El banano de exportación que estaba destinado para el mercado ruso, se quedó en las fincas o está varado en los puertos de Europa, por el conflicto bélico. Foto: Cortesía: Acorbanec

El banano de exportación que estaba destinado para el mercado ruso, se quedó en las fincas o está varado en los puertos de Europa, por el conflicto bélico. Foto: Cortesía: Acorbanec

Los exportadores ecuatorianos piden acelerar los acuerdos comerciales ante la crisis

18 de marzo de 2022 18:31

Los productores y exportadores de banano y flores buscan apoyo y medidas ante la paralización de la comercialización a Rusia, Ucrania y los países euroasiáticos, tras la guerra que se mantiene en esa zona.

Alejandro Martínez, presidente Ejecutivo de Expoflores, comenta que en el caso de este producto no es fácil ponerlo en otro mercado y eso ya lo vivieron con la guerra con Crimea en el 2014. Más bien plantea aumentar la participación en los mercados que ya tienen.

Con esa perspectiva se enfocan en tres aspectos. Primero, se reunieron con el Gobierno y la banca privada para hablar sobre la necesidad urgente de que se generen créditos de emergencia, para las empresas y las fincas florícolas afectadas, dice Martínez. Cree que deben entregarse lo más pronto posible y que los trámites sean ágiles y con menos papeleo.

El perjuicio de la invasión de Rusia a Ucrania representa de 15 a 16% de la producción y USD 120 millones. Las exportaciones totales de este sector cerraron el año pasado en cerca de USD 930 millones.

El segundo punto es acelerar los procesos de los acuerdos comerciales. Las flores llegan a 120 destinos y no se trata de abrir otros destinos. Es mejor tener un acceso competitivo a los mercados que ya venden y que son fuertes en el consumo. Estos son Corea del Sur, Canadá, Estados Unidos y China, para colocar los USD 120 millones que no se pueden vender en la zona del conflicto.

En el tercer punto, y muy crítico, son los insumos agrícolas en vista de que Rusia es un gran proveedor en este segmento. Los precios se han disparado y el abastecimiento es el gran reto que tiene. En este aspecto trabajan como sector para mejorar las compras, a través de una negociación en bloque.

Este sector se propone reducir a cero su participación en ventas a Rusia, Ucrania y los países euroasiáticos (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán). Antes de la invasión a Crimea era del 30% y luego se redujo a 14% y en estos últimos siete años se ha mantenido en esa cifra.

Los exportadores i bananeros tienen otros planteamientos en el caso de que ocurra, en el peor de los escenarios, el cierre total de las ventas.

Richard Salazar, presidente ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), es partidario de hacer una regulación de la exportación de la fruta, a través de compras locales, para no dañar a los mercados con una sobreoferta y una reducción del precio.

Adicionalmente, piden la implementación de la devolución de tributos, contemplada en la Ley de Simplificación Tributaria del 2019.

Salazar indica que la semana del  7 de marzo en adelantse quedaron 765 000 cajas de banano en el país. La cancelación de contratos, aumento del valor del banano al consumidor por la devaluación de la moneda rusa y problemas logísticos impiden los envíos.

Ese país y Ucrania significan 25% de las exportaciones totales anuales. En producción son 50 000 hectáreas, que -en su mayoría- están en manos de pequeños productores.

Xavier Rosero, vicepresidente ejecutivo de Fedexpor, observa que en el sector bananero “hay mucho en juego como son USD 700 millones en exportaciones”.

No cree que sea tan sencillo colocar un volumen equivalente al que se exportaba a Rusia sin afectar los precios en los otros mercados, por la sobreoferta que se produciría.

Por ahora es prematuro, opina, decir que ya se han encontrado nuevos clientes, porque hay una sensación de contención de la demanda en algunos productos.

Lo que sí están haciendo muchas empresas de banano, camarón y flores es tratar de profundizar sus relaciones con clientes de países a donde habían llegado antes.

Se busca abrir un portafolio de productos en Oriente Medio, en Japón y Corea del Sur, pero en estos dos últimos los niveles arancelarios son altos, con un 20%. Rosero explica que los países que tienen el mayor consumo no están en Asia, sino en Norteamérica y Europa.