Cuando el humor está bien canalizado es un elemento clave para el desenvolvimiento laboral y para generar más productividad. Imagen: Ingimage

Cuando el humor está bien canalizado es un elemento clave para el desenvolvimiento laboral y para generar más productividad. Imagen: Ingimage

Si se canaliza el humor la productividad crece

12 de abril de 2018 06:37

El humor es un elemento clave dentro de la cultura organizacional. Un trabajador animado y feliz es más productivo para la empresa. Pero si este sentimiento es mal canalizado puede generar un ambiente negativo e incidir en un mal desempeño.

Un estudio de la Universidad de Harvard, desarrollado en el 2017, con trabajadores de China y EE.UU., demostró que la figura del líder o jefe tiene una gran influencia en la forma cómo se aplica el humor en las oficinas.

Aunque no exista una política empresarial sobre el humor, la experta en Recursos Humanos, María Elena González, considera que es el líder quien debe guiar y marcar las pautas en este tema.

El estudio de Harvard utilizó dos teorías para demostrar su hipótesis. La primera es la de “violación benigna”, que califica una broma como atentatoria, que no representa una amenaza directa o la combinación de ambas.

La segunda teoría es la de “procesamiento de la información social”, la cual analiza la manera en la que los empleados interpretan las acciones de sus responsables directos, para saber cómo comportarse dentro del trabajo.

Al mezclar ambas, el estudio pudo medir el impacto de las muestras de humor de un líder para indicar la aceptabilidad de violar las normas dentro del trabajo.

Si esa aceptabilidad se consideraba alta, podría llevar a que los trabajadores sigan cada vez comportamientos más desafiantes: ausentarse del puesto de manera crónica, ignorar las instrucciones de un gerente, compartir información confidencial, falsificar facturas o beber alcohol dentro del horario de trabajo.

Un factor importante para generar estas acciones negativas fue el grado en el que los líderes empleaban un humor agresivo, como hacer bromas pesadas, asegura el estudio de Harvard.
Este tipo de jefes proyecta una imagen de permisibles para romper las reglas y no fortalecen el compromiso de su equipo.

Una de las conclusiones del estudio es que los líderes deben tener presente “su estatus como modelo y ejemplo para los demás”. Debido a su posición, sus acciones sirven como pistas sociales para sus empleados, con consecuencias tanto positivas como negativas.

Para González, el líder debe tener claro cómo canalizar los espacios de “risa grupal”, para que no caigan en burlas o sarcasmos, que afecten a los compañeros.

Cuando el humor sobrepasa los límites, el empleado pierde el enfoque de los objetivos labores y “no hay un timón”, considera Johanna Bustamente, coordinadora de calidad, procesos y SSO de la consultora en Recursos Humanos Adecco, Ecuador.

Para la experta, la falta de humor es negativa para el entorno laboral. Cuando el jefe no es partícipe de un ambiente ameno, el empleado se siente estresado, desmotivado y tiene mayor probabilidad de dejar la empresa.

Cuando el humor está bien canalizado es un elemento clave para el desenvolvimiento laboral y para generar más productividad.

Los ejecutivos que incorporan risas y bromas en su trabajo, siempre que sean apropiadas, consiguen más apoyo para sus iniciativas, son más eficaces a la hora de motivar al equipo, ganan más dinero y ascienden más rápido.

González señala que el humor no debe ser utilizado solo en momentos de esparcimiento o de diversión, que son alternos a las actividades labores. Recomienda que el líder use el humor dentro de la cotidianidad para “conseguir compromiso, contribución y, sobre todo, creatividad”.

Tener a los empleados de buen humor genera un gran impacto para la compañía, ya que su productividad puede aumentar hasta en un 10%, según una investigación del Departamento de Economía de la Universidad de Ohio.

Hoy en día los empleados no solo requieren experiencia y conocimientos. La inteligencia emocional es un aspecto muy valorado por las empresas y esta característica les ayudará a lidiar con varios temas de interrelación social, uno de ellos el humor.

Bustamante señala que un trabajador debe ser capaz de analizar las cosas con talante, en medio de un mundo laboral que se desenvuelve a un ritmo acelerado.

Además debe tener la capacidad de reírse de sí mismo, para enfrentar de manera inteligente los errores y adversidades.

Una última cualidad, pero no menos importante, es la resiliencia o capacidad para superar circunstancias adversas y adaptarse al nuevo panorama.