La firma Estrategias y Soluciones Digitales se constituyó hace tres años. Brinda servicios de marketing online, desarrollo y diseño web y gestión de redes sociales. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

La firma Estrategias y Soluciones Digitales se constituyó hace tres años. Brinda servicios de marketing online, desarrollo y diseño web y gestión de redes sociales. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

15 nuevos trabajos que llegaron con el avance de la tecnología

16 de diciembre de 2019 11:31

El desarrollo tecnológico es la columna vertebral de la cuarta revolución industrial en el mundo. Aquello implica cambios y nuevos enfoques en todos los aspectos: allí está el empleo.

Si bien el avance de las tecnologías implica la reducción o sustitución de plazas laborales ocupadas por humanos, también es cierto que se crean nuevos perfiles para las personas en áreas que antes no existían.

En ese sentido un estudio presentado el 10 de diciembre del 2019 por Deloitte Consulting detectó 15 trabajos que no había hace 15 años y que hoy son cada vez más demandados en los negocios.

Entre ellos están los social media manager (marketing online), científicos de datos, mercadólogos de contenidos, trabajos relacionados con inteligencia artificial y otros más.

“Sin duda van a existir empleos (tradicionales) que van a desa­parecer, esa es una realidad. Pero pensamos que la mayoría de cargos o puestos de trabajo se van a transformar y aparecerán también nuevas plazas laborales, nuevas tareas que generarán nuevas oportunidades para las personas en las organizaciones”, reflexiona Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting.

Un ejemplo claro de esta transformación laboral de los últimos años son las personas especializadas en el manejo y gestión de redes sociales. Son conocidos como ‘community manager’, que en español significa ‘gerente o administrador de la comunidad’.

Su trabajo no se reduce a postear publicaciones en las redes sociales a una determinada hora. Detrás de esa actividad debe haber toda una estrategia digital pensada en posicionar a la marca y en dar al consumidor una experiencia positiva; para ello se requiere de un conocimiento profundo del negocio y sus aspiraciones, explica Polo Rodríguez, experto en la materia.

Rodríguez es CEO de Estrategias y Soluciones Digitales. Se graduó hace más de una década como comunicador social y con el tiempo conjugó su gusto por la publicidad, la comunicación y las nuevas tecnologías.

Ahora, además de asesorar a empresas también brinda capacitaciones a personas interesadas en ampliar su perfil profesional con el dominio de redes sociales.

“Antes era común que (algunos empresarios) te rechazaran. Te decían que cualquier persona podía manejar una página web o el Facebook. Ahora nos buscan”, cuenta Valdiviezo.

La evolución tiene mucho que ver con el aparecimiento de los ‘smartphones’ (teléfonos inteligentes) y la masificación de su uso, por ejemplo, dando paso al surgimiento de perfiles novedosos, como los desarrolladores de aplicaciones móviles.

Dentro de ese aspecto, Deloitte asegura que existe el oficio de desarrollador evangelista, que ayuda a los clientes y posibles usuarios a ver el valor y beneficio de sus aplicaciones.

El estudio señala que en Ecuador, basado en una encuesta a 191 empresas, se detectaron siete grupos de cargos digitales: analítica inteligente de datos, experiencia del cliente, innovación, eficiencia de operaciones, servicios y productos digitales, marketing digital y liderazgo digital. El grupo más demandado por las organizaciones es el primero.

Lo que más pesa al seleccionar personas para estas posiciones es el nivel de competencias, luego está la experiencia nacional y en tercer lugar, la formación.

Las áreas que han tenido mayor impacto por la gestión de estos cargos son ventas, marketing, producción y operaciones y tecnología. Los rangos salariales van, dependiendo del puesto, desde USD 450 hasta USD 10 000.

Daniel Montalvo, docente la Universidad de las Américas, describe que más allá de los conocimientos técnicos lo que más destaca en este tipo de trabajadores son los elementos conductuales (competencias), que son los grandes diferenciadores de éxito; es decir la orientación al cliente, la flexibilidad, la orientación al logro, trabajo en equipo y otras cualidades.

