China, EE.UU. y Vietman lideran la lista de países a los cuales Ecuador exporta camarón.  El año pasado aumentaron las ventas de este crustáceo en 40 países, incluyendo siete nuevos. Foto: Archivo / LÍDERES

China, EE.UU. y Vietman lideran la lista de países a los cuales Ecuador exporta camarón. El año pasado aumentaron las ventas de este crustáceo en 40 países, incluyendo siete nuevos. Foto: Archivo / LÍDERES

Un producto sostiene el 28,5% de las exportaciones no petroleras

10 de marzo de 2020 12:27

Un solo producto cambió la historia de las exportaciones no petroleras de Ecuador el año pasado. Estas crecieron tanto en valor como en volumen, pero en los resultados influyeron las enormes ventas de camarón.

Según el Banco Central del Ecuador (BCE), los envíos no petroleros aumentaron 6,4% en valor y 0,2% en volumen durante el 2019, frente al año 2018. Del total comercializado, el 28,5% correspondió al crustáceo.

El reporte Expordata 2019, elaborado por la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), muestra que las ventas de este producto crecieron 22% en valor el año pasado frente al 2018.

“Tuvieron un importante desempeño, sobre todo por la expansión y la apertura del mercado chino. Antes primero se enviaba el producto a Vietnam y de allí a China. Ahora la comercialización es directa y eso ha posicionado al camarón”, explica Xavier Rosero, gerente técnico de Fedexpor.

Lo destacable, comenta, es que aún con precios bajos en los mercados internacionales, se ha logrado que se reconozca la calidad, innovación y procesos de mejora de la productividad de los exportadores ecuatorianos por lo que estos han podido cobrar más.

Las ventas de otros productos de la oferta exportable tradicional, sin embargo, no corrieron la misma suerte. El año pasado se volvieron menos dinámicas y, en determinados casos, cayeron.

El banano, por ejemplo, está perdiendo terreno porque los competidores de Centroamérica fueron agresivos en una guerra de precios y los consumidores los prefirieron; para el atún la situación fue similar, aunque impulsada por las empresas del sudeste asiático (ver página 11). Para el cacao fue un año malo.

La situación fue aún más grave para los productos en el segmento no tradicional. Sus envíos se redujeron en volumen y crecieron en una cantidad baja en dólares.

Las flores, conservas de atún y elaborados en madera han tenido que enfrentar problemas de acceso a mercados por un tema de aranceles. “EE.UU., Rusia y Asia son los destinos en los que encuentran barreras arancelarias bastante altas”, indica Rosero.

Otro segmento de productos, principalmente las manufacturas, han enfrentado la caída de sus ventas por procesos devaluatorios. David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito, asegura que esto se ha producido con los compradores de la región: países de la Comunidad Andina, Mercosur y Centroamérica.

“Esta caída se viene registrando desde hace tres años. Entre los afectados, por ejemplo, están los exportadores de productos de metalmecánica”, detalla.

Un tercer grupo de productos es aquel que por cuestiones de la naturaleza enfrentó una crisis. Este es el caso de extractos y aceites, impactado por la plaga del cogollo; sus ventas cayeron más de 30%, en valor y volumen, en 2019.

López considera que a ese factor se suma lo que impacta a la mayoría de productos, en general, que es la falta de competitividad por altos costos de producción y cargas impositivas. Esto lleva a la pérdida de mercados frente a otros competidores, más aún cuando el dólar vuelve a los productos nacionales más caros frente a los de otros destinos en el mundo.

Para este técnico, el futuro de los envíos nacionales para este año es difícil de predecir. Sin embargo, considera que la aplicación de incentivos como el ‘draw back’ (devolución de impuestos al comercio exterior) será un impulso para las empresas exportadoras.

Asimismo, considera importante que se consoliden acuerdos comerciales como una herramienta para contar con mercados que ofrezcan ventajas. Se debe tratar de recuperar otros ya existentes como la Unión Europea (UE).

