Redacción Quito
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El Programa de Desarrollo Económico Local terminó su trabajo en el país

La noche del pasado jueves, una ligera llovizna bañó el patio central del Centro de Arte Contemporáneo, en el centro de Quito. Allí se presentaron los resultados de la gestión del Programa de Desarrollo Económico Local (Prodel), financiado por la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Los más de 150 asistentes al evento, principalmente representantes de las 38 firmas y asociaciones de productores beneficiadas desde finales del 2007, aplaudían las intervenciones -a ratos con tonos nostálgicos- de quienes daban por finalizadas las labores emprendidas.

Esteban Becerra, gerente de Prodel, no escatimó agradecimientos para los dirigentes de la Unión de Cooperativas de Producción Pesquera Artesanal del Noroccidente de Esmeraldas; a las líderes comunitarias de Tumbatú (valle del Chota) que se dedican a la producción de leche de cabra, entre otras más.

Prodel, explica Becerra, ha culminado el trabajo en zonas fronterizas del norte y sur del país. El objetivo era aplicar el modelo de cadenas de valor como eje del crecimiento “tanto de pequeños productores, las empresas anclas y el mercado”.

Timothy Zuñiga-Brown, ministro consejero de la Embajada de los EE.UU., indicó que las alianzas público-privadas, el apoyo de las organizaciones no gubernamentales FHI360 y Acdi Voca, y que se enfocaron en mejorar la calidad del café y el cacao, se extendieron a otros productos como cereales, lácteos, vegetales, hierbas, productos del mar, etc. Son unas 23 000 familias beneficiadas, dijo el Consejero, con capacitaciones en servicios financieros, innovación, negociación...

Victoria Alverco, representante de siete asociaciones de caficultores presentes en Loja, Zamora Chinchipe y El Oro, recalcó el trabajo realizado por Prodel en la inclusión de sus granos en vitrinas internacionales. “El apoyo para alcanzar certificaciones de calidad nos puso en el mapa mundial de esta industria”. Se generaron unos 4 000 nuevos empleos permanentes en este sector, según Prodel.

Los presentes aplaudieron la intervención de Silverio Mamallacta, representante de la firma Runatapurna. Él se confesó satisfecho de que ahora la ‘guayusa’, una bebida ceremonial de la Amazonía, se pueda comercializar como té en los EE.UU., y que les proporcione un ingreso permanente a los pobladores que como él se dedican a su cultivo.

Hugo Ramos, director de Programas de la Usaid, explicó que el área relacionada con la biodiversidad y cambio climático podrían ser prioridad para futuras cooperaciones interinstitucionales.