Fundador de  StaffinAmericaLatina, una plataforma colaborativa especializada en el futuro de la educación y el trabajo en América Latina. También  es el  CEO de  FOW Iberoamerica, enfocada en el futuro del trabajo y la educación en Iberoamérica. Cortesía

Fundador de StaffinAmericaLatina, una plataforma colaborativa especializada en el futuro de la educación y el trabajo en América Latina. También es el CEO de FOW Iberoamerica, enfocada en el futuro del trabajo y la educación en Iberoamérica. Cortesía

Martín Padulla: ‘Hay que crear talento pertinente’

1 de abril de 2019 09:58

Cada día se habla más del futuro del trabajo, de la inteligencia artificial, la automatización de procesos y más avances que impactan en el mundo laboral. ¿Qué implican todos estos avances en el sector empresarial y laboral de América Latina?

Hay sensaciones varias y encontradas. En los últimos dos años me he dedicado a estudiar, especialmente en 16 países, la conexión profunda entre el futuro de la educación y el futuro del trabajo. Definitivamente hemos ingresado a una economía basada en el conocimiento, estamos transitando un cambio de época una cuarta revolución industrial que tiene una profunda transformación que es la digitalización. En ese sentido está en juego el futuro de la educación, cómo se va a transformar para poder conformar las necesidades de un marco laboral cada vez más sofisticado y que cambia a una velocidad exponencial.

¿Cómo va a transformarse la educación? ¿Qué pronósticos se pueden hacer?

El primer elemento que considero es que tanto el futuro del trabajo y el de la educación no es un destino, sino que hay que crearlo. Allí lo interesante será ‘cocrearlo’, de manera colaborativa. Pensar en el futuro de la educación y del trabajo es pensar en el futuro de nuestras sociedades. En estos dos años he visto distintas opciones que llegan, en algunos casos, a ‘hibridizar’ la idea de educación y trabajo. Lo que está claro es que necesitamos conectar mejor estos mundos que hoy están absolutamente separados en muchos de nuestros países. Esta separación es notoria con sistemas educativos que tienden a la individualidad, a la competencia, al enciclopedismo, y luego tenemos mercados laborales que requieren trabajo en equipo, colaboración, creatividad.

El mercado laboral requiere nuevas habilidades...
Exactamente. Yo tengo una mirada que viene de los griegos, con la pansofía, esta idea de que todo el saber humano es para todos los seres humanos. Pero parecería que la escuela ya no está cumpliendo con la promesa de enseñarnos de manera eficiente a leer el mundo. No olvidemos que la escuela es una tecnología en sí, el saber humano se difundió a través de la oralidad, que fue la primera tecnología. Luego vino la escritura. Después, de manera revolucionaria, llegó la imprenta que permitió distribuir mejor el conocimiento. Y la cuarta tecnología, que empieza en el siglo XVII con los sistemas educativos nacionales. Ésta última logró cumplir con la promesa de enseñarnos a leer el mundo, pero hoy parece que ya no. Allí surge la brecha de competencias entre lo que genera el sistema educativo y lo que demanda el mercado laboral. En el pasado la educación fue el factor preponderante de movilización social, era la salvaguarda para no caer en la pobreza, pero hoy -en la sociedad basada en el conocimiento- la no educación implica exclusión. Implica no solo ser pobre, sino no poder conseguir un trabajo. Entonces la idea del futuro del trabajo está muy relacionada con el aprendizaje durante toda la vida y con dispositivos muy diferentes a los que estamos acostumbrados.

¿Entonces cómo será el futuro del trabajo y de la educación?
Hay muchos futuros posibles, hay mucho por aprender. Yo pretendo un futuro del trabajo más dinámico, más inclusivo, que apueste a diversas formas, con mucha creatividad, con marcos regulatorios más relacionados con la cuarta revolución industrial y no mirando tanto hacia el siglo XX.

¿En este camino que estamos empezando a recorrer puede abrirse una nueva brecha entre quienes pueden y quienes no pueden acceder a la tecnología y a la educación?
Ese es el gran reto. Por eso hago tanto hincapié en los marcos regulatorios. La pregunta del millón es ¿cómo garantizamos igualdad de oportunidades?. Yo creo en la posibilidad de la inclusión, a partir de una educación de calidad y mercados laborales dinámicos que ofrezcan alternativas a los jóvenes. Esa inclusión estará relacionada con instancias que permitan cerrar brechas. Repito la idea del aprendizaje durante toda la vida porque las competencias que demandará el mercado laboral van a seguir siendo cambiantes y el gran desafío será crear talento pertinente. La pertinencia tiene que ver con el ajuste de competencias, en términos de capacidad, habilidades y aptitudes vinculadas con las necesidades del mundo laboral. Allí el acceso a la tecnología será fundamental.

Esta creación de talento pertinente se suma a los retos que ya tiene por naturaleza el sistema educativo en donde los recursos no siempre son los ideales. ¿Esto complica más el panorama?

Los desafíos son varios y hay algunos retos anteriores a la posibilidad de crear pertinencia. Tenemos el reto de desarrollar la igualdad de oportunidades y garantizar absolutamente el acceso a la educación. La pregunta es si ese acceso es a través de la escuela. Los que pensamos en la pansofía decimos que ese acceso será con la escuela o sin la escuela, pero nunca contra la escuela. Probablemente existan alternativas con la tecnología para llegar más y mejor a los niños y jóvenes. Pero de lo que estoy seguro es que no podemos resolver los desafíos del futuro con recetas del pasado. Estamos en un punto de inflexión y hay que entender el tema y generar alternativas. En países como Nueva Zelanda, por ejemplo, ahora existe la posibilidad e elegir entre la escuela analógica y la digital.

¿Qué papel jugarán las instituciones tradicionales del sistema educativo?

Insto y demando a mirar para adelante. Llegó la hora de pensar en términos de gobierno, academia, capital de riesgo y empresarios respecto al futuro de la educación y del trabajo que queremos. Lo primero es comprender que se requieren soluciones nuevas, que hay muchas iniciativas para estudiar y que no existe un único modelo posible. Tenemos que ser adaptables.
¿Cree que las sociedades latinoamericanas están conscientes y preparadas para todo esto?
Hay una parte de la sociedad que tiene muy clara esta agenda y otra parte importante que mira el tema con criterios de mitad del siglo pasado. Estamos ante transformaciones que son profundas y que no tienen vuelta atrás. Es absolutamente necesario comprender que los trabajos del futuro ya llegaron y crecerán en donde encuentren buen clima de negocios, reglas de juego claras, marcos jurídicos 4.0. Necesitamos mente amplia para regular el tema y para que los trabajadores no pierdan derechos, porque vamos hacia un esquema de derechos laborales completamente distintos a los actuales.

HOJA DE VIDA

Cargo. Fundador de StaffinAmericaLatina, una plataforma colaborativa especializada en el futuro de la educación y el trabajo en América Latina. También es el CEO de FOW Iberoamerica, enfocada en el futuro del trabajo y la educación en Iberoamérica.

Experiencia.  Consultor externo de la Organización Internacional del Trabajo. Conferencista en temas laborales y educativos.

Formación. Nacido en Argentina, tiene estudios de Sociología, así como de administración de empresas. Se declara como un profesional obsesionado por unir educación, trabajo y emprendimiento en Iberoamérica.