Las emprendedoras reciben asesoramiento de los técnicos del Departamento de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES

Las emprendedoras reciben asesoramiento de los técnicos del Departamento de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES

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Mujeres indígenas buscan mercado con apoyo extranjero

3 de septiembre de 2018 18:42

Tres mujeres éperas caminan por un terreno húmedo de ocho hectáreas, mientras revisan las plantas de chocolatillo, materia prima utilizada para la elaboración de artesanías.

Ellas utilizan pantalón, botas de caucho y suéter con mangas largas, para cubrirse de los mosquitos, en la población de Santa Rosa, norte de Esmeraldas. Con el apoyo de técnicos del programa de las Naciones Unidas, revisan que las plantas tengan la talla necesaria para el corte y la madurez suficiente para su utilización.

Desde hace un año, la Asociación de emprendimiento y desarrollo de los jóvenes de la nacionalidad Épera-Siapidara del Ecuador recibe apoyo técnico para mejorar la producción de fibra natural y la elaboración de sus artesanías.

La presidenta de la organización Florinda Chirimía, explica que se ha mejorado la técnica de cultivo del bejuco, que permitirá una mayor producción y satisfacer la demanda de objetos artesanales.

En la comunidad de Santa Rosa, 59 mujeres, acompañadas de sus esposos, trabajan en elaboración de artesanía como las esteras, sopladores, carteras, canastos, sombreros, petacas y bolsos.

Jénnifer Capena y María Chipúa son dos indígenas que han heredado el talento para tejer a mano sombreros, cartera y bolsos. Ellas acompañan a Florinda Chimiría en el recorrido de la producción.

Los nativos siembran el chocolatillo, una planta propia de la zona, que crece en suelos anegados, las que extraen para su aprovechamiento en la elaboración de las artesanías.

María Chiripúa señala que primero siembran el cogollo de la fibra. Cuando ha crecido se corta con machete, se raspa y se extrae la fibra con la mano para luego ser tinturado. La planta crece en bosques anegados y suelo húmedo.

En la fabricación de los objetos, en ocasiones, se raspa el tallo antes de extraer la fibra o venas, para obtener otro color natural. La vena más fina da varios tonos como el verde o amarillo pálido.

Las mujeres cortan los tallos maduros para retirar la capa verde; se extrae en tiras, se quita la médula y se aplana con la mano para obtener las cintas.

Celio Vera, técnico de la Prefectura de Esmeraldas, explica que se trabaja en el mejoramiento de la reproducción vegetativa del chocolatillo.

La cestería elaborada por los indígenas ha empezado a venderse en diversos mercados del país como en Quito, bajo pedidos, así como en las ruedas de negocios que se promueven en la provincia.

Un convenio firmado entre la Prefectura de Esmeraldas y el Programa de las Naciones Unidas, permite la intervención en algunas organizaciones de mujeres emprendedoras como las éperas.

La Prefectura de Esmeraldas ayuda con técnicos del Departamento de Desarrollo Productivo. La metodología utilizada es la denominada Creciendo con su negocio, en la que ayudan a mejorar la producción y ponerle en el marcado el producto.

Una vez que se ha cumplido con el proceso para obtener una marca y mejoramiento de la presentación de los productos, se busca mercados para las artesanías.