Íngrid Bonilla. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Íngrid Bonilla se educó bajo el sistema alemán, en el que se aprende haciendo. Ha desarrollado proyectos que ayudan a que el mecanismo se aplique en el país. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

Íngrid Bonilla impulsa el plan de formación dual en el Ecuador

18 de marzo de 2019 09:49

Que los jóvenes tengan más oportunidades de insertarse en el mercado laboral combinando trabajo y estudio es una de las tareas que desarrolla la riobambeña Íngrid Bonilla. Ella conoció de primera mano el sistema alemán de formación dual y ahora lo difunde en el país.

Cuando estudiaba en el Colegio San Felipe Neri le atraían la arquitectura, la ingeniería civil y la administración de empresas. Pero en el 2007, cuando llegó la hora de la universidad, optó por contabilidad. “Una carrera tradicional”.

Ingresó a la Escuela Politécnica de Chimborazo (Espoch) y estudió el primer semestre. “Sentía que quería algo más”. Cerca de finalizar esos seis meses la institución abrió una nueva carrera: ingeniería en empresas bajo formación dual. Esta pertenecía a la red de Escuela Superior Dual de Latinoamérica (Duale Hochschule Latinoamérica), bajo el modelo de la Escuela Superior Dual Baden-Wurtemberg( Duale Hochschule Baden Württemberg). “Me sentí atraída por ella”, comenta.

A Bonilla le gustó la posibilidad de que mientras estudiara en la universidad, obtendría experiencia en una empresa. Además, ella destaca que la carrera tenía estándares ISO 9001, había la posibilidad de hacer intercambios en diferentes sedes de América Latina, ofrecía altas posibilidades para ser contratado al terminar la formación y permitía que la compañía formadora financiara el 50% de la matrícula de la universidad.

Sin embargo, todo esto no era fácil. Era una carrera “ultraexigente”. Bonilla iba a la empresa formadora de lunes a viernes las ocho horas, debía estudiar la parte teórica y los sábados tenía que asistir a las tutorías para proyectos; apenas tenía 15 días de vacación y no podía arrastrar materias.

La práctica de su formación la realizó en el Hotel Hacienda Abraspungo. Gracias a la formación dual conoció todas las áreas empresariales: marketing y ventas, producción, etc.; como parte de sus estudios hizo proyectos entre los que estuvo el desarrollo de un sistema de gestión de calidad.


Esto fue clave para aplicar en su profesión años más tarde. También fue de gran importancia el aprendizaje del idioma alemán y el intercambio estudiantil en la sede de la red de Cali, en la Universidad Autónoma de Occidente.

En el 2012, luego de cuatro años de carrera, la Cámara de Industrias Ecuatoriano-Alemana le invitó a formar parte de su equipo de formación dual. “No dudé. Acepté porque iba a apoyar en la elaboración de un proyecto. El Gobierno contrató los servicios del gremio para desarrollar 41 proyectos de carrera bajo el sistema alemán”.

Bonilla se mudó a Quito y se convirtió en asistente de proyectos. En ese mismo año viajó dos meses a Alemania, con una beca, a un curso para reforzar el idioma. De la visita a ese país destaca el haber vivido experiencias junto a gente de diferentes culturas y haber recorrido varias ciudades.

En Ecuador, cuando la contrataron en la Cámara Alemana, conoció a Lisa Pesendorfer, hoy experta a largo plazo del proyecto para la formación profesional.“Íngrid es responsable, ordenada, cumplida. Estructura bien sus procesos de trabajo. Desde que era estudiante estaba enfocada en lo que quería y necesitaba desarrollar”.

Trabajaron juntas en la entidad hasta el 2014. Luego participaron en proyectos vinculados al sistema de formación dual.

Al dejar la Cámara, Bonilla laboró como asistente administrativa en Sywork Consultoría Estratégica. Para 2015 accedió al cargo de coordinadora técnica en la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera; allí se encargó de proyectos como el rediseño para la aprobación de una carrera de formación dual a escala tecnológica para ese sector.

Ella considera que tuvo una actividad multitareas en esa época. Coordinó alianzas, capacitaciones y conferencias para el gremio; también ayudó en la institucionalización del mismo. A la vez, obtuvo conocimientos sobre el manejo sustentable de bosques.

Tras dos años llegó un nuevo reto, vinculado también a la formación dual. Viajó a Cuenca y labora en la Fundación Sparkassen.

Bonilla no solo trabaja. Hace voluntariado y gestión social a favor de personas con enfermedades terminales o discapacidades; ha colaborado con fundaciones como Cecilia Rivadeneira y la organización Fotosentidos Ecuador.

“La conozco hace muchos años. Es emprendedora y líder carismática. Siempre ha estado preocupada por conectar con la gente y motivarla a que desarrolle sus capacidades (...) alguna vez hicimos fotografías como voluntarios y la mejor parte era que ella daba la confianza a las personas para que permitan que les fotografiemos”, dice su amigo Alfredo Astudillo.


Un método para aprender haciendo

Redacción Quito (I)

La formación dual, que tiene sus orígenes hace 200 años en Alemania, combina la teoría con la práctica en el proceso de formación. La intención es que los participantes accedan a los conocimientos académicos y los puedan comparar y aplicar en las diferentes áreas de las empresas en el país que los apadrinan.

Según Ingrid Bonilla, quien estudió a través de esta metodología y ahora la difunde en el país y la región, este tipo de formación está alineada a algunas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.

Una es el objetivo cuatro de educación de calidad. “Pretende que hombres y mujeres tengan acceso a una formación técnica, profesional y superior de calidad. Otra meta se enfoca en aumentar el número de jóvenes y adultos que tengan competencias técnicas y profesionales, para acceder al empleo. En Ecuador, se han desarrollado carreras a nivel técnico y tecnológico, que desean potenciar el ‘saber hacer’ en el campo profesional”.

Ella considera que la formación dual permite tener una visión holística en el desarrollo de una persona. Le da la posibilidad de involucrarse en la realidad laboral y crecer: aprender a solucionar problemas, comunicarse, relacionarse con la gente, hacer informes, entregar al jefe, entre otros.

La formación dual, además, ayuda al desempleo juvenil porque las personas que estudian bajo esta metodología tienen amplias posibilidades para que la empresa los contrate. Además, les permite obtener experiencia.

En Ecuador existen proyectos a través de los cuales se aplica este método de estudio. Participan institutos, empresas y gremios empresariales.


Datos: Íngrid Bonilla.

Actividades. Le gusta el baile como una manera de relajarse.
Familia. Ella explica que es su principal motor. “Estamos distribuidos en tres ciudades pero pese a la distancia, el apoyo mutuo y el amor incondicional permanecen intactos”.
Viajes. Ha recorrido diferentes países en los que ha vivido experiencias vinculadas a la aplicación del sistema de formación dual.