El año pasado las ventas a este bloque, con el que Ecuador tiene un tratado comercial, cayeron 5%. Los analistas aseguran que el problema de la guerra de precios, impulsado por las cadenas de distribución, ha afectado.

Los envíos a la Unión Europea cayeron 14,5%

Las exportaciones de banano crecieron 1,84% en volúmenes de cajas el 2019, con relación al año previo. El incremento no fue significativo si se compara con el 7,40% de crecimiento que hubo en el 2018. Para la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), esto es producto de varios factores. Uno de ellos es una baja en la compras por parte de mercados importantes como la Unión Europea (UE), Cono Sur y Rusia. En el caso de la UE, donde cayó 14,5%, Richard Salazar, director del gremio, explica que la competencia ofreció precios más bajos. Otra de las variables que afectó al desempeño del sector fue una merma en la producción, que se vio afectada por inundaciones en el invierno y por el frío durante el verano, al no alcanzar la temperatura necesaria.

Salazar indica que al momento la industria no se ha visto afectada por el coronavirus, más allá de algunos retrasos en pagos por parte de China. “El efecto lo vamos a tener entre este mes y el próximo por los contenedores represados en China”.

Una industria con impacto en competitividad

El 2019 fue un año “complejo” para el sector atunero, subraya Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industrias y Procesadores Atuneros (Ceipa). La industria experimentó una caída del 5,2% en la facturación por exportaciones de conservas de atún, en comparación al 2018, según cifras del Banco Central del Ecuador. Para Maldonado, el impacto se sintió en la competitividad al seguir siendo un producto “caro” de producir en el país, con altos egresos en mano de obra, insumos y créditos con altas tasas de interés (en promedio del 12%).

Otra variable que les afectó, añade Maldonado, fue la caída del precio del atún como materia prima. “Nuestros principales competidores (Tailandia, Filipinas, Indonesia) tienen una materia prima más económica y eso nos impacta porque la U.E. no nos escoge a nosotros”. Uno de los pedidos de la industria es la devolución del ‘Drawback’, que aún requiere de asignación presupuestaria y la definición de requisitos para acceder a esos fondos.

Caída del precio internacional afecta al sector

La industria camaronera fue la que tuvo el mejor desempeño durante el 2019 dentro del grupo de exportaciones no petroleras. Según datos del Banco Central del Ecuador, tuvo un alza del 26% en volumen de ventas, en comparación al 2018. Sin embargo, en facturación fue menor: 21,6%. José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura, explica que si bien el país “hace esfuerzos” por exportar más, la facturación no crece al mismo ritmo por la tendencia a la baja del precio internacional del camarón desde 2014.

Por su parte, el incremento en volúmenes de libras de camarón exportadas responde a una mayor productividad por hectárea, derivado de las inversiones privadas en áreas como la genética y la nutrición, detalla Camposano.

Dos de cada tres libras de camarón que produce el país se exportan a China. Al momento se está reajustando la logística por los efectos del coronavirus en ese y otros mercados. “El impacto lo veremos en las estadísticas de febrero”.

Gremio advierte una pérdida de competitividad

En el 2019 la metalmecánica tuvo una caída del 18% en la facturación de sus exportaciones, tomando en cuenta algunos de sus rubros principales, como son la fundición de hierro y acero y los bienes de capital, explica Guillermo Pavón, director general de la Federación Ecuatoriana de Industrias del Metal (Fedimetal). La disminución la atribuye a diversos factores como la recesión económica mundial y situaciones particulares del Ecuador, que impactan en una pérdida de competitividad. “El problema que advertimos es la falta de oportunidades para mejorar las condiciones y el desarrollo de la industria”, que exporta entre el 12% y el 15% de su producción, señala Pavón.

Al ser un sector amplio y diverso, hay distintas realidades. Por ejemplo, en productos eléctricos las exportaciones tuvieron un crecimiento cercano al 30%, mientras tanto en bienes de capital hubo una disminución aproximada del 52%.

Para el representante del sector es necesaria una política pública orientada al crecimiento de la industria nacional.