Esta ingeniera civil tieneexperiencia como contratista en proyectos de construcción de viviendas. Valora ser profesional independiente.

Esta ingeniera civil tiene experiencia como contratista en proyectos de construcción de viviendas. Valora ser profesional independiente. Foto: Cortesía

‘Más mujeres se hacen notar en el mundo de la construcción’

13 de mayo de 2020 14:48

Virginia León es madre de un varón de 16 años y dos mujeres de 11 años y de 9 meses, respectivamente. Actualmente, está soltera. Considera que el ser profesional independiente en la construcción le ha permitido equilibrar mejor su trabajo con la maternidad.

Una de sus pasiones es el fútbol. Lo practica desde la época universitaria. Forma parte de un equipo femenino, con el que se reúne todos los fines de semanas a jugar. Por la cuarentena, se encuentran los juegos suspendidos. En el colegio, practicaba básquet.

Virginia fue criada por su abuela paterna, en una casa numerosa, donde compartía con primos contemporáneos a ella. Es oriunda de Vinces, Los Ríos, donde vivió hasta culminar el colegio. Desde los 17 años reside en Guayaquil.

Es Ingeniera civil, egresada de la Universidad Estatal de Guayaquil. Una de sus primeras oportunidades laborales fue en la Corporación Samborondón (anteriormente, Corporación Alborada), dedicada a la construcción de viviendas, donde fue fiscalizadora de obra.

Al poco tiempo de haber obtenido su título universitario, conformó su equipo de trabajo y
se convirtió en contratista de acabados, siendo la Corporación su principal cliente en los últimos 10 años. También fue contratista en un centro de rehabilitación del Ministerio de Salud, en Guayaquil.

En febrero pasado arrancó con un nuevo proyecto inmobiliario; esta vez como la contratista a cargo de la construcción de la obra. Con 37 años, su meta es tener su propia empresa constructora.

La mujer en la construcción

“Cuando entré a la universidad realmente éramos muy pocas mujeres. Pero en la actualidad
veo más participación de las mujeres, tanto como residentes (asistentes) de obras como contratistas independientes, que es mi caso. Algunos ingenieros me cuentan que les gusta contratar a mujeres como residente de obra porque generalmente suelen ser muy responsables y dedicadas. Los obreros siguen siendo únicamente hombres; para estos trabajos se necesita hacer mucho esfuerzo físico. En acabados, he contratado a mujeres
para la parte de limpieza. Pero en otras áreas como carpintería, electricidad, pintura solo he tenido hombres. Las mujeres no se han atrevido a incursionar en estos oficios, que no implican mucho esfuerzo, sino más bien técnica”.

Liderazgo

“Sí hay un liderazgo de las mujeres en el sector, nos estamos haciendo notar. El liderazgo femenino en este campo se distingue en el trato al personal, la forma de dirigir la obra. Yo veo la parte más humana. Mi equipo está contento de trabajar conmigo y eso me da satisfacción, el poder mantener un grupo que trabaje a cabalidad. Los trabajos estaban paradas por la cuarentena, recién nos reactivamos, y el equipo estaba muy dispuesto y entusiasmado por volver. Como persona natural, tengo 50 empleados, la gran mayoría son hombres. Como líder suelo hablar con las cabecillas de cada área y ellos transmiten la información a sus asistentes o ayudantes”.

Reto

“Mi siguiente meta es tener mi propia constructora de viviendas, que sean modernas y acopladas a las necesidades de la gente. La mayoría de las constructoras del país son lideradas por hombres. Creo que todas las mujeres que estamos creciendo en esta industria tenemos ese reto, ahorita muchas estamos en un nivel de que guiamos a otros, pero no podemos quedarnos estancadas ahí. Para cumplir esa meta hace falta disponibilidad mental, tener certeza de que lo puedes lograr; requiere además investigación y dedicación”.

Balance

“Paso mucho tiempo en casa, porque mi obra no queda lejos. Siempre les comento a mis hijos que tienen ese privilegio, porque hay mamás y papás que salen a trabajar y no vuelven hasta la noche. Al ser independiente, y además tener personal a cargo de vigilar que la obra vaya encaminada, puedo darme tiempo como mamá. El trabajo como independiente favorece el tiempo con la familia. Como mamá, una etapa difícil ha sido esta que estoy viviendo con mi hijo adolescente de 16 años; también el cuidado de la bebé. Gracias a Dios puedo pagar a alguien para que me ayude con el cuidado de la bebé, y cuento con el apoyo de mi mamá. Si te organizas, puedes hacer muchas cosas. Me gusta viajar. Me gusta el fútbol, soy arquera. Lo practico desde la universidad. Y desde hace cuatro años con amigas hemos participado en varios campeonatos”.