Para reestructurar las finanzas de un hogar se debe empezar recortando los egresos hormiga y los llamados de “estilo de vida”. Foto: Freepick.es

Para reestructurar las finanzas de un hogar se debe empezar recortando los egresos hormiga y los llamados de “estilo de vida”. Foto: Freepick.es

Recorte drástico de gastos innecesarios

29 de julio de 2020 15:55

Ante una crisis hay que hacer sacrificios. Este momento, tras el impacto económico que trajo el covid-19, los integrantes de los hogares deben empezar a vivir con sueldos ajustados; la mejor forma es retirando de sus egresos todos los rubros que no aportan en nada a las necesidades básicas.

Pamela Pino, CEO de Grow Business Consulting, explica que lo primero que hay que eliminar son los gastos de hormiga, es decir, aquellos “que se hacen de una manera, se podría decir, casi inconsciente en la semana”. Entre estos se encuentran pago de taxis, compra de un café o cigarrillos, parqueaderos, entre otros. Mientras que Bertha Romero, especialista en finanzas personales del programa de educación Tus Finanzas, dice que hay que deshacerse de los “gastos de estilo de vida”, como comidas fuera de casa, ropa innecesaria, servicios en casa como limpieza, entre otros.

Personas, como la jubilada Jesús Paredes (64 años), asegura que son tiempos difíciles y ante cualquier ajuste que pueda venir a futuro ha decidido ahorrar lo que más pueda de su pensión, de unos USD 1 000 mensuales. Dejó de comprar alimentos a domicilio, ahora adquiere solo lo justo y prepara sus comidas en casa.

Lo propio hizo María Arias (36 años) quien actualmente no tiene un empleo formal, emprendió en la producción y venta de granola y debido a la pandemia sus ingresos bajaron 50%. Sus gastos ahora se destinan para cosas básicas.

Para otros los ajustes no vinieron por voluntad propia sino porque la coyuntura actual les llevó a reducir sus gastos en situaciones como diversión y paseos o salidas a los centros comerciales.

Incluso esto ha frenado las denominadas compras por impulso. Estas se producen cuando la gente acude a un local y adquiere artículos solo porque le gustaron y no porque realmente necesita. Por ejemplo, encuentra una ropa bonita y la compra sin planificar.

“Una alternativa para controlar esos gastos es no salir a la calle con la tarjeta de crédito. Este dispositivo hace perder la percepción del dinero. Como solo pasamos, no logramos darnos cuenta cuánta plata se está usando”, dice Pino.

El usuario, en condiciones adversas, también debe optar por analizar si convienen o no las suscripciones a servicios prepago, como plataformas de audio o video, clubes sociales o gimnasios, taxis o juegos en línea que se pagan con la tarjeta de crédito.

Otra alternativa es optimizar los gastos que ya se tenían. Por ejemplo, refinanciar las deudas con las instituciones financieras, buscar un seguro vehicular que sea mucho más barato, entre otros. En los gastos básicos, además, es importante explorar mecanismos de ahorro como el uso de electrodomésticos eficientes, evitar dejar conectados aparatos, reducir servicios que no se usen en su plenitud, como telefonía fija, etc.

Todos los ajustes que se realicen deben constar en un presupuesto, dice Sonia Zurita, catedrática de economía de la Graduate School of Management (Espae) de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol). Otro elemento importante es llevar un control de lo planificado y lo que se gasta para saber si se cumplió con lo previsto.

Para las familias que, habiendo reducido sus gastos no necesarios no logran equilibrar su situación, los recortes deben venir de los egresos considerados básicos.

Romero dice que se puede renegociar el valor de los arriendos o cambiarse a otra casa, o comprar alimentos en mercados.

Ojo con el bolsillo
Los hábitos.  Las personas deben aceptar vivir según su realidad financiera. Además, deben saber que los recortes de gastos son a mediano plazo.

Recortes.  Familias como las de Erika Guerrero suspendieron su cuenta de Internet y ‘streaming’, así como también redujeron el consumo de agua y electricidad. Mientras que María Méndez indicó que al tener cero ingresos, incluso, tuvo que distribuir mejor los alimentos durante la semana.

10 por ciento a 40% de los gastos mensuales que se tenía se deberían ajustar en crisis.