Por otro lado, la adaptación a las transformaciones en el campo laboral también amerita cambios en la cultura organizacional.

“Se demandan ajustes en la forma de comprensión de las necesidades del cliente (analítica), la forma de interacción con el cliente (omnicanalidad y experiencia de cliente), la generación de propuestas de valor que se liguen a la necesidad y en el momento que el cliente lo demanda, y para poder lograrlo, la organización debe cambiar la forma de estructuración, la forma de llegar a los clientes, la forma cómo los co­laboradores trabajan para alcanzar esa experiencia deseada”, anota Montalvo.

La automatización, riesgos y beneficios


Redacción Quito y EFE (I)

La automatización de los empleos y la economía verde son dos puntos fundamentales en el futuro del trabajo, según un reporte de Foro Económico Mundial (FEM) y un plan de la Organización de las Naciones Unidas.

Las máquinas harán más tareas que los humanos para 2025, pero aun así la revolución robótica creará 58 millones de nuevos empleos en los próximos cinco años. Así lo señala el FEM.

António Guterres participó en el panel Competencias profesionales para el futuro más verde, en el marco de la cumbre COP25, en Madrid. Foto: EFE

António Guterres participó en el panel Competencias profesionales para el futuro más verde, en el marco de la cumbre COP25, en Madrid. Foto: EFE

Este organismo asegura que para el 2025, las máquinas realizarán más tareas de trabajo actuales que las personas, en comparación con el 71% de tareas que realizan las personas hoy en día.

“La rápida evolución de las máquinas y los algoritmos en el lugar de trabajo podría crear 133 millones de puestos nuevos, en lugar de los 75 millones que se desplazarán de aquí al año 2022”, dice el FEM. Los desafíos urgentes, según el organismo, incluyen proporcionar oportunidades de recualificación, permitir el trabajo a distancia y desarrollar redes de seguridad para proteger a los trabajadores y las comunidades en riesgo.

El Foro efectuó una encuesta a directores de recursos humanos y los principales ejecutivos estratégicos de empresas pertenecientes a doce sectores y veinte economías desarrolladas y emergentes (que en conjunto representan el 70% del PIB mundial). Los resultados revelan que el 54% de los empleados de las grandes empresas necesitaría reciclar y mejorar sus capacidades para aprovechar al máximo las oportunidades de crecimiento que ofrece la Cuarta Revolución Industrial.

La economía verde también tendrá un rol protagonista. Pasar “de la economía gris a la verde” representa una oportunidad “milmillonaria” que podría generar 65 millones de nuevos empleos en el mundo y al mismo tiempo hacer frente a la emergencia climática.

Así lo subrayó la semana pasada en la Cumbre del Clima (COP25) de Madrid el secretario general de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, quien instó a los gobiernos a ser imaginativos e innovadores para conseguir un futuro más próspero, limpio y verde.

Guterres explicó la iniciativa de Acción Climática para el Empleo de Naciones Unidas, presentada este año en Nueva York y a la que se comprometieron 46 países, liderados por España y Perú, con el fin de avanzar hacia una transición ecológica justa mediante una hoja de ruta que coloque el empleo en el centro de la acción.

Para el secretario General de la ONU, “todos buscamos lo mismo, trabajos decentes en un mundo más limpio” y, por ello, es importante “que seamos firmes para no repetir los errores del pasado”.

Datos de la OIT

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se está reduciendo el desempleo en el planeta (173 millones de desempleados, un 5% de la población activa), pero no mejora la calidad del trabajo.

El trabajo decente es escaso. Hay 3 300 millones de empleados en el mercado global, de los cuales más de 2 000 millones (61% del total) pertenecen a la economía sumergida, y en su mayor parte no tienen derecho a protección social;

1 100 millones trabajan por cuenta propia (autónomos, verdaderos o falsos), a menudo en actividades de mera subsistencia.