La empresa textil Hilacril concentró sus operaciones en fabricar mascarillas y trajes de protección. Foto: Cortesía Hilacril

La empresa textil Hilacril concentró sus operaciones en fabricar mascarillas y trajes de protección. Foto: Cortesía Hilacril

La pandemia impulsó a dar un giro empresarial y a adaptarse

8 de julio de 2020 11:10

La pandemia modificó los hábitos de consumo de la ciudadanía, ocasionando un marcado repunte en de la demanda de ciertos productos, tales como medicinas y alimentos, mientras que otros artículos decayeron. El abrupto cambio motivó a empresarios a dar un giro a los negocios e incursionar en nuevas áreas, con miras a sobrevivir a la crisis.

Aunque no existe un dato concreto de cuántas empresas en el país se ‘reinventaron’, lo cierto es que en todos los segmentos hay muestras de esta transformación. Desde pequeños emprendimientos hasta grandes compañías volcaron sus esfuerzos hacia nuevos caminos, con tal de evitar el cierre y mantener plazas de trabajo.

Un caso es Corporación Azende, que a los pocos días de iniciar el estado de excepción (16 de marzo) dejó de fabricar el licor Zhumir para producir alcohol y gel.

Otra muestra es el sector textil y de confección. A raíz de la emergencia sanitaria, sondeos ciudadanos evidencian que los clientes desplazaron sus preferencias por adquirir prendas de vestir.

La caída en ventas fue precipitada. Según datos de la Asociación de Industrias Textiles del Ecuador (AITE), entre enero y abril de este año hubo una caída del 93% frente al mismo período del 2019.

Ante esa realidad, más fábricas y comercializadoras empezaron a confeccionar los productos que cobraron mayor demanda debido a la emergencia sanitaria, como mascarillas, tapabocas, trajes de bioseguridad, prendas para personal de la salud y ahora incluso se elaboran líneas de ropa a base de telas antifluidos con cubrebocas adaptados.

No obstante, dar este giro no ha sido sencillo para los negocios formales, porque las mascarillas, al igual que otros productos, requieren de registro sanitario que acredite su calidad y el trámite para obtenerlo es lento, comenta Javier Díaz, titular de la AITE.

Para tener una idea, alrededor de dos meses tardó la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) en conceder los permisos a solo cinco
empresas agremiadas a la AITE.

Hasta el 17 de junio, la Arcsa ha aprobado 238 tipos de mascarillas que en su mayoría son de fabricantes ecuatorianos y chinos.

La transformación del sector textil, así como el crecimiento de las entregas a domicilio de distintos productos, tuvo un efecto colateral positivo en empresas de la industria gráfica, puesto que se volcaron a elaborar cajas y demás materiales de paquetería.

Esto ha dado un poco de oxígeno financiero a ciertas imprentas, luego de que la producción de libros y textos escolares para instituciones públicas enfrentó problemas de distribución, además de que varias empresas recibieron como pago bonos del Estado, difíciles de negociar en la bolsa.

Así lo comentó Mauricio Miranda, presidente del Sector Gráfico de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi), en mayo pasado. La situación de la industria gráfica sigue todavía compleja.

Para dar un giro a las actividades tradicionales, sin mayores inversiones, las empresas deben aprovechar el potencial de su maquinaria instalada, reflexiona Andrés Robalino, portavoz de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo (Cipem) de Cuenca.

La reinvención, agrega Robalino, no solo se concentra en la parte industrial sino también en la comercialización y distribución.

El confinamiento social llevó a que los empresarios incursionasen en el comercio electrónico y las entregas a domicilio, lo que permitió generar ventas por medios que antes eran poco usados por algunas firmas.

Esa ha sido la vía por la que más ha apostado la industria maderera y que ha potenciado los ingresos. Además, se dio más énfasis en la elaboración de muebles para el teletrabajo y estudios en el hogar, ahorrando espacios, comentó Christian Riofrío, titular de la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera.

La emergencia sanitaria hizo que entre marzo y mayo se movieran alrededor de USD 500 millones en ventas en línea, lo que representa casi un tercio de todo lo generado en el 2019, según la Cámara de Comercio Electrónico. Se proyecta que en este año, las ventas ‘online’ alcancen los USD 2 200 millones.

500 millones de dólares en ventas en línea se realizaron entre marzo y mayo del 2020