Los microempresarios sacan el jugo a los créditos

La economía popular y solidaria ha sido clave para que los campesinos desarrollen emprendimientos. Según datos de la incubadora de empresas Innpulsar, con sede en Cuenca, de 200 proyectos femeninos que han acompañado, el 70% es de mujeres rurales.

Para Héctor Fajardo, de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), este dato tiene sentido, porque las campesinas se acercan con frecuencia para solicitar créditos para instalar criaderos de pollos, asaderos de cuyes, negocios de deshidratación de frutas o elaboración de pulpas para jugo.

Una de ellas es Carmen Quizhpe, quien solicitó, en el 2010, un crédito por USD 3 000 a la cooperativa Juventud Ecuatoriana Progresista e instaló un negocio de mermeladas de papaya, mango, fresa, maracuyá, ají y pimientos. Al año pagó el crédito y ahora solicitará otro para comprar hornos para deshidratar la fruta con la que trabaja.

En la ciudad también se benefician los emprendedores de los créditos de las cooperativas. Empanadas y algo más es un negocio de 15 m2 en el centro de Cuenca. Allí, Amelia Orellana comercializa empanadas, humitas, quimbolitos, entre otros bocaditos tradicionales. Ella obtuvo un crédito de USD 1 500, de la cooperativa La Merced y ya lo pagó. "Las cooperativas son más accesibles con las personas de escasos recursos y uno se siente en casa cuando llega a esas entidades, lo que no pasa en los bancos".

Otro de los beneficiarios de las entidades de la economía popular y solidaria es Luis Andagana, que vive en el sector de Mogato, al occidente de Ambato. Este hombre de 33 años conformó una empresa familiar de explotación de material pétreo sobre la base de un crédito otorgado por la cooperativa Chibuleo.

Andagana proviene de una familia de agricultores. Tiene seis hermanos. Con dos de ellos, Ángel y Hernán, conformó la empresa de explotación minera.

Luego de una fugaz carrera como artista popular, Andagana tomó la decisión de emprender un negocio propio. Los tres hermanos invirtieron sus ahorros en la cooperativa Chibuleo. Esa entidad financiera les desembolsó USD 15 000; además Andagana hipotecó la primera volqueta de su iniciativa. Con ese automotor comercializaba el material pétreo que comparaba en las minas.

Nicolás Manobanda, ejecutivo de la cooperativa Chibuleo, menciona que no le pidieron garantía porque entre los indígenas "la palabra es suficiente".

Otra cooperativa indígena de éxito es Mushuc Runa ('Hombre nuevo' en quichua). Una de sus clientes es Carmen Tualisa, de la parroquia Quisapincha. "Desde el 2011 ya me han entregado tres créditos. El último fue de USD 7 000. Con eso compro terneros de cuatro meses, a USD 200 cada uno, semillas e insumos agrícolas".

Esta forma de operar de las dos cooperativas generó la apertura de más instituciones. En Tungurahua, en el 2002 eran 16, hoy suman 402 entidades, entre cooperativas, corporaciones de desarrollo y cajas de crédito.

La Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria tiene un registro de 900 cooperativas de ahorro y crédito. Sin embargo, las estadísticas de los organismos de control sostienen que el crédito de las cooperativas están enfocado básicamente en el consumo, que se lleva alrededor del 50% de los préstamos otorgados y que ha venido en aumento a raíz de la dolarización.

La otra parte de los préstamos se reparte en micropréstamos para actividades productivas, comercio y servicios principalmente.

Glosario

El sector cooperativo:  comprende el conjunto de organizaciones entendidas como sociedades de personas que se han unido en forma voluntaria para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales en común, mediante una empresa de propiedad conjunta y de gestión democrática, con personalidad jurídica de derecho privado e interés social.

El sector asociativo:  está constituido por personas naturales con actividades económicas productivas similares o complementarias, con el objeto de producir, comercializar y consumir bienes y servicios lícitos y socialmente necesarios, autoabastecerse de materia prima, insumos, herramientas, tecnología, equipos y otros bienes, o comercializar su producción en forma solidaria y autogestionada bajo los principios de la economía popular y solidaria.

El sector comunitario:  es el conjunto de organizaciones vinculadas por relaciones de territorio, familiares, identidades étnicas, culturales, de género, de cuidado de la naturaleza, urbanas o rurales; o, de comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades que con trabajo conjunto tienen por objeto la producción, comercialización, distribución y el consumo de bienes o servicios lícitos y socialmente necesarios, en forma solidaria y autogestionada.

Las unidades económicas populares:  son emprendimientos unipersonales, familiares, domésticos, comerciantes minoristas y talleres artesanales; que realizan actividades de producción, comercialización de bienes y prestación de servicios.