Ecuador es uno de los países más afectados por la pandemia en la región. El Producto Interno Bruto (PIB) nacional se redujo de USD 107 000 millones en el 2019 a 96 000 millones en el 2020. Además, el desempleo aumentó y las ventas de las firmas se contrajeron por el confinamiento y la falta de recuperación de la demanda.

El 11 de marzo del año pasado el Gobierno decretó el estado de emergencia sanitaria en el país y prohibió los eventos masivos y las clases. Cinco días más tarde, con la declaración del estado de excepción, se interrumpieron muchas de las actividades productivas y se aplicó una cuarentena; todo ello impactó en la economía.

Según el analista económico Alberto Acosta Burneo, el país ya tenía una situación económica precaria al inicio de la pandemia. Había dos desequilibrios importantes: la crisis fiscal y el encarecimiento y reducción de la competitividad. “Desde el último trimestre del 2019, la economía ya estaba en contracción y cuando llegó la pandemia ya estábamos en extrema debilidad, que se agudizó durante todo el 2020”, señaló.

Acosta dijo que la paralización de la producción por el confinamiento produjo un crisis de iliquidez, porque se interrumpieron las cadenas de pago. Además, cayeron los ingresos de familias y empresas, lo que produjo aumento del desempleo y menor demanda.

Si bien al final del 2020, explicó Acosta, hubo una recuperación en las ventas, el país aún está en niveles por debajo del 2019. “Ahora, la recuperación tomará más tiempo porque no solo se trata de la vacunación, sino de una adaptación a las nuevas necesidades del consumidor.

Algunos sectores, como el de alojamiento, tendrán que reinvertarse”, indicó el analista.
Un estudio de la Cámara de Industrias y Producción (CIP) estima que durante el primer trimestre de este año habrá una caída del 10,3% en las ventas locales del sector privado, frente al mismo período del 2020. Mientras que el empleo, profundamente impactado, se recupera lentamente.

Según la Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enem­du), al comparar diciembre del 2019 y del 2020, el número de desempleados creció en 90 171. Ante la situación que se vivió, la mayoría de empresas, excepto las de actividades esenciales y exportación, dejaron de contratar.

De eso dan cuenta las bolsas de trabajo. Sebastián Lima, director de Calidad y Servicio de Adecco Ecuador, explica que el 80% de los procesos de selección se suspendieron. “Las únicas áreas que estuvieron activas fueron las de comercio. El hecho de que las empresas no tuviesen rentabilidad hizo que los puestos de trabajo se redujeran, haciendo que una misma persona asuma dos o tres funciones”, manifestó el analista.

Asimismo, luego de que las autoridades flexibilizaron los mecanismos de contratación, empezaron a aparecer vacantes bajo nuevas modalidades. Una de las que más demanda ha tenido es la de jornada reducida, trabajando solo a medio tiempo.

Desde Adecco, además, se observó que hubo más plazas de trabajo informal: freelance, prestación de servicios profesionales y otros. También se indicó que hubo interés en emprender por necesidad, para obtener ingresos.

Según la Enemdu, el número de empleados adecuados se redujo en 650 578 trabajadores entre diciembre del 2019 y ese mes del 2020. A esto, la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) agregó que el número de afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en relación de dependencia también se redujo.

Ante este escenario, el resultado fue un alza de la pobreza. Pasó del 25% en diciembre del 2019 al 32,4% en el mismo mes del año pasado (aunque el INEC indica que ambos resultados no son comparable por cambios metodológicos). La semana pasada, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló que se espera que se registre una caída en el Índice de Desarrollo Humano de Ecuador para el 2020.

Fernando Pachano, responsable del área de Gobernabilidad de PNUD Ecuador, señaló que las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible han resultado golpeadas, particularmente las de salud, educación y empleo. En este último caso, “las cifras del país son dramáticas. En un periodo corto salió gran gente de la seguridad social, más mujeres”.

Fidelización digital, el reto de los negocios

El 2021 se perfila como el año del sostenimiento y fortalecimiento de las estrategias que se emplearon en el anterior para adaptarse a la normalidad que supuso la pandemia por covid-19.
Las cifras de ventas al cierre de 2020 reflejaron 2 escenarios. Por un lado, una caída de un dígito en el canal presencial y, por otro lado, el repunte y crecimiento de la comercialización digital de casi tres veces a lo alcanzado en el 2019.

En la modalidad virtual se reportó un crecimiento del 800% en visitas a los sitios webs y un 44% en órdenes en comparación con 2019, según las últimas estadísticas de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE).

Esto marcó el camino para que los negocios sepan a dónde apuntar en este año, especialmente para que aquellos que mantienen sus operaciones casi intactas.
Leonardo Otatti, director general de la CECE, señala que para el 2021 se debe impulsar la fidelización digital, esto es mantener a los clientes fieles a una marca.

Según un estudio realizado por el gremio y la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), que se presentó en junio del año anterior, el 60% de 1 125 encuestados dijo que aumentó la frecuencia de compras digitales para evitar el riesgo de contagio de covid. Y el 26% de consultados señaló que en la cuarentena tuvo que adaptarse a la opción de ventas en línea de los locales.

Para el cierre del 2020, las ventas digitales alcanzaron los USD 2 300 millones, es decir un 44% más que el 2019, cuando fueron 1 600 millones. La cifra, además, será casi cuatro veces superior a la registrada en el 2016.

En ese sentido, afirma que hay dos escenarios. El primero es seguir las mejores prácticas, capacitarse y tener los ojos bien puestos en el canal digital y trabajar en el espacio físico (presencial).

