Hay 795 millones de personas desnutridas en el mundo, pese a los avances globales para reducir el hambre. Foto referencial: Pixabay

Hay 795 millones de personas desnutridas en el mundo, pese a los avances globales para reducir el hambre. Foto referencial: Pixabay

La ONU cree que erradicar el hambre está muy cerca pero requiere compromiso

27 de mayo de 2015 12:26

La Organización de Naciones Unidas (ONU) consideró es miércoles (27 de mayo) en Roma que es posible erradicar el hambre, que aún padecen en el mundo casi 800 millones de personas, pero pidió compromiso político y social para lograrlo.

Así lo dijo el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, quien sostuvo que erradicar el hambre es un objetivo que está "muy cerca" de conseguirse y pidió compromiso político para lograrlo.

"Estamos muy cerca, pero desgraciadamente no hemos logrado la meta para 2015", dijo Da Silva en la presentación del informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria publicado por la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), todos con sede en la capital italiana.

El texto revela que la meta de reducir a la mitad la proporción de personas que pasan hambre está a punto de cumplirse pero siguen desnutridas 795 millones de personas, cifra que ha disminuido en 167 millones en la última década y en 216 millones desde 1990.

"El mensaje principal y más importante es que de 129 países en vías de desarrollo, 72 han alcanzado ya el Objetivo del Milenio. Podemos erradicar el hambre", sentenció Da Silva, quien incidió en la necesidad de desarrollar "políticas activas" para lograrlo.

Se refirió a la voluntad política como la clave para explicar la reducción del hambre en estos países, aunque también apuntó al compromiso social porque "es la sociedad la que quiere erradicar el hambre y la que lo lleva como la gran prioridad".

Las agencias de la ONU destacan que un factor clave para luchar contra la desnutrición es el crecimiento económico inclusivo, con nuevas oportunidades de desarrollo para los pobres. En este sentido, Da Silva destacó la necesidad de "buenos empleos, empleos decentes" y "políticas activas para erradicar el hambre", especialmente en las áreas rurales, porque "el crecimiento por sí mismo no resuelve la pobreza ni el hambre".

Por el contrario, los conflictos, la inestabilidad política y los desastres naturales han conllevado crisis en diferentes países, aumentando su vulnerabilidad y el hambre entre su población, de acuerdo al informe.

"Es muy importante que los países menos desarrollados llamen a la comunidad internacional a que les ayude a superar los problemas persistentes", sentenció Da Silva, quien aseguró que la ayuda internacional actualmente "se concentra en afrontar emergencias". "No podemos solo actuar para aliviar los primeros problemas tras un desastre.

El objetivo de la ayuda internacional es crear resiliencia", apostilló. Añadió que la crisis, que ha afectado "fuertemente" a los países desarrollados, también lo hace a los que están en vías de desarrollo, en los que hay desde hace dos años "una disminución en el ritmo de reducción de pobreza extrema y desnutrición".

La vicepresidenta del FIDA, Josefina Stubbs, insistió en la importancia del desarrollo agrícola para avanzar en los objetivos, porque "tres cuartas partes de las personas pobres y hambrientas están en áreas rurales". Estas zonas necesitan "inclusión" para que las poblaciones rurales puedan "contribuir a seguridad alimentaria, que lograrán si tienen acceso a los mercados y apoyo financiero".

El director del área de Programas y Políticas del BMA, Stanlake Samkange, abogó por "proteger lo que se ha alcanzado" y en mantener la determinación "para avanzar en los trabajos aún no completados".

El informe sostiene que por zonas, América Latina, el Cáucaso, las regiones del sudeste, el este y el centro de Asia y las del norte y el oeste de África consiguieron alcanzar el objetivo por su rápido progreso en reducir la desnutrición.

Los avances han sido más lentos en el Caribe, Oceanía, el Sudeste Asiático y en el sur y el este de África, mientras que el hambre ha aumentado en el centro de África y el oeste de Asia. Actualmente el Sur de Asia concentra el mayor número de personas desnutridas, 281 millones, mientras que en África subsahariana el 23,2% de la población pasa hambre.