En Banco Solidario se desarrolla un programa de educación financiera entre sus clientes. En esta entidad los créditos de consumo son los que mayor morosidad  registran. Foto:  Alfredo Lagla / LÍDERES

En Banco Solidario se desarrolla un programa de educación financiera entre sus clientes. En esta entidad los créditos de consumo son los que mayor morosidad registran. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

La morosidad se acentúa en el consumo y en el microcrédito

15 de mayo de 2016 12:38

Los indicadores de morosidad vienen creciendo y esto genera análisis en el sector financiero. Según cifras de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), el promedio de la cartera impaga creció de 3,4% en marzo del 2015 a 4,6% en el mismo mes de este año.
El aumento es de 1,2 puntos en 12 meses año. Para Julio José Prado, director ejecutivo de la ABPE, el dato aún no es preocupante y es entendible dentro del entorno económico actual que vive el país.

Al revisar las cifras con mayor detalle se encuentra que existen segmentos con una morosidad más alta que otros. En créditos de consumo, por ejemplo, el índice en marzo del 2015 estuvo en 6,5% y para marzo de este año subió a 9%. Otro segmento en el que la morosidad se eleva es el microcrédito que pasó de 6,2 a 6,9% en el mismo período.

Los datos de la ABPE también dejan ver segmentos que mantienen una cartera impaga baja. El crédito comercial registraba hasta el tercer mes de este año una morosidad de 1,4% y el de vivienda de 2,9%. “Esos dos créditos específicos están con baja morosidad. En el comercial la gente se cuida para no perder su capacidad de crédito en el futuro y en lo que es vivienda la gente cuida mucho sus pagos porque se trata de su casa. Es lo primero en lo que las personas tratan de estar al día”, asegura Prado.

El director del gremio banquero agrega que en todas las líneas de morosidad se registró una reducción entre febrero y marzo. “Esto significa que las personas se han puesto al día con algunas líneas de crédito y también implica que la cantidad de créditos aumentó ligeramente entre esos meses”.

Las entidades financieras reconocen el incremento de la morosidad en sus carteras de crédito. Banco Pichincha asegura que la contracción económica que se evidencia desde el año pasado en la mayoría de sectores económicos y productivos del país ha provocado que la tasa de morosidad experimente un crecimiento.

En esta entidad, el índice de morosidad se situó en el 4,05% al cierre del año 2015. Según este banco, en vista de que la situación económica se mantiene, los indicadores de morosidad experimentaron un incremento en el primer trimestre del año. En marzo, estos se ubicaron en 6%.

En Banco Pichincha, los créditos que han evidenciado un mayor deterioro son aquellos destinados para consumo y microempresa. “Estos son segmentos que históricamente han registrado una tasa mayor de morosidad y la tendencia se mantiene en la situación actual”, asegura la entidad.

El presidente de Banco Pichincha, Antonio Acosta, dio a conocer semanas atrás, en una entrevista en Radio Quito, que la actual situación económica afecta a la gente que no puede pagar sus cuotas. “Hay personas que han perdido empleo y no pueden pagar. Ahora le corresponde a todos los bancos entrar en programas de reestructuración y reforzar los provisiones para cargar a esas provisiones la cartera que no se pueda cobrar”.

Otro actor del sistema financiero que mira con detalle la situación es Banco Solidario. Esta entidad señala que sus índices de cartera impaga han crecido, tal como ocurre en el sistema financiero en general y en medio de la difícil situación económica. En su caso la línea de crédito que mayor morosidad registra es la de consumo.

Ante esta situación las entidades aplican estrategias para ayudar a sus clientes. Banco Solidario explica que siempre se preocupa de que la cuota esté asociada a la capacidad de pago del cliente.

La entidad complementa esa precaución con asesoría y educación financiera sobre todo en planificación. La idea, sostiene el banco, es evitar el sobreendeudamiento y manejo del flujo de caja en el caso de los microempresarios. “Además, motivamos a aquel cliente que puede estar frente a un problema, para que se acerque al banco y analicemos formas para mantener su crédito al día”.

El tema de la morosidad es particular en las provincias más afectadas por el terremoto del 16 de abril. Según la ABPE, en Manabí el índice de morosidad estaba en marzo en 6,6% y en Esmeraldas llegaba al 11,7%.

En esas provincias se espera que los índices se eleven. Según la Superintendencia de Bancos esto dependerá del segmento y la ubicación. “No todos los sectores fueron afectados de la misma forma” asegura el organismo.

La morosidad subió, pero hay más control

La morosidad aumentó en las cooperativas de ahorro y crédito del Ecuador. En las 24 entidades, que se ubican en el primer segmento (con más de USD 80 millones en activos) este indicador se incrementó de 5,58 a 7,05%, en el período octubre de 2015 - marzo de 2016, de acuerdo con estadísticas de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS).

Según el director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur (Ucacsur), Juan Pablo Guerra, este sector no puede estar divorciado de la situación económica complicada por la que atraviesa el Ecuador.

