetivos en la medición, detalla la nota técnica de la escuela de negocios. Por ejemplo, los accionistas o dueños requieren disponer de información que les permita establecer un plan de implementación de corto, mediano y largo plazos, que sea coherente con los objetivos planteados por la empresa. E identificar factores de éxito, limitantes y riesgos en la implementación de la responsabilidad social y sostenibilidad.

Los inversionistas buscan identificar el valor que se crea a partir de su inversión y evaluar la posibilidad de colocar parte de su cartera de inversión socialmente responsable en esta firma.

Las entidades de auditoría, en cambio, se plantean verificar el cumplimiento de la estrategia establecida por la empresa y medir su impacto en la comunidad, la sociedad civil y el ambiente.

El Estado busca comprobar el cumplimiento de las normas básicas de responsabilidad social y promover acciones conjuntas. Mientras que clientes y consumidores, quieren conocer cuál es el compromiso con la sostenibilidad y los beneficios tangibles e intangibles de la marca.

Los informes tienen como base estándares internacionales

Redacción Quito (I)

Para elaborar la memoria o informe de sostenibilidad, una de las metodologías de mayor reconocimiento y validez internacional es el Global Reporting Initiative (GRI).

Se trata de una guía que contiene estándares e indicadores cualitativos y cuantitativos sobre cómo medir y reportar los aspectos económicos, sociales, ambientales y de gobernanza de una organización. El primer GRI fue publicado en el año 2000 y el más reciente, conocido como GRI Estándar, es del 2016.

Un principio básico dentro de la metodología GRI es la materialidad, es decir, aquellos aspectos que los grupos de interés identifican como relevantes para el desarrollo de su gestión y toma de decisiones. Se comienza con una selección de temas, que luego se transforman en una lista de indicadores que deben pasar por un proceso de comprobación de relevancia, exhaustividad y contexto de sostenibilidad.

Estos indicadores serán el foco de atención de la empresa para gestionar, medir y reportar en el futuro, explica el IDE Business School en su nota técnica de sostenibilidad.

Algunos aspectos que deben tomar en cuenta las compañías para su análisis son: estrategia y operaciones; valores, transparencia y gobierno; derechos humanos; público interno; proveedores; consumidores y clientes; comunidad; gobierno y sociedad y medioambiente.

Grupo Difare es una de las empresas que elabora su reporte anual, con base en los estándares del GRI. Además, su estrategia de sostenibilidad está alineada con la Norma ISO 26000 de Responsabilidad Social y, desde el 2013, la firma suscribió los 10 principios del Pacto Global de las Naciones Unidas, detalla Sylvia Banda, gerenta de Comunicación y Responsabilidad Corporativa de la empresa.

“Un informe de sostenibilidad representa una carta de presentación de la empresa. Para la elaboración del informe se levanta un estudio de materialidad, que permite conocer las expectativas en lo económico, ambiental y social de nuestros grupos de interés”, explica Banda.

El reporte anual de Diners Club también se fundamenta en los lineamientos del Pacto Global y del GRI. En su caso, se suman los indicadores para el sector financiero establecidos por la Superintendencia de Bancos del Ecuador.

Los aspectos prioritarios en su informe 2018 se centraron en responsabilidad sobre productos, aporte a la sociedad, la comunidad, prácticas laborales y ambiente.

La Universidad de las Américas aplica, en cambio, una metodología propia. Luz Dary Ulloa, jefa de Vinculación con la Comunidad, explica que la evaluación se divide en cuatro ejes: la organización, que incluye lo administrativo y la responsabilidad ambiental en el campus; la docencia, orientada hacia la formación de seres humanos integrales; la gestión social del conocimiento y la participación social o vinculación con la comunidad.

Para Ulloa, en el sector universitario aún no está clara la diferencia entre vinculación con la comunidad y responsabilidad social universitaria, lo que dificulta la generación de reportes en el área.

El 38% de las empresas elabora memorias de sostenibilidad

Redacción Quito (I)

La elaboración de informes anuales de comunicación de gestión en desarrollo sostenible sigue siendo una práctica minoritaria en el sector empresarial del Ecuador.

De 105 empresas, evaluadas en el estudio ‘Tendencias de Sostenibilidad 2019’, de Deloitte, solo 38% realiza reportes de sostenibilidad. La cifra reveló un retroceso en relación con la edición previa del estudio, en la que el 55% de los encuestados indicó que presentaba informes. El sistema del Global Reporting Initiative (GRI) continúa siendo el más utilizado por las empresas.

Sin embargo, sí han existido avances en temas de auditorías. En la actual edición del estudio, un 24% señaló que cuenta con verificación externa de sus informes; el pasado año las firmas que contaban con auditorías se reducían al 15%.

El valor agregado que brinda el reporte anual a la empresa y a su estrategia es reconocido por el 59% de las firmas encuestadas por Deloitte. “Un reporte bien logrado, con indicadores robustos, enfocados en acciones estratégicas (...) es siempre una buena herramienta de gestión, que va más allá de la comunicación”, señala el estudio de la consultora.

Sylvia Banda, gerenta de Comunicación y Responsabilidad Corporativa de Grupo Difare, destaca algunos beneficios de contar con informes de sostenibilidad, como el afianzar la confianza de los clientes, acceder a más capital, despertar el interés de otras empresas en crear alianzas, generar un mayor sentido de pertenencia de parte de los colaboradores y contribuir positivamente a la reputación corporativa.

Para Luz Dary Ulloa, jefa de Vinculación con la Comunidad de la Universidad de las Américas (UDLA), el contar con reportes de sostenibilidad les permite asegurar el cumplimiento de las acciones que lleva a cabo la universidad; además de orientar acciones de mejoras.

“Para demostrar de manera profunda la efectividad de las estrategias, estas deben ser medidas, con el fin de tomar decisiones y rendir cuentas al interior de la empresas sobre los avances y resultados, para posteriormente traducirlos en impactos al negocio”, subraya Camila Hernández, gerenta de Sostenibilidad de Deloitte.

El estudio de la consultora cita algunos lineamientos que se pueden tomar en cuenta a la hora de crear un documento de rendición de cuentas: entender el entorno; realizar controles internos de recolección de data y evaluar la opción de un auditor externo; identificar las audiencias y cómo generar un contenido atractivo para ellos; definir los temas prioritarios y alinearlos con las estrategias empresariales; establecer objetivos y métodos basados en la ciencia y diferentes escenarios; realizar un balance sobre los desafíos, las debilidades en la gestión y los obstáculos.

Los canales de comunicación son claves para una efectiva difusión de la estrategia de responsabilidad social y sostenibilidad de la empresa. El IDE Business School enfatiza que el reporte debe ser puesto a consideración de los grupos de interés por diferentes medios, como publicaciones impresas, páginas web institucionales, grupos focales, etc.