Henri Herrera, docente de la Espoch, quiere evitar un desastre ecológico en las Islas Galápagos. Él investiga las hormigas y otros insectos.

Henri Herrera, docente de la Espoch, quiere evitar un desastre ecológico en las Islas Galápagos. Él investiga las hormigas y otros insectos. Foto: Glenda Giacometti / Líderes

Cristina Marquez
Redactora (I)
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Él investiga los insectos invasores de Galápagos

26 de marzo de 2019 09:16

El día empieza temprano para Henri Herrera, un entomólogo riobambeño que investiga las especies invasoras de las islas Galápagos. Él espera descubrir un mecanismo para controlar a estos insectos que afectan la agricultura, el turismo y las especies nativas, sin afectar al delicado ecosistema del archipiélago.

Las horas pasan y él continúa en el laboratorio. Su rigurosa rutina de investigación la comparte con las horas que dedica a la docencia en la Facultad de Recursos Naturales, en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (Espoch).

“Es agradable participar en la preparación de las nuevas generaciones, son ellos quienes deberán retomar los estudios que yo he estado construyendo toda mi vida profesional. La meta es aportar al país con estudiantes con proyección, que entienden las necesidades y prioridades”, cuenta Herrera, de 47 años.

Él se enamoró de las ciencias biológicas en su juventud. Siempre demostró aptitud para todo lo relacionado con el estudio de los recursos naturales y, aunque en un inicio tenía una marcada fobia a los insectos, el estudio de estos animales se convirtió en su pasión. Hoy incluso un micromolusco que ayudó a descubrir lleva su nombre.

“Es como haber ganado un premio Nobel, cuando una nueva especie descubierta lleva tu nombre”, explica entusiasmado. Ese micromolusco, que hoy está registrado en los libros de la ciencia como Henri Herrera, lo descubrió con la ayuda de su colega argentino Sergio Miquel en el 2011, y fue casi por casualidad. Esa época, él viajaba junto a otros científicos por las Islas para recoger insectos, mientras sus colegas recogían plantas y muestras del suelo.

“Yo estaba encargado sólo de los insectos, pero decidí dar un vistazo también a las muestras de suelo, y fue una sorpresa. Descubrimos varias especies de micromoluscos de las que no había registros”, recuerda.

Él ha trabajado en las Islas Galápagos por más de 16 años. Se vinculó a la Fundación Charles Darwin y al Parque Nacional Galápagos en el 2003, cuando trabajaba en su tesis de pre grado con la que buscaba medir el impacto de la actividad humana en la zona de uso especial.

Su trabajo le permitió obtener un puesto permanente como investigador de invertebrados y curador del museo de entomología de Galápagos, donde se exhiben unas 3 000 especies de insectos, y es uno de los más grandes del mundo.

En esa misma época se sintió atraído por la mirmecología (la ciencia que estudia a las hormigas). Él enfocó sus estudios a una especie introducida a las Islas desde la zona costera del Ecuador que se conoce como la ‘hormiga de fuego’ por su tonalidad rojiza, que afecta a las especies nativas y que también causa estragos en la zona cultivable de Galápagos.

Además, estudia los nematodos de la Isla para entender el rol que cumplen en el ecosistema. Durante los 16 años de investigación, encontró al menos 8 especies de las que no había registros en los libros de biología, entre ellos un nematodo del que se pensaba que sólo existía en África.

Ahora, Herrera lidera seis proyectos de investigación en la Espoch, que buscan prevenir un desastre ecológico en Galápagos. La meta de él y sus estudiantes es encontrar una forma de control biológico que les permita reducir la población de hormigas sin afectar a las hormigas nativas.

Los investigadores ahora realizan pruebas con hongos y otros parásitos que podrían exterminar a las hormigas y a otras especies invasoras, como una microabispa que acaba con las larvas de las mariposas endémicas del Archipiélago y de la que no hay registros.