Los colaboradores de la empresa J&M Factory revisan  todos los detalles para que el calzado sea atractivo para los clientes de la firma. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES

Los colaboradores de la empresa J&M Factory revisan todos los detalles para que el calzado sea atractivo para los clientes de la firma. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES

Una quiebra dio paso a esta empresa de calzado

4 de febrero de 2020 11:18

La relación de Fernando Moposita con la confección de calzado comenzó a los 7 años. Sus padres y tíos le trasmitieron esos conocimientos, sin embargo, en el 2005 decidió incursionar en la confección de pantalones jean. Los primeros años las ventas se movieron bien, hasta el 2011, en que se abrieron más talleres.

Los precios bajos en cada prenda impidieron seguir compitiendo y quebró. A pesar de eso, en el 2012, con ayuda de su esposa Norma Maisancho resolvieron poner en práctica el dicho que dice: ‘Zapatero a tus zapatos’ y no se equivocaron. Con un crédito de USD 15 000 que consiguieron en una cooperativa de ahorro y crédito de Ambato abrieron el emprendimiento denominado J&M Factory.

El dinero lo invirtieron en la compra de la materia prima (sintéticos), hormas, máquinas de coser y aparar, una troqueladora y contrataron a un empleado. Fernando Moposita, gerente de la empresa ambateña, recuerda confeccionaban 60 pares de zapatos semanales. “Introducir en el mercado los modelos tubulares para hombre fue más que difícil”.

Luego elaboraron calzado de muñeca, pero las ganancias eran mínimas y no les alcanzaba para pagar las deudas. Una amiga de la familia les aconsejó que confeccionen zapatillas para mujer, que estaban de moda. Así iniciaron imitando un zapato de marca, les dieron otros acabados, varios cambios en los diseños y más colores a escoger.

Las ventas crecieron y en el 2015 llegaron a producir 500 pares semanales y ya contaban con cuatro colaboradores. Con el crecimiento del taller efectuaron una inversión y un monto similar a la efectuada en sus inicios. Con los recursos equiparon mejor al taller y adquirieron nuevos materiales para la confección de su producto y otros equipos para el taller.

En el 2019 lograron producir 16 000 pares y facturaron USD 180 000. El éxito de Moposita radica en mantenerse en la vanguardia de la moda, especialmente en la fabricación de zapatos deportivos para mujer, usando materiales sintéticos de alta calidad.

Norma Maisancho y Fernando Moposita son los propietarios de la empresa productora de Calzado en la ciudad de Ambato.

Norma Maisancho y Fernando Moposita son los propietarios de la empresa productora de Calzado en la ciudad de Ambato.

En la actualidad cuentan con más de 30 diseños, modelos y colores que ha comercializado en los mercados del país. Con ayuda de un diseñador colombiano obtienen nuevos modelos y los colores de tendencia en el mercado. “Es un zapato elaborado con materiales de calidad porque el pie no suda, es suave, cómodo, resistente y de bajo costo”, dice Moposita.

En la actualidad se confeccionan 1 000 pares de zapatos semanales y los distribuyen en todo el país. Los principales mercados de la firma ambateña J&M Factory están en Quito, Sangolquí, Cuenca, Guayaquil, Riobamba, Latacunga y otras ciudades del país.

El local de ventas funciona en la explanada del mercado Ferroviario. Ahí todos los lunes de feria, en Ambato, se muestran los nuevos diseños y colores para que los comerciantes escojan. “A nuestros clientes les gustan los nuevos modelos y los colores que tienen buena demanda. Nos hacen los pedidos y nosotros les entregamos en forma inmediata”.

En la actualidad, 20 personas se dedican a la distribución de los productos a escala nacional, a pesar del ingreso de zapatillas de contrabando. “Debe haber más control de las Aduanas para no quebrar y dejar en la desocupación a 12 colaboradores directos y 13 indirectos, estos últimos trabajan a través de la maquila”, comenta Moposita.

El año pasado, los emprendedores realizaron una nueva inversión de al menos USD 8 000 en la compra de nuevos equipos, como una máquina bordadora y una armadora de calzado. Y proyecta confeccionar zapatos para hombre en los próximos meses.

Una de las distribuidoras es Narcisa Caisaluiza, propietaria de los almacenes Well, en Quito. Ella cuenta que desde hace cinco años trabaja con la pyme ambateña. El año pasado las ventas se incrementaron en un 90%. Eso se debe a la calidad del producto y la variedad de modelos y colores. “Es un zapato durable, resistente y de diseños que están a la moda y eso les gusta a nuestros clientes”, comenta Caisaluiza.

La distribuidora comenta que otro atractivo para los clientes que compran el producto son los bajos precios.

Insignia 

El control de la calidad es clave para la marca


Kleber Ortega, armador de calzado

Empecé en el terminado del calzado hace cinco años. Luego con la experiencia adquirida ascendí al área de plantado y armado del zapato. Este paso es importante para la resistencia del calzado, por eso reviso que esté todo bien cocido y pegado para evitar daños y el producto sea de calidad en un mercado competitivo. En este oficio he ido creciendo en conocimientos a través de la preparación y capacitación constante de la mano de obra en esta rama. También reviso con paciencia cada uno de los detalles en los acabados. El objetivo es que nuestro producto llegue a su destino final con todos los controles. Cada uno en sus puertos de trabajo aporta con sus conocimientos y buena predisposición para producir. Eso hace que nuestra marca tenga una buena demanda en el mercado local y a escala nacional.

Nuestra empresa se caracteriza por crear y estar a la vanguardia de las nuevas tendencias de la moda en el calzado, especialmente el deportivo para la mujer con más de 30 diseños, modelos y diversos colores.