María Belén Mora creó una fundación que busca promover el intercambio para jóvenes con programas de ayuda social. Foto: Galo Paguay / Líderes

María Belén Mora creó una fundación que busca promover el intercambio para jóvenes con programas de ayuda social. Foto: Galo Paguay / Líderes

María Belén Mora impulsa a los jóvenes a servir y a conocer el mundo

15 de abril de 2019 11:08

A María Belén Mora no le resulta difícil conocer por qué le apasiona lo que hace. Su familia ha influido fuertemente en ello.

Su abuela, Ruth Herrera, fue presidenta del grupo de damas voluntarias de la Cruz Roja de Ambato. Durante su infancia, esta mujer, de 34 años, solía compartir tiempo con estudiantes voluntarios que sus padres recibían en su casa, pues eran parte del Club Rotario de dicha ciudad serrana.

Mora estudió una licenciatura en lenguas extranjeras aplicadas a los negocios e intercambios internacionales en la Universidad Católica de Quito. En el 2015 creó la Fundación Intercambio Internacional para el Desarrollo (Fiides), que recibe y envía voluntarios a realizar servicio social en diferentes países del mundo.

Fiides ha recibido a unos 100 voluntarios de Alemania y ha enviado a unos 25 ecuatorianos a Reino Unido, Kenia, India, Brasil y México, países en donde la fundación tiene programas de ayuda a personas con discapacidad y de la tercera edad.

“No es alto el número de voluntarios que viajan de Ecuador porque la mayoría de jóvenes quieren vivir la experiencia a través del estudio. Pero queremos democratizar la experiencia internacional a través de viajes a sitios muy distintos, aprender de otras culturas”, señala la ambateña.

Añade que la intención es que los jóvenes “pongan los pies sobre la tierra y se conviertan en agentes de cambio” para el planeta.

Con entusiasmo y orgullo, ella cuenta que cada vez que envía un voluntario recibe de vuelta a un ecuatoriano globalizado, que ha aprendido cómo es la vida fuera de la zona de confort.

Es lo que ella experimentó a los 21 años, cuando decidió trabajar como niñera en Alemania por un año; estuvo a cargo de tres niños. Cuando llegó no hablaba el idioma, pero lo aprendió “a la fuerza” y ahora es una de las lenguas que domina, junto al francés e inglés.

“Siempre recuerdo mi primera experiencia cuando preparo a mis chicos. Yo fui sin preparación a Alemania. Llegas y crees que todo será color de rosa y luego descubres que todo es bastante diferente”, cuenta.

Carolina Arcos, quien conoce a Mora desde que estudiaban en la universidad, fue quien la incentivó a vivir esa experiencia en Alemania, pues ella había ido antes. “Ella siempre ha tenido ese interés por la ayuda social, posee un corazón muy generoso. Cuando estudiábamos, la primera vez que viajamos fue a construir casas a un sector de escasos recursos en Guayaquil”, recuerda.

Tras vivir en Alemania, Mora se convenció de que quería seguir conociendo el mundo y ayudando. Hizo una maestría en desarrollo y cooperación internacional en la Universidad de Lérida.

Como parte del proceso de graduación, tuvo que vivir seis meses en Alhaucemas, en el norte de Marruecos. Debía evaluar cómo se usaban los recursos y el impacto que tenían en un proyecto productivo con enfoque de género, financiado por el Gobierno español. Lo más enriquecedor, recuerda, fue haber aprendido a vivir una dualidad de la cultura occidental española y descubrir cómo es la árabe.

Tras esa vivencia, Mora, que es madre de dos hijos (Julia, de cuatro años y Juan Andrés, de 8 meses), aportó casi cinco años a la Fundación Voluntariado para la Ayuda Social en Ecuador (VASE) en donde fue directora ejecutiva.

La joven reconoce que esta fue una escuela que la ayudó a conocer contactos que, más adelante, le permitieron emprender.

Una de las labores que más destaca de su paso por VASE fue la creación, junto con voluntarios de otros países, de un libro guía al que llamaron: ‘La aventura de recibir voluntarios internacionales’.

Esta fundación le permitió conocer países como Uganda, Kenia, Togo, entre otros. “Una vez, cruzando en bus la frontera de Uganda a Kenia, un funcionario no sabía si dejarme pasar porque no sabía si Ecuador requería visa. Era de noche, llovía, tenía miedo de perder el bus. Al final, logré pasar y así he ido acumulando varias aventuras”, comenta.

Esas experiencias se redujeron desde que fue mamá. Reconoce que tener hijos es otro aspecto que la hace feliz. Está casada hace cinco años con Andrés Galarza, quien está a cargo de los asuntos financieros de la fundación.

Cuando tuvo a su primera hija, creó en redes sociales un grupo de apoyo y conexión entre madres llamado Once Upon a Mami. En este espacio las mamás comparten ideas, consejos, problemas y emprendimientos.

Vanessa Salvador, directora ejecutiva de Fiide, destaca que Mora ha sabido compartir bien su tiempo entre estas dos facetas gracias a que es constante y proactiva.

Su Vida

Estudios. 
Tiene dos maestrías: una en marketing por la Universidad Europea de Negocios y una en desarrollo y cooperación internacional, por la Universidad de Lérida.

Charlas. Fue parte de la organización de la charla Desarrollando la calidad del trabajo con voluntarios, de la fundación Icye y de talleres con France Volunteers.

Familia. Es la mayor de tres hermanos.