Édison Marcial señala que la confección de estos artículos le permite generar un vínculo con cada cliente. Foto: cortesía

Édison Marcial señala que la confección de estos artículos le permite generar un vínculo con cada cliente. Foto: cortesía

Prendas de cuero y lona muestran diseños únicos

18 de enero de 2021 16:37

Un trabajo personalizado es la propuesta de Ciclo. El emprendimiento se especializa en la creación de artículos de cuero y lona para uso cotidiano.

Édison Marcial, fundador del negocio, asegura que son modelos atemporales y de alta durabilidad, por lo que perfectamente pueden pasar de manos de padres a hijos.

En este proceso de manufactura rescata técnicas artesanales de talabartería, como bruñido y engrasado de la piel de reses, que provienen de curtiembres que cumplen Normas ISO 14 000.
Marcial, de 42 años, nació en Quito, pero desde el 2003 por su trabajo ha residido en las provincias de Imbabura, Carchi, Esmeraldas y Sucumbíos. Es ingeniero agrónomo de profesión y labora en temas de desarrollo rural.

Los secretos del oficio los aprendió de artesanos de estas provincias, algunos ya han cerrado sus talleres. “He visto que se van perdiendo tradiciones, técnicas y conocimiento”.

Los primeros cortes, pulido, costura de cuero los aprendió de un maestro de apellido Luna, en la parroquia La Esperanza, suroriente de Ibarra, en el 2006. Y desde ahí se ha ido perfeccionando.

Recuerda que cuando confeccionó la primera correa, el diestro talabartero fue evaluando la resistencia de cada puntada.

Su primer diseño surgió por necesidad. Adquirió algunos materiales y decidió ensayar. Marcial confeccionó una maleta para reemplazar una valija que tenía un diseño útil pero que se le dañó.

Luego de perfeccionar la técnica y pensar en arrancar el emprendimiento estableció Ciclo, en enero del año pasado.

Así surgió la primera colección, que estuvo integrada por dos modelos de mochilas y dos carteras. Hasta el momento ha sacado al mercado 14 artículos, entre mochilas, bolsos, estuches para cámaras fotográficas, entre otros.

No elabora una producción en serie. Además, realiza diseños que proponen los clientes. Le gusta describirles cómo es el proceso.

Marcial dice que la pandemia del covid-19 le permitió madurar mejor la iniciativa. “Tenía claro que la gente iba a pasar más tiempo conectada a redes sociales ”.

Por eso, ha realizado cinco campañas en Instagram, porque considera que esa red social le acerca más a su público objetivo.

Sus productos han llegado a ciudades como Guayaquil, Cuenca, Loja, Zaruma, Santa Elena, Quito, Esmeraldas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Galápagos y Tulcán.

Los pedidos los recibe por WhatsApp y los artículos son enviados por courier. Una de las metas es abrirse campo en espacios de responsabilidad social.

Ciclo cuenta con dos proveedores. Uno es un artesano que funde bronce y provee de hebillas y rodelas de este material. Un sastre, en cambio, se encarga de la confección de las piezas de lona.

Para iniciar con el negocio invirtió USD 2 500 en la adquisición de herramientas. Algunas las compró a talabarteros que dejaron el oficio y otras trajo de Estados Unidos. Además, invirtió USD 2 000 en materia prima.

Para el engrasado de las pieles ha elaborado su propia fórmula, que se compone de manteca de cacao orgánica, cera de abeja y otros elementos. La idea es sacar a la venta este producto para el mantenimiento de los artículos.

Una parte de su taller opera en la casa del emprendedor. Es una edificación levantada a fines de 1800 y que fue rehabilitada por Al Borde Arquitectos. El proyecto, denominado Casa de las Camas en el Aire, obtuvo el segundo lugar en la Bienal de Arquitectura de Quito, en el 2018.

4500 dólares es la inversión inicial en la adquisición de herramientas y materia prima.