Eduardo Mera empezó con su negocio de camisas en el 2000. Hoy cuenta con un taller y un equipo de trabajo de cinco personas. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Eduardo Mera empezó con su negocio de camisas en el 2000. Hoy cuenta con un taller y un equipo de trabajo de cinco personas. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Este negocio se dinamiza con sus tres líneas de camisas

5 de diciembre de 2016 16:35

Un pequeño local, ubicado en el norte de Quito, cercano a la zona financiera y comercial de la capital, es el espacio donde Eduardo Mera recibe a sus clientes, entre los que están funcionarios públicos, empleados privados y empresarios.

Allí Mera se siente a gusto. Una estantería permite exhibir las camisas que piensa junto a su esposa Rosa Garzón, compañera de trabajo en el negocio de la confección de camisas para hombres.

Los diseños muestran colores tradicionales como el blanco o el celeste, pero también se encuentran tonos modernos, como rosas o grises, así como diseños que lucen rayas verticales.

Mera empezó este emprendimiento en el 2000. El negocio arrancó con una oferta que la distingue de la competencia hasta la fecha: camisas hechas a la medida del cliente. Para esto Mera recibe a sus clientes en el local o los visita en sus lugares de trabajo u hogares para tomar las medidas, escoger los colores y los detalles como el cuello, el tipo de botones, los puños, entre otros.

Esa estrategia permitió que la marca Eduardo Mera sea reconocida en el mercado, así como fidelizar a sus compradores. Pero para seguir compitiendo Mera adoptó nuevas tácticas empresariales.

Desde septiembre, esta pequeña empresa textil empezó a utilizar la tela italiana Albino. Estas camisas son de alta gama y están pensadas en hombres que buscan un producto de alta calidad, explica Mera.

Un catálogo que está en el local permite que el cliente revise la textura del material. Es una tela que las usan marcas ‘top’ a escala global en mercados como Italia, España, Francia o Inglaterra.

La segunda estrategia consiste en las camisas preelaboradas. “No son en serie, elaboramos unas cuatro o cinco camisas en tallas tradicionales como small, medium o large. Además, incluyen detalles como los botones personalizados o ciertos bordados que van en las telas”, explica este emprendedor que en sus inicios conoció de cerca las dificultades que tiene el emprendimiento.

Esta línea es la de una camisa más económica “que nos permite buscar nuevo mercado y hacer algo de contrapeso ante las marcas extranjeras y el producto importado”, agrega Garzón.

Estas tres líneas son hoy en día el eje de este negocio para mantenerse en el mercado y enfrentar la desaceleración de la economía ecuatoriana. Los diseños son ideados por Mera y Garzón; y la confección se cumple en un taller que la pareja de esposos tiene en el sector de El Condado, en el norte de Quito. Allí trabajan en la actualidad cinco personas encargadas de la elaboración de las camisas para hombres.

La materia prima que utiliza la marca está conformada por telas importadas que la pareja adquiere a importadores o distribuidores ecuatorianos. “Son telas de Brasil, Perú, Colombia , India y otros países”, dice Mera, mientras revisa una vitrina en la que se exhiben cuellos y puños, también elaborados bajo pedido de los clientes.

Cada mes, este negocio elabora entre 500 y 600 camisas, lo que le permite facturar un promedio de USD 10 000. Ese nivel de ventas se ha estabilizado en los últimos dos años, pero no ha desanimado a la pareja emprendedora.

Garzón sostiene que para enfrentar la situación económica mejoraron los procesos, apuntaron a telas de mayor calidad, bajaron precios. Además se mantuvo el número de empleados en el taller de confección.

La capacitación también sirvió para conocer nuevas tendencias del mercado. Mera y Garzón han asistido a ferias, como las que organiza la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha.

Las redes sociales se convirtieron en un aliado de este negocio. Desde el año pasado cuenta con un perfil en Facebook, en el que reciben sugerencias de los clientes. Ese canal permite estar conectado con los compradores.

Otro cambio implicó el cambio de logo, que lleva el nombre Eduardo Mera, acompañado de la frase ‘hand made’ o hecho a mano, traducido al español.

Planes y clientes

Los clientes que llegan tienen un perfil claro: hombres que gustan de lucir una camisa de calidad, hecha a mano. “En la línea más económica hemos sumado clientes, mientras que en los diseños personalizados o con la tela italiana” hemos fidelizado.

Para el próximo año la pareja planea seguir compitiendo con un producto diferenciado. Además, piensan contratar un sexto trabajador para el taller para incrementar la producción.

El trabajo para la pareja no se detiene. Su día se desarrolla entre el local, las visitas de los clientes, la supervisión del taller y los planes para seguir creciendo y compitiendo en el mundo textil. “Contamos con la confianza de los clientes, algunos incluso nos dicen que hagamos los diseños a nuestro gusto. Eso es muy importante para nosotros”, dice Garzón con entusiasmo.

PRECIOS

Las camisas de Eduardo Mera están divididas en tres segmentos.
El primero es  el de las camisas preelaboradas; estas tienen un precio de USD 38. De estas se producen cuatro por talla y sigue siendo una camisa diferenciada.

El segundo  es el de las camisas a la medida, con un valor que promedia los USD 45.
Las camisas  elaboradas con la tela italiana son las más costosas: USD 130.

El local de Eduardo Mera  está ubicado en la calle Italia, en el norte de Quito. Allí reciben a los clientes que buscan sus camisas.