La firma ImPros especializa en formación mediante técnicas de la improvisación teatral. El personal desarrolla creatividad, empatía y otras destrezas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

La firma imPros especializa en formación mediante técnicas de la improvisación teatral. El personal desarrolla creatividad, empatía y otras destrezas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

La improvisación aplicada genera habilidades blandas

11 de octubre de 2019 14:53

El avance de la tecnología apremia que los trabajadores desarrollen nuevas destrezas que vayan más allá de los conocimientos técnicos o académicos. Eso los hará destacar en medio de un mercado laboral cada vez más competitivo.

Se trata de las habilidades blandas, también llamadas ‘soft skills’ (por su nombre en inglés). En términos sencillos, son habilidades sociales que aportan a un relacionamiento y desenvolvimiento de las personas. Por otro lado, las ‘hard skills’ (habilidades duras) son las aptitudes técnicas.

Para quien no conoce del tema puede resultar extraño estos conceptos, pero lo cierto es que cada vez más las organizaciones a escala mundial buscan talentos con cualidades de liderazgo, creatividad, comunicación, proactividad, por mencionar algunas.

La red social predilecta del mundo de los negocios y empleo, LinkedIn, señala que hay al menos 50 000 habilidades profesionales, según sus registros internos. Con ese antecedente, logró determinar cuáles son las que más requieren las organizaciones en 2019.

Para el 57% de los empleadores las habilidades blandas son más importantes que las habilidades duras. Lo particular de las primeras es que los robots no pueden automatizarlas.

Según LinkedIn, las cinco ‘soft skills’ más demandadas en los trabajadores son: creatividad, persuasión, colaboración, adaptabilidad y gestión del tiempo. Invertir en el desarrollo de estas aptitudes trae efectos positivos al talento humano y, por ende, al rendimiento del negocio.

Las personas aprenden a ser mejores profesionales y pueden contribuir a sus organizaciones con una mejor calidad en su trabajo. Las empresas entonces saldrán beneficiadas al contar con colaboradores de mejor nivel, comenta Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting.

Hay diversas maneras de cultivar estas destrezas en el personal. Una de ellas es con la técnica de la Improvisación Aplicada, que proviene de la improvisación teatral.

La ‘impro’, como también se le conoce, adopta conceptos de formación actoral para reaccionar adecuadamente en eventos que aparecen de forma imprevista. La capacidad de asimilar estas circunstancias ágilmente, ser recursivo y trabajar en equipo se convierten en un valor agregado para el recurso humano.

Actividades lúdicas, charlas e intercambio de experiencias son temáticas generales en las que se desarrollan los programas.

En Ecuador, la firma pionera en impartir capacitaciones con esta metodología a empresas y universidades es imPROS. Sus fundadores empezaron hace un año atrás y hasta ahora han trabajado con 24 de organizaciones y han capacitado a unas 760 personas, incluidos docentes universitarios.

Fue fundada en mayo de 2018 por el ecuatoriano Jorge Sánchez, un profesional de la aviación con amplia experiencia en posiciones académicas y gerenciales, junto con el español José Serrano, quien es un abogado litigante y formado como improvisador en Madrid.

A veces la gente asocia la improvisación con dejar todo para último momento y ser reactivo, pero la improvisación aplicada es una técnica que, en síntesis, prepara a las personas para que sepan utilizar todos los recursos disponibles a su alcance para cumplir un objetivo planteado, describe Jorge.

Creatividad e innovación, comunicación y trabajo en equipo, negociación y manejo de conflictos, escucha y empatía, son algunas de las destrezas que se pueden desarrollar para las empresas. En la rama educativa se potencian las habilidades de enseñanza.

imPROS cuenta con siete facilitadores que son actores y profesiones de la improvisación provenientes de España, México, Colombia, Chile, Austria, Panamá, Perú y Costa Rica. Ellos son convocados por la empresa para que vengan al país a impartir las capacitaciones. Conseguir estos perfiles en Ecuador ha resultado complicado, dicen los ejecutivos.

Los programas se construyen según las necesidades de las empresas o universidades. Van desde sesiones de un solo día hasta planes de largo aliento, para generar cambios que perduren en el tiempo, anota José, quien resalta que la técnica influye en la confianza.

imPROS es parte de la Red Internacional de Improvisación Aplicada, la primera organización mundial de este tipo formada en 2002 con 30 improvisadores. En la actualidad es una comunidad con más de 7 000 miembros.