La meta debe ser mejorar la calidad del endeudamiento y pagar obligaciones pendientes. Foto: www.freepik.es

La meta debe ser mejorar la calidad del endeudamiento y pagar obligaciones pendientes. Foto: www.freepik.es

La necesidad del reperfilamiento de las deudas

3 de septiembre de 2020 17:52

En tiempos en que, permanentemente, se ha venido hablando sobre la renegociación, reestructuración y/o reperfilamiento de la deuda a nivel macro del país -debido a las dificultades de pago oportuno-, es importante que, esa misma práctica, se la traslade, en cuanto a su aplicación con las debidas diferencias, a nivel micro -personal, familiar y /o de pequeños negocios-. Más aún, en momentos de pandemia, que los ingresos se han reducido porque la gente ha perdido el empleo, le han reducido la jornada laboral -con la consiguiente disminución de sueldo- o, en el caso de pequeños negocios de propiedad familiar, el frenazo productivo y comercial de la cuarentena afectó seriamente su situación de liquidez.

Ante este escenario, caracterizado por la afectación negativa a la capacidad de pago del endeudamiento surge como necesaria -otorgando oxígeno financiero a la situación de liquidez- la posibilidad de “reperfilar” el conjunto de deudas que se habían venido contrayendo en meses o años anteriores -préstamos hipotecarios, quirografarios, tarjetas de crédito, y/o otras formas de deuda-; siendo para ello importante considerar criterios que, producto de su interacción, permitan mejorar la calidad del endeudamiento para garantizar a tiempo el pago de las obligaciones y evitar que la imagen crediticia se deteriore y, con ello, las personas tengan dificultades para acceder a productos financieros que requieren en su vida personal y/o de negocios.

Para que el proceso de reperfilamiento sea efectivo a las expectativas de “gran respiro financiero” que se espera lograr en la economía familiar es clave que, en primer lugar, se haga un listado detallado de las deudas contraídas en donde se identifique el monto adeudado a la fecha, tasa de interés que se está pagando, plazo pendiente de cobertura y nombre de quién es el acreedor -bancos, cooperativas de ahorro y crédito, familiares que le prestaron dinero, empresa donde labora y le otorgó financiamiento, etc.-

Una vez que dispone de esta información hay que realizar un ‘filtro del endeudamiento’, que permita identificar aquellas deudas más pesadas y, por ende, son un dolor de cabeza debido al plazo corto de pago a cubrir y/o a la elevada tasa de interés que mes a mes influye en la resta de la capacidad de pago que, como se señaló, en estos tiempos de pandemia se ha visto seriamente reducida por diferentes causas. Una vez identificadas las deudas pesadas, el siguiente paso es encontrar, en la institución acreedora o en otra, una deuda con un perfil más conveniente en cuanto a plazo, tasa y, si es posible, un período de gracia.

Al final, si el reperfilamiento de la deuda se da es vital que quien lo logre no se deje infectar por el ‘virus de la sensación irreal de disponibilidad de recursos -liberados por el cambio de deudas pesadas por livianas-’ y, producto de ello, entre en un proceso de gasto irracional que, en corto o mediano plazo, lo regresará a la situación desesperada de cómo pagar deudas; cayendo en un círculo vicioso del cual será difícil salir.