“Tener muy claro que la integración de ambos canales tiene el objetivo de una buena oferta”, dijo.

Para Otatti, la experiencia debe ser igual en las dos modalidades de compra. Por ejemplo, reseñas por producto, formas de pago y calidad de servicio. “Lo más importante siempre es la satisfacción del cliente porque eso es lo que va a permitir que ese usuario recomiende, califique bien y vuelva a comprar”, puntualizó.

Según Spoonity, empresa que mide la fidelización digital, son seis los puntos a tomar en cuenta por los propietarios de negocios en este año. El primero es potenciar las ventas por Internet. Seguido de activar promociones mensuales que mantengan cautivos a clientes y mejorar la logística y optimizar los procesos.

Como quinto y sexto punto está aplicar estrategias de suscripción y promocionar los descuentos.

José Manuel Torío, director de Marketing de la firma, citó que, por ejemplo, en una cafetería se podría trabajar en una estrategia por niveles.

Bajo este modelo, el consumidor acumularía puntos por cada dólar gastado. El usuario empezaría desde el nivel más bajo e iría sumando puntos en su cuenta. Cuando este llegue a un determinado número de puntos, saltará de nivel. El beneficio de este nuevo estrato es que los regalos o premios que recibirá son mayores al anterior. Y así sucesivamente hasta el tres o cuatro.

“El cliente gasta más por pertenecer a un nivel de fidelización más alto, con el beneficio de recibir mayores premios”, señala José Manuel Torío.

Según el directivo, el 66% de los jóvenes entre 18 y 34 años están enrolados en un programa de suscripción. De estos, el 95% de ellos compra nuevamente de esa marca. Esto, a criterio de Torío, refleja que la frecuencia mensual de visitas y el gasto en la factura promedio aumenta al aplicar estrategias de fidelización.

La Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) afirma que una buena compañía es aquella que está innovando constantemente. “La crisis ha golpeado a algunos mercados y ha generado oportunidades en otros. Las empresas deben adaptarse a esto y explorar nuevos negocios o innovar en los que ya tienen”, señala Miguel Ángel González, presidente del gremio corporativo.

Para la CCG, aún con la crisis, se estima que la comercialización en el 2021 bordearán USD 160 000 millones a escala nacional. “Esas ventas están ahí a la espera de ser captadas por emprendedores visionarios que apuesten por mantener a sus clientes con la aplicación de estrategias hacia su público objetivo”, puntualizó.

EE.UU. busca recuperar la confianza de países aliados

La Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR, en sus siglas en inglés) entregó al Congreso el plan para 2021 del presidente estadounidense, Joe Biden. Su objetivo es ayudar al país a recuperarse de la pandemia de covid-19, mediante la generación de confianza de los países aliados y la construcción de una base industrial más sólida.

“La agenda creará millones de empleos bien remunerados y apoyará a las familias trabajadoras de EE.UU. al abordar cuatro desafíos nacionales: consolidación de una base industrial y de innovación más sólida; construcción de infraestructura sostenible y un futuro de energía limpia; desarrollo de una economía solidaria más fuerte; y promoción de la equidad racial en todos los ámbitos”, remarcó el USTR.

Según la entidad, Biden pretende conseguir estas metas a través de un sistema de comercio internacional justo, que promueva el crecimiento económico inclusivo y refleje los valores universales de dicha nación norteamericana.

“Debemos restaurar la asociación con amigos, aliados y socios comerciales de ideas afines para establecer reglas globales de alto nivel y gobernar la economía digital en línea con nuestros valores democráticos compartidos”, señaló la Oficina en su plan enviado a los legisladores.

En ese sentido, los expertos comerciales de Biden destacaron que es importante que la política comercial debe respetar la dignidad del empleo y valorar a los estadounidenses como trabajadores y asalariados, no solo como consumidores.

“La agenda comercial del presidente restaurará a EE.UU. en su liderazgo mundial luchando contra las condiciones laborales forzadas y de explotación, la corrupción y la discriminación contra las mujeres y las minorías en todo el mundo”, agregaron.

Además, la entidad subrayó el “compromiso bilateral y multilateral” de la Administración del presidente Biden para generar consenso en torno a políticas comerciales que aborden la crisis climática, impulsen las cadenas de suministro de energía renovable sostenible, nivelen el campo de juego, desalienten el arbitraje regulatorio y fomenten la innovación y la creatividad.

Esta postura está alejada de la del anterior presidente, Donald Trump (2017-2021), quien optó por desentenderse de las organizaciones multilaterales y cargar contra ellas en numerosas ocasiones durante su mandato por “corruptas” e “ineficientes”.

Trump también impuso aranceles multimillonarios a varios países o regiones históricamente considerados aliados de EE.UU., como la Unión Europea (UE), México o Canadá, entre otras.
Para Ecuador esta apertura comercial es importante. Actualmente, el país norteamericano es el principal socio comercial si se toma en cuenta los productos tanto petroleros como no petroleros.

Respecto a China, el equipo del presidente Biden se comprometió a abordar “las prácticas comerciales económicas coercitivas e injustas de China mediante una estrategia integral”.
“La Administración del presidente Biden reconoce que China realiza prácticas comerciales coercitivas e injustas que dañan a los trabajadores estadounidenses, amenazan nuestra tecnología, debilitan la capacidad de recuperación de nuestra cadena de suministro y socavan nuestros intereses nacionales”, apuntaron.