Gabriel Vega y Luis Rangel son los propietarios de Motofast. 20 repartidores trabajan en la empresa. Foto: Glenda Giacometti/ LÍDERES

Gabriel Vega y Luis Rangel son los propietarios de Motofast. 20 repartidores trabajan en la empresa. Foto: Glenda Giacometti/ LÍDERES

La pandemia dio paso a optimizar más sus servicios

10 de noviembre de 2020 17:21

El servicio personalizado y atento caracteriza a Motofast, un negocio de encomiendas y transporte puerta a puerta, que se diversificó y creció en la pandemia por el covid-19. Sus socios se aliaron con otros emprendimientos para mantener las fuentes de empleo de más de 50 familias.

Gabriel Vega y Luis Rangel se radicaron en Riobamba en el 2017. Ambos son oriundos de Venezuela y migraron debido a la crisis económica que en ese tiempo empezaba a agudizarse en su país.

Ese mismo año invirtieron cerca de USD 3 500 en la adquisición de una motocicleta y un celular para iniciar su empresa de encomiendas. Lo hicieron tras analizar el mercado local y las necesidades de sus clientes potenciales.

“En Riobamba trabajé en un restaurante, una cafetería, una empresa de celulares y una empresa de encomiendas. Esa experiencia me ayudó a identificar las preferencias de la gente y diseñar mi negocio”, cuenta Gabriel Vega.

En su estudio de mercado descubrió que aunque ya había varias empresas similares, los servicios que ofrecían eran limitados. Así que buscaron formas novedosas para mejorar la experiencia y la atención a sus clientes.

Ellos, por ejemplo, se encargan de hacer compras de todo tipo y se aseguran de que sus clientes escojan los productos a través de videollamadas o mensajes de texto. Además, realizan gestiones como depósitos bancarios, trámites institucionales y otros.

En un inicio el negocio surgió para sustentar a los dos socios, pero al poco tiempo más jóvenes se sumaron al emprendimiento y el objetivo cambió. Ahora buscan respaldar a otros migrantes.
“Queremos apoyarnos y generar fuentes de empleo. Todos nuestros repartidores son nuestros coterráneos, que vinieron al país para mejorar la vida de sus familias”, dice Gabriel.

El negocio, que hasta febrero contaba con ocho repartidores, creció desde que en el país se declarara la emergencia sanitaria. Hoy laboran 20 motociclistas.

Ellos se capacitaron sobre medidas de bioseguridad y adquirieron equipos de desinfección para evitar contagiarse y garantizar la seguridad de sus clientes. También incrementaron la publicidad en redes sociales y sumaron nuevos servicios a su menú.

La demanda de encomiendas se multiplicó y los repartidores no lograban abastecer todos los pedidos, por lo que ampliaron sus horarios de atención. “El teléfono sonaba todo el tiempo. La gente que ya nos conocía nos pedía que hiciéramos sus gestiones en instituciones públicas, porque tenían miedo de salir”, dice Luis.

Al menos cinco restaurantes también se reactivaron gracias al trabajo de los repartidores. Esos establecimientos tuvieron que cerrar sus puertas debido a la falta de ingresos para cubrir los gastos.

Datos del negocio
Facturación.  USD 6 500 es el promedio de cada mes.
Repartidores. Aportan una contribución de USD 0,25 por cada encomienda que realizan.
Diversificación. También ofrece el servicio de transporte de muebles y objetos pesados.
Expansión. En Quito y Ambato dan el servicio, con más proyección de cobertura.
Aplicación.  Una ‘app’ está en desarrollo y se presentará en el 2021. La meta es competir con otras plataformas.


220 pedidos atienden cada día los repartidores del emprendimiento.