La familia Naranjo logró posicionar su marca Alibú en el mercado. El emprendimiento salió al mercado en octubre del 2018. Foto: LÍDERES

La familia Naranjo logró posicionar su marca Alibú en el mercado. El emprendimiento salió al mercado en octubre del 2018. Foto: LÍDERES

Infusiones y ‘snacks’, hechos en familia

17 de febrero de 2020 12:01

El es la infusión más consumida en todo el mundo. Su existencia data de hace más 5 000 años aproximadamente.

Esta bebida tiene muchos sabores, pero pocos saben que las frutas deshidratadas pueden ser el ingrediente perfecto para hacer del té una experiencia diferente.

Esa fue la razón por la que la familia Naranjo creó Alibú.

Este emprendimiento elabora infusiones y ‘snacks’ a base de frutas deshidratadas; surgió en octubre del 2018, con el objetivo de tener un negocio propio.

El nombre del negocio es la unión de dos palabras; ‘ali’ de alimento y ‘bu’ de bueno.

Los emprendedores cuentan que desde siempre han pensado que mantener una dieta equilibrada incluye consumir variedad de frutas, y fue por ello que decidieron apostar por esta idea.

Los productos están dirigidos a quienes “buscan algo diferente a la tradicional agua aromática o café. Les ofrecemos esta opción innovadora y a la vez saludable”, menciona Carolina Naranjo.

Para iniciar con el emprendimiento, los propietarios invirtieron alrededor de USD 25 000. Esta cantidad se usó para la materia prima y como capital de trabajo.

La familia Naranjo comenta que formaron vínculos con una empresa en Cotacachi, que prefieren mantener en reserva, convirtiéndola en socia estratégica para la elaboración de los productos.

Las frutas principales de sus infusiones son piña, mango, frutilla, banano, pitahaya y mora. Estas las adquieren a pequeños agricultores en diferentes partes del país, de esta manera practican principios de comercio justo.

El grupo de Alibú lo conforman seis integrantes. Sin embargo, Leslie Naranjo dice que se generaron 10 plazas de empleo indirecto, dado que más personas colaboran en el proceso de producción.

Dicho proceso tiene un orden. Lo primero es seleccionar las frutas, luego se las lava y se remueve la cáscara, de ser necesario.

Después se las coloca en hornos deshidratadores. El tiempo y la temperatura dependen del tipo de fruta; al final se empaca la fruta deshidratada para distribuirlos.

Lo llamativo de estos productos es que los empaques tienen ilustraciones de animales representativos de Ecuador que, a su vez, son amigables con el ambiente.

Este emprendimiento cuenta con la certificación Kosher, insignia que garantiza la preparación responsable de alimentos bajo normas dietéticas judías.

Juan Carlos Rea, propietario de Entropía Café y Cultura, incluye estos productos en su cafetería. “La presentación es llamativa y los empaques son biodegradables. Los sabores son variados y a mis clientes les gustó esta nueva forma de tomar té”, dice Rea.

Los propietarios de Alibú planean exportar sus infusiones y ‘snacks’ a países como EE.UU., España y Francia.

Además, estas infusiones elaboradas en familia se encuentran desde el año pasado en cadenas como Supermaxi y Megamaxi.