Arturo Castillo. Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes
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¿Es usted una persona introvertida?

Es casi una norma, que los seres humanos hagamos de una fracción de la realidad una realidad absoluta, que nos empeñemos en convertir nuestras pequeñas verdades en verdades irrefutables. La historia está plagada de estos 'convencimientos'.

En ese sentido, los dogmas no son propiedad exclusiva del pensamiento metafísico; también en nombre de la ciencia se han erguido paradigmas que han persistido siglos enteros.

No causa sorpresa, entonces, que deambulen por el mundo ideas distorsionadas o parcialmente entendidas acerca de, por ejemplo, las conclusiones de determinados pensadores.

Ese es el caso con las investigaciones realizadas por Carl Jung, padre de la Psicología profunda, quien acuñó las expresiones introvertido y extravertido para referirse a la condición dual de los seres humanos.

Jung no plantea como 'deseable' para los sujetos la condición introvertida o extravertida, pues no se trata de una elección consciente sino de una expresión profunda de la psique.

De otra parte, él subraya que, en función del equilibrio anímico y vital, los seres humanos necesitamos de esos dos aspectos.

Dice: "No puede, pues, producirse nunca un tipo en el sentido del tipo puro que solo poseyese uno de los mecanismos, con atrofia total del otro. Por disposición típica se entiende tan solo la preponderancia relativa de uno de los mecanismos".

Básicamente, el introvertido obedece a sus propias percepciones; además, valora el mundo externo de adentro hacia afuera, mientras que el extravertido se guía por los objetos, desconectándose de su vida interior.

El psiquiatra suizo agrega: "Distingo, pues, tipos determinados por el pensar, por el sentir, por el percibir y por el intuir. Cada uno de estos tipos puede además ser introvertido o extravertido, según se comporte respecto del objeto".

Es decir, los reduccionismos son siempre injustos e inexactos cuando se trata de explicar la conducta humana.

Pero este complejo asunto trasciende el plano de la psicología individual.

Según Jung, el mundo está dominado por esta polaridad.

La ciencia y la religión, cada una con su visión de la realidad, son el ejemplo cabal.

La frase
"El introvertido obedece  a sus propias percepciones, valora el mundo externo de adentro a hacia afuera".