Por este factor, agrega, los socios de las cooperativas pueden verse afectados en sus ingresos y priorizarán sus gastos. “En esa medida uno de los temas que más puede afectarse es el cumplimiento de las obligaciones de crédito y pueden existir retrasos de días en los pagos”.
En las 33 instituciones del segmento 2 (entre USD 20 millones y 80 millones en activos), el índice se incrementó de 11,57 a 13,76%, en el mismo período. Guerra explica que el mayor nivel de morosidad en las entidades del segundo segmento con relación al primero se puede atribuir a la diferencia en el tamaño de estas entidades financieras.

Las del primer segmento tienen una mayor cantidad de oficinas en varias zonas, más volumen de cartera y eso produce un menor riesgo en la morosidad.

Es decir, una entidad que tenga oficinas en varias ciudades será menos afectada en una crisis o desastre como el terremoto que se registró en Manabí y Esmeraldas, que una cooperativa que solo tenga locales en dos urbes y uno de esos esté en la zona afectada.

Las cooperativas no han dejado de otorgar crédito, pese a las condiciones del país, a diferencia de otros sectores financieros, dice Guerra. De acuerdo con datos de la SEPS, las entidades de los segmentos uno y dos concedieron préstamos por USD 5 128 millones en marzo de 2015 y por USD 5 288 millones en marzo pasado.

La cartera está concentrada, principalmente, en el microcrédito y consumo. “El riesgo puede ser inminente en todos los tipos de préstamos...”. En un préstamo de consumo, al no ser productivo, el pago depende de la capacidad de la familia y si alguien pierde su empleo hay problemas, dice Guerra. En el caso del microcrédito, en cambio, su cumplimiento está sujeto a la dinámica del negocio.

Guerra señala que si bien la concesión de préstamos aporta al desarrollo o recuperación del país, puede afectar al índice de morosidad si hay retrasos.

Por esta razón, asegura el representante gremial, las cooperativas de ahorro y crédito buscaron reforzar los esquemas, los análisis crediticios y los criterios de calificación del socio solicitante, antes de conceder los préstamos. “Fue un esfuerzo grande en tecnificarse, dar un seguimiento adecuado y crear mecanismos que permitan la recuperación efectiva y rápida de la cartera”.

En la actualidad, señala Guerra, es necesario trabajar en una modificación del esquema de la constitución de las provisiones, criterios de calificación de la cartera, esquemas para refinanciamiento y reestructuración de la cartera, entre otros aspectos.
Según él, las expectativas del sector están centradas en generar una diversificación de la cartera y aportar a la recuperación económica del país.

La planificación es crucial

El consumo prudente. Analistas financiero y especialistas señalan que para combatir la morosidad la clave está en la prudencia.

Por ello, el editor de Análisis Semanal, Alberto Acosta Burneo, explica que las personas deben mantener el nivel de endeudamiento por debajo del 30% de sus ingresos. “La tercera parte del sueldo debe destinarse al pago de deudas. No hay que gastar en artículos innecesarios”.

El analista económico cree que para salir de mora es importante planificar mensualmente el presupuesto, analizar qué gastos se pueden suprimir y realizar una lista diaria en la que se especifique el consumo diario.

Acosta Burneo añade que hay que evitar las compras de impulso. Es decir, controlar el presupuesto y regirse a ello.

Para Sandra Muñoz, coordinadora académica de la carrera de Finanzas de la Universidad de las Américas (UDLA), la falta de recursos económicos y el aumento del desempleo influyen a que las personas no tengan el sustento económico y caigan en mora en la banca.

Una opción para solucionar este inconveniente, según Muñoz, es flexibilizar las condiciones de los créditos. Además, sugiere buscar alternativas de refinanciamiento que permitan opciones de cobro para el usuario.

La docente universitaria cree que el ciudadano debe tener conciencia financiera personal. Es decir, tener un control de los gastos recurrentes a futuro y la certeza de los ingresos reales. “Hay que tener en cuenta todos los rubros a pagar, no solo los evidentes. Esto bajo una planificación mensual y a futuro”, puntualiza Muñoz.

La catedrática recomienda además que para salir de una situación de morosidad se debe tener herramientas efectivas para solventar el endeudamiento. “No se debe endeudar en un lado por pagar otro”, enfatiza. La clave está en la planificación anticipada, refuerza la experta en finanzas.

Con esto coincide Mauricio Pozo. El analista económico considera que los ciudadanos deben trazar un flujo de caja con sus ingresos y gastos, con las fechas de cuándo se recibe y salen estos rubros de los ahorros familiares. “Si hay inconvenientes, lo mejor es acercarse a las instituciones bancarias o entidades que tienen obligaciones para buscar un plan de refinanciamiento de pagos”.

Pozo cree que los consumidores deben ser más cautos no solo con los valores a cancelar en una compra, sino también con respecto a los canales y opciones de pago. “Lo ideal es planificar los gastos hasta nivelar las deudas”, concluye el experto.