Pablo Alarcón y Carlos Sierra son los fundadores. Tienen cinco locales, dos propios y tres franquiciados. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Pablo Alarcón y Carlos Sierra son los fundadores. Tienen cinco locales, dos propios y tres franquiciados. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

Una franquicia que nació como ‘food truck’

16 de agosto de 2018 12:32

Emprender era una meta común. Con 26 y 30 años, Pablo Alarcón y Carlos Sierra ya han tenido por su cuenta emprendimientos de comida. Fue en esas andanzas que se conocieron en una plaza de ­‘food trucks’, en Quito, y se hicieron amigos.

Sierra, administrador gastronómico, tenía un negocio de crepes. Alarcón, quien es ingeniero en Administración de Empresas y Negocios, vendía parrilladas en la misma plaza.

De la amistad y los intereses en común nació la idea de asociarse para formar un negocio apuntando a franquiciar. Los dos conceptos de comida, en que venían trabajando por separado, fueron presentados como proyectos a la plaza Boho Park, de puestos de comida, en el norte de la ciudad. Allí aceptaron la propuesta de crepes.

El primer concepto de Sierra se renovó para el nuevo negocio, que se inauguró en mayo del 2017. Cambió de nombre a Crepes City y se amplió el menú para incluir una línea salada. La inversión requerida fue de USD 18 000.

Por el resto de ese año se mantuvieron únicamente en esa plaza y a la par fueron desarrollando los manuales para la franquicia, que incluyen la parte administrativa y de cocina, los contratos de franquicia y de empleados, el diseño de imagen, entre otras áreas.
En diciembre, publicaron las ofertas en sus redes sociales y a mediados de enero ya habían concretados tres ventas.

“Los franquiciados están comprometidos con la marca. Estamos abiertos también a sus iniciativas. Tenemos buena retroalimentación”, dice Alarcón.

Hoy la marca cuenta con cinco locales: dos propios y tres franquiciados. Cuatro se localizan en Quito y uno en Guayaquil.

En la línea dulce ofrecen crepes o waffles rellenos de queso y arequipe, mousse de maracuyá, cheesecake, entre otros. En salados, también hay crepes o waffles, tienen de lomitos de pollo y vegetales, camarones salteados y otras variedades. El precio promedio de los platos es de USD 5.

El menú también incluye milk­shakes de diversos sabores: Oreo, Nutella, maracuyá, algodón de azúcar, etc. Recientemente, sumaron dos nuevas líneas: cocteles y helados en copas con frutas.

La marca cuenta con unos 15 proveedores para todos los locales. Para los aderezos dulces y crema chantilly trabajan con Alimatec, que les provee de cerca de 13 sabores, como chocolate, chicle, manzana verde, mora y sandía. Al mes, le entrega cerca de USD 600 en productos, detalla Víctor Zapata, socio comercial de la firma.

Para obtener la licencia de la franquicia, la inversión está entre USD 18 000 y 25 000, según la ubicación del local. Los dueños de Crepes City cobran un valor inicial por el uso de marca y mensualmente, el 5% de las ventas como regalías y un 2% para publicidad.

Ángelo Padilla y su esposa Anays Lugo, dos médicos venezolanos que residen desde hace tres años en el país, invirtieron en la franquicia y abrieron un local en Quito, en un sector universitario.

“Decidimos apostar parte de nuestros ahorros en esta franquicia, como una forma de invertir en el país, porque tenemos miras a estabilizarnos”, comenta Padilla. El tiempo lo dividen entre la administración del local y el ejercicio de su profesión, en el Hospital Gíneco-Obstétrico de Nueva Aurora Luz Elena Arismendy.

Sobre el modelo de franquicia destaca que hay un plan de negocio bien organizado. “Carlos y Pablo son responsables”.

María José Pino es una de las clientes asiduas de Crepes City. Ella conoció de la marca gracias a que ganó un concurso que hicieron en redes sociales, que ofrecía de premio un milkshake de Oreo.

Desde entonces, hace unos siete meses, ha regresado a sus locales una o dos veces al mes. Suele ir con su novio, familiares o amigos. “El milkshake de algodón de azúcar es mi favorito. También me gusta la crepe de cheesecake”.

Entre todos los locales, la marca factura entre USD 30 000 y 40 000 al mes y genera empleo directo a cerca de 15 personas. Los planes a mediano plazo son extender la franquicia a ciudades de provincia y entrar con islas en centros comerciales, con inversión propia o en franquicia.