Redacción Quito
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Cada nota musical es una iniciativa estimulante

Un grupo de 20 niños de hasta 5 años de edad tocan, en una suerte de orquesta infantil, panderetas, silbatos, tambores, acordeones, maracas... al compás que le marca el violín de su instructora, María Eugenia Masón.

Ella y Carolina Dávila son dos músicas profesionales que decidieron enfocar su talento y conocimientos en el campo de la estimulación temprana. Por eso en el 2006 crearon Mid World Music.

Esta microempresa, que presta sus servicios a cerca de 40 centros infantiles de Quito, facturó USD 65 000, en el 2010, y USD 70 000 al año siguiente. La inversión inicial de este negocio fue de USD 2 000 de ahorros de las dos, para comprar instrumentos.

En sus clases los niños cantan y experimentan con instrumentos de viento, de percusión y hasta de cuerdas. Las edades de los alumnos oscilan, por lo general, entre 2 y 5 años.

“Los niños deben estar expuestos a todo tipo de música. Hay que olvidarse del tabú de que los niños solo deben escuchar música clásica o infantil, y enseñarles música de todos los países, lenguas y culturas”, explica Mazón.

De esta forma, asegura Dávila, al crecer los niños no se vuelven consumistas y sus gustos musicales no se limitan a la música que se impone como ritmo de moda.

Las clases se dictan al aire libre o en las aulas. La metodología incluye el juego en grupos de cinco a 20 infantes. “Preferimos grupos con niños de edades diferentes, para que interactúen y aprendan de los más grandes”, dice Mazón.

El costo al mes por las clases es de USD 10 por cada niño, que se cobra en los centros educativos en los que Mid World Music es contratado. Pero también se imparten talleres en los que participan los padres, a un costo de USD 10 por padre.

Tres instructoras trabajan con Dávila y con Mazón en un horario de cuatro horas diarias. Sus talleres se realizan en las instalaciones de los centros que las contratan.

Para darse a conocer en el mercado no utilizaron publicidad tradicional, sino que tocaron puertas de establecimientos para dar clases demostrativas.

Adrila Jaramillo, del Centro de Desarrollo Infantil Play Group, en el norte de Quito, trabaja con Mid World Music desde hace cinco años y destaca su trabajo. “El servicio es excelente. Los papás quedan contentos, porque estas clases despiertan la creatividad de los niños”.

Igual opinaTeresa Garrido, una madre que participa en los talleres de esta microempresa con su hija desde que tenía cuatro meses de edad. “Mi hija desarrolló una especial afición por la música y ahora canta en inglés y español”.