María Fernanda Guillén es la primera Gerenta de la Empresa Pública Metropolitana de Rastro Quito, con más 150 años de existencia.

Tener un hijo a los 20 años, cuando aún estudiaba economía en la Pontificia Universidad Católica fue una bendición y una hermosa experiencia de vida.

María Fernanda Guillén ha demostrado que se puede tener éxito en el hogar como joven madre y en su carrera, como una profesional que ha alcanzado puestos de liderazgo en diversas entidades.

Desde el año pasado se desempeña como la primera gerenta de la Empresa Pública Metropolitana de Rastro de Quito (el camal metropolitano), compañía con más de 150 años de historia en la ciudad. Le apasiona que las cosas funciones bien en una organización e inspirar a sus equipos.

El liderazgo efectivo
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“Siempre he procurado que exista un buen clima laboral en las empresas e instituciones donde he trabajado, para que mi liderazgo sea más efectivo. Si uno está contento con lo que hace, a la final, se compromete y sale adelante.

Cuando estoy en un cargo directivo, lo que hago es centrarme en un objetivo, ponerle una meta a mi equipo hacia dónde llegar. Después hay que comunicar esta meta a todos, que se maneje un mismo discurso y que cada uno, desde su espacio, aporte para alcanzar ese objetivo.

Soy la primera mujer al frente de una empresa con más de 150 años de historia. Esto generó preocupación porque es un trabajo mayoritariamente realizado por hombres. Pero hemos respondido con resultados. Lo que hicimos cuando llegamos es pensar qué es lo que faltaba y organizar un poco mejor la casa, cualidad que tenemos más las mujeres”.

La gestión en la empresa
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“Nos dimos cuenta que aquí debíamos completar la cadena de valor cárnico. Nuestra competencia como empresa de rastro es controlar que la carne que se consume en Quito sea apta. Anteriormente, después de faenar se perdía el seguimiento de la carne. Pero cuando llegué, comenzamos a justamente trabajar en la trazabilidad. Ahora estamos diseñando una aplicación para que los consumidores sepan de dónde viene la carne que comen.

Este análisis he hecho en todo lugar en el que he trabajado. Ver cómo voy a llegar del punto A al punto Z y por eso tenemos éxito. Tener una ruta clara y transmitirlo al equipo, motiva a la gente”.

El trabajo en equipo
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“En toda empresa o entidad hay que transformar la mentalidad de la división en grupos. Somos un solo equipo. Aquí había una especie de dos familias, los administrativos y los operativos de la planta de faenamiento.

Mientras los operarios entraban muy temprano y trabajaban también en feriados, los administrativos tenían horarios de oficina. Ahora los hemos juntado. El viernes, todos venimos a las 6 de la mañana para poder atender las necesidades que tiene el equipo operativo. En los feriados, la mitad del equipo administrativo se turna para atender cualquier tema de la planta y la gente está muy contenta con esta modificación.

Otras cambios que hemos impulsado tienen que ver con la calidad de trabajo dentro de la planta. Cuando llegué, los operarios debían ducharse en agua fría a las 3 de la mañana por protocolos de inocuidad, en plena pandemia. Eso era imposible de aceptar y pusimos duchas de agua caliente porque debe haber dignidad en el trabajo. También renovamos el equipamiento, la calidad de cuchillos, entregamos ropa térmica, renovamos las protecciones.

Eso, aunque parecen cosas pequeñas, incentivan muchísimo al personal. Le hacen sentir que se preocupan por ellos.

De ahí yo tengo modalidades como desayunos de trabajo con distintas áreas para conocer sus inquietudes y necesidades. Son cosas que les motivan, pero que permiten ser más productivas”.

La equidad de género en las empresas
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“Hemos avanzado en la inclusión de mujeres en las jefaturas de la empresa y ya tenemos a la primera supervisora mujer, en la planta. A lo largo de mi vida profesional, no he sentido discriminación por ser mujer, pero sí por ser joven. Pero todo eso se resuelve cuando una entrega resultados”.

Los libros y el tiempo libre
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“Me tomo al menos 10 minutos diarios para relajarme y meditar. También recomiendo la lectura del libro ‘La economía de la manipulación’ de los premios Nobel George Akerlof y Robert Shiller, que habla de cómo nos hemos vuelto demasiado consumistas cuando las cosas no nos hacen felices. Disfruto del ejercicio, las actividades físicas y la naturaleza en mi tiempo libre. No sufro de estrés porque me gusta lo que hago”.

Su perfil

Su educación. Es economista graduada por la Pontificia Universidad Católica de Quito. Tiene una maestría en Economía con mención en Desarrollo en la Flacso y una segunda maestría en Relaciones Internacionales en el IAEN.

Sus cargos. Fue Directora de Estudios del Sercop. Se desempeñó como gerenta del Hospital del Comité del Pueblo del IESS. También tuvo cargos directivos en el Ministerio de Transporte, la Secretaría del Agua y la ANT.

Su visión
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Una organización debe manejarse con objetivos claros que deben ser transmitidos a los colaboradores, para que haya un funcionamiento adecuado y se alcancen las metas.