Durante las últimas dos semanas se ha visto gran afluencia de ecuatorianos en los centros comerciales y negocios del sur de Colombia.  Con ello se produce una salida de dólares. Foto: Archivo / LÍDERES

Durante las últimas dos semanas se ha visto gran afluencia de ecuatorianos en los centros comerciales y negocios del sur de Colombia. Con ello se produce una salida de dólares. Foto: Archivo / LÍDERES

Carolina Enríquez y
José Luis Rosales (I)
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La pérdida de valor del peso colombiano se siente en Ecuador

19 de agosto de 2019 09:30

Al menos cuatro impactos son los que recibe la economía de Ecuador debido a la devaluación del peso colombiano, según analistas y representantes gremiales.

El pasado 6 de agosto la cotización llegó a 3 459 pesos por un dólar. Este monto se considera como histórico debido a que rompió el récord que ya se había registrado en el 2016 cuando se cotizó a 3 434, según el Banco de la República.

La consecuencia inmediata es el abaratamiento de los productos colombianos; con menos dólares se tiene más poder adquisitivo en ese país. Acto seguido se produjo, como en años anteriores, la masiva concurrencia de ecuatorianos a Ipiales, Pasto y otras ciudades para adquirir diferentes cosas.

Esto afecta a la economía debido a la constante salida de divisas del país. Además, se impacta al sector comercial de las zonas de frontera ecuatorianas. “Es un escenario que ya hemos vivido antes. Se afecta a la estructura productiva del país y se pierde competitividad”, comenta Karla Meneses, docente de la facultad de Economía de la Universidad de las Américas (UDLA).

Colombia es, de por sí, uno de los principales proveedores del país. Según el Banco Central del Ecuador (BCE), durante el periodo enero - junio del 2019 fue el segundo país, luego de China, con el que Ecuador tuvo el déficit comercial no petrolero más alto. Este alcanzó USD -467,4 milllones.

Xavier Rosero, gerente técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), explica que las importaciones de materias primas y bienes de capital de Colombia representan el 55% del total de las compras no petroleras que se hace desde ese país.

Esto implica que los productos que llegan de esa nación están destinados, principalmente, para la industria. El hecho de que haya maquinaria e insumos más baratos ayuda a quien requiere de esos bienes para la producción, en diferentes sectores económicos.

La compra de bienes de consumo, por otro lado, impacta al sector comercial fronterizo. Entre los principales productos que adquieren los ecuatorianos en Colombia están equipos tecnológicos, artículos de limpieza y hogar, alimentos y otros.

Los exportadores también resultan afectados, explica Dávid López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito. Al competir con productos similares a los Colombia en el mercado internacional, como las rosas, los ecuatorianos pierden competitividad pues los del vecino país son más baratos y se hacen más atractivos.

No solo cuestan menos por temas de devaluación sino porque los costos de producción en Colombia son más bajos. “Tanto en mano de obra, como en materias primas. No sucede lo mismo en Ecuador, de inicio somos más caros que nuestros competidores”, explica el técnico del gremio.

En este escenario, la oferta local se vuelve menos atractiva tanto para los compradores colombianos como los de terceros países.

Por eso, desde Fedexpor, se considera necesario que se establezcan incentivos para el sector exportador. Asimismo, se cree que se debe impulsar una estrategia de desarrollo territorial interno en las provincias fronterizas como Carchi y definir cuáles son las áreas a las que se debe incentivar para evitar que dependan de la volatilidad de los tipos de cambio.

Para el técnico de Fedexpor, la devaluación del peso colombiano y otras divisas como el yuan chino y los pesos mexicanos, argentinos y chilenos impactan en los mercados de capitales. “Con la guerra comercial, los inversionistas que le apuntan a un riesgo moderado y alto están teniendo una aversión a eso y levantando sus fondos de países en esa situación. Se llevan el dinero a reservas de valor más seguras”, comenta Rosero.

Cuando escaseen los capitales en América Latina, incluido Ecuador, se generará un encarecimiento del costo de financiamiento privado para los países e inconvenientes para la llegada de inversiones.

