Jorge Asitimbay es uno de los emprendedores que lidera la Asociación de Productores de Pollo en la provincia de Pastaza. Tiene tres granjas. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Jorge Asitimbay es uno de los emprendedores que lidera la Asociación de Productores de Pollo en la provincia de Pastaza. Tiene tres granjas. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES

La oferta de esta avícola se concentra en la Amazonía

22 de octubre de 2019 14:48

La comercialización de pollos faenados es el plus que ofrece avícola El Progreso a sus clientes en Mera, provincia de Pastaza.

Esta empresa amazónica vende entre 100 000 y 120 000 aves cada 60 días. Sus principales mercados son Napo, Morona Santiago, Pastaza, parte de Tungurahua y otras provincias. El año pasado facturó USD 2 millones y en la actualidad cuenta con 30 colaboradores.

Avícola El Progreso ingresó al mercado en 1999 cuando Jorge Asitimbay, actual gerente, decidió montar su propio emprendimiento en la crianza de pollos. Los conocimientos adquiridos durante seis años como administrador de granjas avícolas ayudaron para instalar su propio negocio.

Con una inversión de USD 10 000, de sus ahorros, puso en marcha el proyecto con la colaboración de su esposa. Con el dinero alquiló un galpón, compró 1 000 pollos de engorde, los balanceados y otros instrumentos e insumos necesarios para el desarrollo de los animales.

La apertura de mercado para su producto no fue sencilla. Durante el primer año las ganancias fueron mínimas. Luego sumó a sus amigos y clientes de su antiguo empleo y al fórmula funcionó.

Hasta el 2005, las ventas crecieron a 6 000 animales. Pero nuevamente tuvo un desafío: el precio de la libra de pollo en pie bajó a USD 0,35, sin embargo se dispararon los precios del maíz, la soya y otros insumos necesarios para la elaboración de los balanceados.

Como una forma de recuperar la inversión resolvió iniciar con el faenamiento de las aves. Ese fue el éxito de su negocio, puesto que los precios subieron. Años más tarde Asitimbay decidió cerrar todo el círculo en su proyecto es decir, con la producción de balanceado, crianza, alimentación, pelado y distribución en sus dos camiones frigoríficos. Todo eso implicó nuevas inyecciones de recursos. “Ahí inició la fama de Avícola El Progreso. Logramos que la gente consuma nuestro pollo amarillo pelado a mano y de buen sabor”.

Los trabajadores se encargan del cuidado, alimentación de las aves que se reparten en los tres galpones de cada una de las granjas avícolas.

Los trabajadores se encargan del cuidado, alimentación de las aves que se reparten en los tres galpones de cada una de las granjas avícolas.

Sus primeros mercados fueron Puyo y más tarde Tena, El Coca, Sucumbíos, Baños, Riobamba y otras ciudades del país. En el 2008, los ejecutivos de la firma El Progreso realizaron una nueva inversión de USD 70 000 en la construcción de su propia granja avícola con cuatro galpones para producir 12 000 pollos.

También adquirió maquinaria artesanal para la elaboración de su propio balanceado. La demanda de su producto creció en el mercado. En el 2012 la producción subió a 20 000 aves y se distribuían a las ciudades de Puyo y Shell.

En el 2015 construyó dos granjas más e incrementó la producción a 80 000 aves cada dos meses. El año pasado, subió a 120 000. La libra de pollo pelado aumentó a USD 1. Las aves que crecen en los galpones salen al mercado a las 5 semanas con un promedio de peso de 5,5 libras.

La cartera de clientes subió a 120 y Napo se convirtió en unos de sus mercados más fuertes. Le siguen Pastaza, Morona Santiago, Tungurahua y Francisco de Orellana. “Es un emprendimiento familiar que está en crecimiento”.

Para el 2017 se invirtieron USD 200 000 en la tecnificación de dos de las tres granjas avícolas. Una parte de los recursos fueron créditos en una cooperativa. “La idea no es endeudarse en grandes rubros, lo que hemos hecho es reinvertir las utilidades en el crecimiento de nuestra empresa”, asegura Asitimbay.

Uno de los proyectos pendientes de este emprendedor es abrir una cadena de locales para comercializar sus productos. Además, lograr la tecnificación de la planta de faenamiento.

Uno de sus distribuidores es Eduardo Narváez en el Tena, en la provincia de Napo. Él asegura que la calidad de la carne de pollo hizo que en los dos años que trabaja con la Granja El Progreso las ventas se incrementaran. “La gente compra nuestro producto porque es carne amarilla y es de buen sabor. Es más la calidad de los insumos que usamos para el crecimiento”.

Narváez es propietario de la granja Avícola El Rey y desde hace un año dejó de criar y faenar aves para dedicarse a la comercialización del producto de El Progreso. Este cliente menciona que diariamente vende 120 pollos faenados y a veces sube la demanda hasta 200 aves al día.

Insignia

‘El cuidado y la atención son las claves’

German Cargua, encargado de los galpones y vacunación

Empecé a trabajar hace 4 años en el área de la vacunación de los pollos. Es importante porque ahí se inmuniza a las aves para que no tengan ninguna enfermedad, a esto se suma los controles que hay que tener en las granjas y la salubridad en cada uno de los galpones para evitar bajas.

He pasado por todas las secciones en la avícola. Ahora estoy encargado del cuidado de 40 000 pollos. La tecnificación ayuda a cumplir con este proceso. Debo estar pendiente también de la alimentación y que todo funcione bien. Lo importante en el trabajo es la capacitación constante de la mano de obra, especialmente en el manejo de vectores, posibles enfermedades, la vacunación...

Eso garantiza la calidad de nuestro producto que es uno de los mejores que se vende en el mercado. Nuestra granja también cuenta con tecnología de punta en la dosificación de los alimentos, el agua y de la temperatura, eso hace que el pollo se desarrolle y alcance el peso exacto antes de ser faenado y que salga a los mercados para la venta. Además, la temperatura ayuda.