La planta de producción está situada en el Parque Industrial de Riobamba. Un crédito de la banca pública permitió levantarla y equiparla. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES

La planta de producción está situada en el Parque Industrial de Riobamba. Un crédito de la banca pública permitió levantarla y equiparla. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES

Cristina Marquez
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El horno inteligente es su oferta

10 de enero de 2019 10:39


Un horno inteligente equipado con una pantalla táctil, que le permite a los panaderos y chefs configurar ciclos de vapor, temperatura y almacenar hasta 99 recetas con un código, es el producto estrella de Inox, y también es el resultado de una investigación de las necesidades de las panaderías ecuatorianas.

Ese horno, denominado H 10 pro, también es el producto más novedoso de esa empresa riobambeña. Salió a la venta en octubre pasado y la alta tecnología con la que está equipado le permitió a sus creadores competir con otras empresas extranjeras que ofertan equipos similares, pero con costos más elevados.

La meta de la empresa para este año es posicionar sus productos en el mercado internacional e Inox ya se alista para exportar estos equipos a dos países de Latinoamérica. El trabajo de internacionalización está en desarrollo.

“Nos tomó cerca de dos años desarrollar el horno. Armamos un equipo de ingeniería que investigó cómo era el proceso de la panificación en las panaderías locales y también en las grandes cadenas. Ellos estudiaron los diferentes tipos de panes, los grados de calor y vapor que necesita cada uno para alcanzar un punto perfecto de cocción, e incluso estudiaron la rutina de ventas”, explica Liliana Velasteguí, gerente de la marca.

Ella recuerda que su empresa se inició como un pequeño taller de mecánica en el garaje de su casa. En el 2006 su esposo, Alonso Cajo, acababa de obtener su título como ingeniero mecánico en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo y tras dos años de viajes por el extranjero, se sintió listo para iniciar un negocio de proyectos mecánicos enfocados especialmente el sector agrícola.

“Había dos opciones para las panaderías. Podían adquirir un horno importado de Italia o Brasil, que son muy costosos, o pedir en los talleres de metalmecánica que les fabricaran uno artesanal”, recuerda Cajo.

Ese mismo año llegó a su taller un grupo de panaderos de Riobamba, quienes pedían el desarrollo de un horno seguro y accesible. Así Alonso descubrió una necesidad insatisfecha y un nicho de mercado en el país, por lo que decidió concentrar sus esfuerzos e investigación en los hornos especializados para pan.

El objetivo era desarrollar hornos que simplificaran las tareas de la panificación. Los primeros resultados tuvieron una alta acogida en el sector al que apuntaban, y eso motivó a la pareja, que en esa época acababa de contraer matrimonio, a llevar el negocio a otro nivel.

En el 2008 obtuvieron un crédito de la Corporación Financiera Nacional e invirtieron USD 200 000 en la compra de una nave para la planta de producción, que está situada en el Parque Industrial de Riobamba.

Con el dinero también adquirieron equipos básicos para la manufactura de los hornos. Ese año desarrollaron las primeras versiones de los equipos que denominaron Gavilán y Harpía, como un homenaje a las aves endémicas del país.

Esos primeros hornos estáticos y rotativos, de convección a diesel o a gas, se diseñaron en cuatro tamaños distintos que le permiten a los panaderos hornear entre cinco y 20 bandejas de pan cada hora. Hasta el 2012 se producían 12 hornos cada mes, y se enviaban a panaderías de todo el país.

Para el 2012, la marca ya estaba posicionada y las ventas se incrementaron. Los esposos invirtieron cerca de USD 1 millón en la compra de nuevos equipos para la planta de producción, como una cortadora láser de alta precisión y otros materiales.

La inversión no sólo mejoró la calidad de los productos, sino que también se incrementó paulatinamente la capacidad producción. Actualmente producen 50 hornos cada mes, y eso corresponde al 70% de la capacidad instalada de la fábrica.

Otra ventaja que lograron con los nuevos equipos fue la ampliación del público objetivo. Los hornos son multifuncionales y versátiles, por lo que también tienen una alta demanda en cafeterías, hoteles y restaurantes.

Uno de los clientes es Marco Palacios, dueño de una panadería en Riobamba. “Estamos muy contentos con los resultados de los equipos Inox, son ideales para el trabajo diario”. Palacios añade que la gente disfruta del pan fresco y caliente. “Cuando adquirimos el horno cambiamos la rutina de horneado y ahora tenemos pan caliente cada 30 minutos. Y las ventas subieron”.