Comerciantes desarrollan estrategias

Según Aduana, siempre que haya una devaluación se deben reforzar  los controles en la frontera.  Se busca luchar contra el contrabando. Foto: Javier Montalvo  para LÍDERES

Según Aduana, siempre que haya una devaluación se deben reforzar los controles en la frontera. Se busca luchar contra el contrabando. Foto: Javier Montalvo para LÍDERES

Carchi vive un cuento de nunca acabar. Sus negocios se quedan sin ventas, mientras más ecuatorianos abarrotan los almacenes del sur colombiano.

¿Cuál es la solución? No existe una receta, dice la catedrática de la facultad de Economía de la UDLA, Karla Meneses. “Una medida en específico puede beneficiar a uno, pero perjudicar a otro. No hay políticas que sean gratuitas. El hacer intervenciones, como se han hecho, tiene el riesgo de generar fuertes distorsiones”.

Precisamente, para mitigar los impactos de la devaluación del peso y la fuga de divisas se aplicaron, durante la última década, dos veces salvaguardias cambiarias. Asimismo, se generaron una serie de incentivos para los empresarios de las provincias fronterizas, como la canasta comercial.

Algunos comerciantes, sin embargo, no solo se quedaron esperando las ayudas del Gobierno. Optaron por la asociatividad para poder enfrentar los efectos de las devaluaciones. Varios beneficiarios de la canasta comercial, por ejemplo, apostaron por una importación de televisores desde EE.UU., hace dos años.

Los artefactos ingresaron al país libre de salvaguardias y aranceles, lo que permitió reducir el precio para el público. Ese modelo de compras se repitió en tres ocasiones más, cada uno por un monto que bordea los USD 300 000. Ahí se incluyeron productos como impresoras, pantallas, carros de juguete a batería, etc., señala Álex Chamorro, presidente de la Cámara de Comercio de Tulcán.

Ahora, en cambio, hay empresarios que han establecido acuerdos especiales con fabricantes, lo que les otorga condiciones comerciales más favorables. El directivo señala que en la lista de productos con mayor demanda están microondas, cocinas, neveras, lavadoras y televisores. “Logramos convenios que permiten brindar garantía de hasta dos años e incluso seguros de electrodomésticos contra accidentes”, manifiesta.

También se han implementado transacciones similares en otros artículos como calzado y telas.

Chamorro considera que estas alternativas no han sido suficientes, por lo que el gremio prepara un plan estratégico. El objetivo es generar una mejor experiencia de compras para los compatriotas que lleguen a esta urbe fronteriza. Barajan alternativas como organizar ferias tecnológicas y textiles, con precios módicos.

Tulcán, que tiene una vocación más comercial, ha registrado un fortalecimiento en sectores de servicios, agrícolas y pecuarios, explica Gustavo Terán, decano de la Facultad de Comercio Internacional, Integración, Administración y Economía Empresarial de la Universidad Politécnica Estatal del Carchi (UPEC).

Jairo Pozo, presidente del Comité Cívico para la Reactivación Económica del Carchi, señala que la Constitución establece que los cantones ubicados en una franja fronteriza de 40 kilómetros deben recibir una atención preferencial para el desarrollo productivo.

Por eso, considera que se deben implementar los polos de desarrollo en Tulcán, que sean exentos de impuestos y aranceles. Señala que ese fue uno de los ofrecimientos del Gobierno actual.

Para Meneses, una posibilidad para la fuerza productiva de Carchi es una reconversión de sus actividades. “Pensar en una estructura productiva con mayores niveles de productividad para alcanzar competitividad es fundamental, principalmente para una economía dolarizada (...) posiblemente lo que pueda ocurrir ante la situación que se vive ahora es una migración de la estructura productiva hacia los servicios. No resulta atractivo dedicarse a la generación y venta de bienes”.

Asimismo, dice que se debe de luchar contra el contrabando.

Controles

María Alejandra Muñoz, directora de Aduana, explicó a LÍDERES que se capacitó a 1 800 miembros de las Fuerzas Armadas para que den soporte en fronteras para enfrentar el contrabando. En la zona norte se ha reforzado la vigilancia tanto por esta situación como por la alerta por el Fusarium, el hongo que afecta al banano.

Los efectivos también controlan el tipo de bienes que ingresan los viajeros al país. Sobre los productos tributables se aplican aranceles y otros impuestos al comercio exterior.

“Tenemos un equipo de élite focalizado en frontera norte y sur. Siempre que exista una devaluación en Colombia tenemos que fortalecer los controles”, dijo.

Este medio solicitó a Aduana la cifra exacta de efectivos en frontera norte pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.