Carolina Cabrera, Cristina Peña y Maribi Montalvo son las fundadoras de la tienda The Designer Society. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

Carolina Cabrera, Cristina Peña y Maribi Montalvo son las fundadoras de la tienda The Designer Society. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

Una plataforma para el diseño independiente

5 de septiembre de 2019 11:19

Una alta oferta on line de emprendimientos locales, pero con escasa presencia en centros comerciales, por los altos costos, motivaron a tres amigas a crear un espacio dedicado al diseño independiente.

Cristina Peña, Maribi Montalvo y Carolina Cabrera unieron sus saberes en publicidad, turismo y arquitectura de interiores para desarrollar The Designer Society. El concepto se inspiró en una tendencia de la moda alternativa conocida como tiendas ‘pop up’, espacios comerciales que rotan entre distintos lugares; pero dadas algunas limitantes del mercado, adaptaron la idea para que en este caso sean los emprendedores quienes roten en la tienda cada cierto tiempo.

Luego de un año de trabajo previo y tras una inversión inicial de USD 30 000, The Designer Society abrió sus puertas en febrero del 2017, en La Tejedora, un espacio que reúne emprendimientos y otro tipo de negocios, en el valle de Cumbayá, en Quito.

El establecimiento reúne al momento cerca de 50 emprendimientos de distintas categorías: ropa, carteras, calzado, trajes de baño, joyas, sombreros, accesorios, entre otros. Al año realizan dos temporadas y en cada una se renueva al menos el 30% de los emprendimientos que participan de esta tienda de diseño.

Para exhibir sus productos, los emprendedores deben cumplir una serie de requisitos: tener una marca registrada, cierto nivel de producción, contar con etiquetas, participación activa en redes sociales, etc. Además, deben pagar una cuota mensual de entre USD 150 y 250 mensual, dependiendo de los beneficios y la cantidad de prendas en exhibición y las que destinen a la bodega.

Este espacio también fomenta un consumo responsable y sustentable. las emprendedoras cuentan con productos elaborados con materiales reciclables y veganos. Además, algunas de las marcas trabajan directamente con artesanos.

Armadillo Stores comercializa sus ponchos y capas en este espacio, desde hace año y medio. “Es un punto de venta importante para mí. Atrae a una variedad de clientes que aprecian la moda y los productos artesanales”, comenta Daniela Quiñones, fundadora de la marca, que trabaja con cerca de 150 artesanos de los andes ecuatorianos.

“Todos crecemos juntos”, subraya Peña, sobre el objetivo de esta plataforma, por la que ya han pasado entre 250 y 300 emprendimientos. El local también realiza eventos por temporada y ofrece su espacio para actividades propias de las marcas.

Conya Design ofrece sus aretes en The Designer Society desde hace cerca de un año. Emilia Contreras, diseñadora de la marca, cataloga este espacio como su “hogar”, un lugar que le ha abierto las puertas hacia clientes y personas clave para el desarrollo de su emprendimiento.

Isabel Avilés es una de las clientes frecuentes de The Designer Society, quien además hace 17 años desarrolló una idea similar en Quito. “Apoyo 100% el talento nacional. Les he comprado zapatos, chaquetas, blusas, vestidos, accesorios. El trato es personalizado y te cuentan la historia de cada diseñador”, comenta sobre su experiencia en la tienda.

El espacio, que factura en promedio USD 23 000 cada mes, también está abierto a marcas extranjeras o nacionales que importan, pero que trabajen exclusivamente con productos de diseñadores independientes. Los planes futuros de estas emprendedoras incluyen expandirse con sucursales en Quito y Guayaquil y seguir impulsando el diseño.

Datos

The Designer Society reúne a 50 emprendimientos, algunos rotan por temporada. Desde su inauguración se han exhibido en este espacio entre 250 y 300 emprendimientos.

Para su apertura, en febrero del 2017, se requirió de una inversión inicial de USD 30 000.
Los emprendedores deben pagar una tarifa mensual de entre USD 150 y 250 para exhibir sus productos en el local.

La tienda, localizada en el valle de Cumbayá, factura al mes alrededor de USD 23 000.