Varios sectores productivos del país esperan trabajar con las autoridades en la prevención. Archivo / LÍDERES
Redacción Quito y Guayaquil
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La preocupación vuelve a los bananeros y camaroneros

La posibilidad de que suceda otro fenómeno, con similares proporciones al ocurrido entre 1997 y 1998, genera preocupación en agricultores y camaroneros. William Ramón, presidente de la Asociación de Productores Bananeros de Naranjal, vivió de cerca esa realidad. "Fue desastroso. Si se repite va a traer muchos problemas al sector bananero, concretamente en Naranjal".

Ramón considera que hay aspectos que mejorar en materia de prevención. "No estamos preparados, los ríos se han ensanchado mucho más. Lo que el productor hace para protegerse es levantar muros, pero debería hacerse un dragado, eso es lo que se necesita".

El dirigente señala que existen planes de precaución para Naranjal, sin embargo, no están en funcionamiento.

Pero Cecilio Jalil, presidente ejecutivo de la Asociación de Industria Bananera del Ecuador (Asisbane), asegura que el panorama de hoy es distinto, ya que los productores formales bananeros están preparados con infraestructura para soportar cualquier fenómeno natural, siempre y cuando no sea tan devastador.

No obstante, indicó que hay sitios que tienen mayor predisposición a experimentar daños, como las zonas bajas de Los Ríos y las zonas de El Triunfo y Milagro (Guayas). Él calcula que unas 95 000 hectáreas, las conformadas en las zonas bajas, se verían afectadas.

En cuanto a pérdidas sufridas en el pasado fenómeno de El Niño, ambos dirigentes declararon que las pérdidas fueron incuantificables.

Al igual que los bananeros, los acuicultores también esperan que El Niño no sea tan severo. John Galarza, representante de la exportadora de camarón Marecuador, ubicada en Jambelí, recuerda que en el pasado los problemas fueron las lluvias y las inundaciones.

En esa época, la mayor parte de las camaroneras -ubicada cerca de la playa-, presentó pérdidas. "El problema se dio porque la marea subió más de lo normal. El agua cubrió todas las piscinas que estaban cerca de mar abierto y las tapó. Esto afectó a los muros, que se rompieron, y permitieron que el camarón se escapara", recuerda Galarza.

Este empresario considera que lo que pueden hacer ahora es elevar los muros y reforzarlos. Eso sí, espera que el nivel del mar no suba más de la cuenta para que la fuerza de este no los rompa. "Hasta que las autoridades no se pronuncien todo es incierto, ya que no se sabe todavía si este invierno será duro o no".

Con él concuerda Wilson Gómez, presidente de la Asociación de Pequeños Productores Camaroneros (Asocam) de Hualtaco, en Huaquillas. Allá, los camaroneros están a la espera de las autoridades competentes para ejecutar medidas preventivas en caso de desastres. "Tenemos entendido que en Manabí, el viceministro de Acuacultura, Guillermo Morán, ha visitado a los miembros del gremio para brindar asesoramiento. Acá no hay nada, los compañeros están haciendo todo por iniciativa propia". Específicamente se refuerzan muros como única medida de precaución.

En las zonas cercanas al mar, asimismo, se están empezando a realizar campañas de concienciación para los posibles efectos. La prevención en este caso se hace necesaria por parte de las autoridades, se comenta en las comunas.

Las posibilidades Sector acuicultor. Fabián Escobar, asesor de laboratorios en Salinas, recuerda que en 1997 y 1998 se retrasaron las cosechas y muchos laboratorios cerraron.

En la actualidad. Añade que ahora los camaroneros tienen buenos muros y la marea alta no les va a afectar como antes. "Nosotros no tenemos mayor problema en ese sentido (infraestructura)".

Otras previsiones. En el país se han detectado, como vulnerables, los cultivos de arroz, cacao, banano, café y pastizales, que se ubican en la región Costa. Mientras que en la región Sierra, las preocupaciones de ciernen principalmente por los cultivos de cereales y tubérculos.