Los estudiantes de Mecatrónica Brian Pinos y Víctor Uguña crearon el robot que se llama Asibot, que imita los movimientos de terapias físicas

Los estudiantes de Mecatrónica Brian Pinos y Víctor Uguña crearon el robot que se llama Asibot, que imita los movimientos de terapias físicas. Foto: Cortesía

Un robot es ayudante en las terapias físicas

16 de octubre de 2020 15:42

Asibot es un robot bípedo y articulado. Es capaz de realizar movimientos en dos dimensiones, tanto en sus miembros superiores como inferiores y cabeza. La finalidad es que pueda realizar ejercicios para favorecer el proceso de rehabilitación en las terapias establecidas para niños con limitaciones motrices.

El asistente robótico fue diseñado y construido por los cuencanos Brian Pinos y Víctor Uguña. Ellos son estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, de la sede Cuenca de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS).

Ellos tuvieron la tutoría del catedrático Vladimir Robles Bykbaev y la colaboración de Ángel Pérez, de la carrera de Computación. Este último se encargó del desarrollo de software. Se trata de un robot con aspecto humanoide, que cuenta con 13 grados de libertad, explican los estudiantes.

Con esto último se refiere al movimiento de las articulaciones. Según ellos, estos grados de libertad se encuentran divididos en las extremidades inferiores, superiores, cabeza y manos.
Los movimientos que realiza el asistente robótico para las terapias fueron planificados en conjunto con Paola Suquilanda, quien es experta en el área de educación inicial y trabajo con niños con y sin capacidades especiales físicas.

El proyecto está enfocado en el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible, que consiste en brindar una educación inclusiva, de calidad y equitativa para toda la población.
El asistente robótico se desarrolló con la finalidad de efectuar terapias innovadoras para niños con discapacidad motriz.

Pinos y Uguña aseguran que este robot no sustituirá al terapeuta profesional, solo será un asistente para realizar los ejercicios planificados por el experto de manera no rutinaria o tradicional.

Es decir, se convierte en una fuente de motivación extra para los niños con el propósito de obtener resultados positivos en las terapias a largo plazo.

“El asistente robótico cuenta con tres métodos de funcionamiento, que permiten una amplia gama de ejercicios brindando un control más personalizado del robot durante las terapias”, señalan Pinos y Uguña.

El primero de estos métodos se denomina Modo de Imitación. Los alumnos explican que el asistente robótico imita al terapeuta o al usuario al mover las extremidades superiores. La intención es trabajar en pacientes con ataxia (deterioro en el equilibrio o la coordinación debido a daños en el cerebro, nervios o músculos).

En cambio, el segundo trabaja con un Sistema Experto, que es un programa que calcula automáticamente la terapia que el paciente debe realizar enviando de inmediato los comandos para que el robot los ejecute.

Finalmente, el tercer método fue denominado Modo Libre. Según Uguña, este permite el control completo de Asibot mediante el uso de una aplicación móvil, que fue también desarrollada.